Pechos prodigiosos

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El lunes por la mañana lo primero que vi fue a Olivia besándose con su novio en la entrada del salón, Jean estaba triste, no sabía si era por el incidente matutino o por alguna otra cosa, yo trataba de hacer que me dijera que le pasaba sin embargo después de unas clases sin progreso decidí esperar a que él me lo dijera.

Toda la semana fue así, pasamos de hablar todos los días a hablar solo unos cuantos minutos.

El jueves en una de las primeras clases llegó el coordinador, cosa que me hizo despejar la mirada de los pequeños conejitos que dibujaba.

–Buenos días, ¿me permite a Cardona, Díaz y a Esparza? –Jean, Carlos y Olivia se pararon y fueron tras él dejando un rastro de murmullos.

Por dios, Jean, ¿qué fue lo que hiciste?

Al día siguiente ninguno de los dos asistió, por más que insistí la única respuesta que obtuve de Jean fue breve.

Nada importante.

Para la próxima semana todos habían olvidado lo sucedido, todo menos las personas involucradas, Carlos, Jean y Olivia.

Te abro mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora