Chocolate

04.- Parrilla 101

Las semanas pasaron y pronto el chef Leandro terminó sus clases de corte con verduras, paso por otros elementos como carne y mantequilla. Severus avanzaba a pasos agigantados, pero seguía pendiente de Harry y su casi "mágica" habilidad con el cuchillo y otros instrumentos de cocina. En un inicio, pensó que Harry quizás había hechizado los instrumentos, pero luego de hacer "experimentos" con eso en su casa, Severus se dio cuenta de que era imposible imitar la precisión de una mano con la magia, la magia podía crear cortes perfectos, impolutos, pero no con un cuchillo, hechizar un cuchillo solo producía cortes secos y sin gracia.

Severus tuvo que aceptar que Harry era quien manejaba el cuchillo, que su mano era la que creaba con destreza esos cortes perfectos y una vez más se vio arrastrado a una obsesión morbosa por saber el cómo lograba hacerlo. Incluso cuando tuvieron que cortar carne y golpearla con el mazo, Harry podía dejarla suave, la fuerza que imprimía era la perfecta, mucha desbarataba la carne, poca hacía que la carne quedara dura al cocinarse. Esos conocimientos de precisión que Severus podía exhibir en las Pociones, Harry podía hacerlos en la cocina. Tan iguales y tan diferentes a la vez.

Pronto fue el turno del chef Balthazar quien daría las clases sobre cómo cocinar carne. Cuando dijo en qué consistían sus clases, muchos bufaron, pero no Severus y Harry, Severus acompañó una vez a su madre a un rastro, porque la carne era más barata y le tocó ver todo el proceso de convertir una vaca en filetes. Harry al haber sido obligado a aprender a cocinar por su tía, pronto encontró diferencias en cómo debe prepararse la carne respecto a las verduras, frutas y el pan.

—Muchos de ustedes están pensando, "Vamos, ¿Qué tan difícil puede ser cocinar un filete?", bien, quiero que alguno de ustedes tenga la "gentileza" de nombrar las distintas formas de cocción de la carne. Ah, señor Potter, por favor, ilumínenos—.

—Cocción con agua, cocción al vapor, cocción con microondas, asado o parrilla, horneado, fritura, guisado y cocción por marinación—.

—Bien, gracias señor Potter. Ahora, alguien puede definirme qué es carne. Señor Snape, adelante—.

—Carne son los músculos de un animal dedicado al consumo humano, desde presas de caza como aves y pequeños mamíferos hasta animales marinos como peces y en algunas partes del mundo focas y ballenas. Abarca aves, ganado, peces, moluscos, etcétera—.

—Bien nuevamente, al menos dos personas en esta clase saben a lo que se enfrentarán. Empezaremos con el método más simple de cocción para carne, y el que muchos de ustedes utilizan cuando hay un juego entre el Arsenal y Tottenham, la parrilla o asado, van a tomar carne del refrigerador, del tipo que gusten y van a asarla en la pequeña parrilla que hemos puesto en sus mesas, lo que quiero que hagan además de cocerla a la perfección es que noten las diferencias que ven al correr el tiempo, desde si se quema hasta si le falta cocimiento, lo harán con sus instintos de cocinero, yo solo me limitaré a observar su proceso y al terminar quiero que me vayan diciendo exactamente qué fue lo que hicieron, comiencen—.

Harry rápidamente busco un corte grueso, Severus no vio cual, pero el eligió uno parecido, T-Bone al parecer, cuando vio la pequeña parrilla, pensó que se parecía al fuego que usaba con su caldero así que usando ese extraño artilugio muggle que sacaba una llama al oprimir un botón, acercar la flama a los carbones luego de mojarlos con un líquido que le habían explicado, servía para que encendieran más rápido, se quitó a tiempo de perder sus cejas. Pensó que Harry estaría riéndose de su casi depilación imprudencial, pero el Gryffindor estaba muy ocupado untando su carne con sal, pimienta y algo de aceite.

Por una vez y contra todos sus instintos que le decían que dijera algo hiriente a su exalumno, Severus se concentró en su tarea y procedió también a echar sal y pimienta a su carne, pero prefirió barnizar con aceite su carne en vez de masajearla como el Gryffindor. Pronto se oía el característico chirrido de la carne en contacto con la rejilla caliente y el salón se inundó de aromas deliciosos...o al menos lo fue durante unos momentos.