n u e v e

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Acariaba su espalda desnuda como si de un tesoro se tratara, ella dormía plácidamente entre su pecho y él disfrutaba viendo como lo hacia,una estúpida sonrisa fue lo que sus labios formaron al ver como se acomodaba mejor.Y así podría quedarse todo el día pero el misero teléfono tenía que sonar, Matteo gruño molesto.

Eran las ocho imedia de la mañana.

¿Quien coño le llamaba tan temprano?

Estiro la mano cuidadosamente, lo ultimo que quería era despertar a Luna.Coloco el teléfono en la oreja y contesto sin ver antes de quien se trataba,gran error.

—Matteo,soy Charlie.—anuncio el viejo patoso de su jefe,al escuchar su voz volteo los ojos fasticiado.
Maldita sea,prefería verla dormir a hablar con el estupido viejo de su jefe.—¿Alo?—pregunto al no obtener respuesta.

—¿Que mierda quieres?—golpeo su frente adormilado.—Son las ocho imedia,ya puede ser importante.—replico molesto,el viejo suspiro resentido.Luna se removió en su pecho dejando a Matteo demasiado alarmado,de ninguna manera ella podía despertarse ahora...No podía escuchar la conversación entre el y Charlie,no todavía.

No te llamaría si tú,mocoso insolente me dieras alguna noticia sobre Miguel y su hija.—reprocho Charlie en un tono reprobador, el típico tono insoportable que usaban los padres al regañar a su hijo,afortunadamente ningún parentesco les unía sino Matteo acabaría por matarse.—Te quedan dos semanas Matteo...—le recordó advirtiendo lo que venia si no cumplía en el tiempo estipulado.

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