Te tengo sentado frente a mi, amarrado a la silla con los ojos vendados, se me ha encargado tu muerte, pero me han permitido divertirme un poco, no te torturaré por verdades puesto que no sabes nada, bien podría meterte una bala entre los ojos, pero porque gastar una bala, en una muerte rápida y aburrida.
Empezaré por quitarte el bazo, tu reserva de sangre, mas no dejaré que te desangres, te arrancaré un riñon y la vesícula también, y veré en tu mirada el relejo de la muerte inminente. Por encargo retiraré tu apéndice, aunque ambos sabemos que no sirve de mucho, sacare de su orbita con un palillo de dientes esas cosas esféricas a las que llamas ojos, sedaré una a una tus extremidades, y no podrás saber si ya te fueron extraídas, eñ resto será sencillo, simplemente colapsaré un pulmón y destrozare tu hígado, y sentirás como se acerca la muerte a susurrarte al oído, pero no dejaré que mueras, sufrirás agonizante mientras una maquina te mantiene vivo, y después de contarte mis planes, te arranco la venda con el único diente que no habías osado arrancarme.
