5-Shun

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Ha sido un día largo.

Llegué al trabajo puntual en la mañana como siempre. Tenía que hacer un par de revisiones; así que me encontraba con la mañana ocupada hasta la hora de comer. Trabajo de médico de cabecera, y normalmente sólo con personas mayores. Es mejor así.

Las revisiones fueron bien, ninguno de los ancianitos a los que atendí tenía nada grave. Un par de recetas y todo resuelto.

A las dos, bajé a leer el periódico a la cafetería del hospital. Al mediodía, la sala está parcialmente llena, ya que todos los trabajadores humanos del hospital comen allí. Me senté con mi periódico en un rincón de la estancia, para estar tranquilo.

En la mesa de al lado había un grupito de adolescentes que hablaban ruidosamente. Supuse que venían de visita a algún amigo suyo que estuviese enfermo. Pretendí ignorarlas y enfrascarme en la lectura de la columna de deportes.

Pero no pasó desapercibida a mis oídos parte de su conversación.

-Esos chicos…

-Sí, eran iguales a los de la discoteca. ¿Crees que pueden ser ellos los asesinos?

-¡Ganaríamos una enorme recompensa si los atrapamos! ¿Estás segura de lo que dices, Anelly?

-Completamente; escucha…

Las miré por el rabillo del ojo. Su conversación…había sonado sospechosa. Las palabras <<discoteca>> y <<asesinos>> me habían hecho temer por la seguridad de mis hermanos. ¿Existía alguna posibilidad de que esas chicas supiesen la identidad mis hermanos y los hubiesen reconocido como los asesinos?

Eran cuatro; y todas tenían pinta de estar entre los dieciséis y diecisiete años. Grabé bien en mi mente el aspecto físico de cada una; su olor; y el único pero valioso nombre que había oído: Anelly.

Me estiro en mi sillón de la sala de visita.

-¿Ha sentido usted esas sensaciones de mareo con anterioridad?-pregunto, volviendo a tomar notas del estado de mi paciente, un hombre mayor de unos cuarenta años.

Miro de reojo el reloj colgado en la pared de mi consulta, son las ocho. Si esta visita se alarga mucho, tendré que llamar a casa para saber de mis hermanos. Es viernes; seguramente Yack y Laos estarán correteando juntos por ahí. Kairin seguirá en el trabajo, Skyress estará en casa jugando…por el que temo es por Darkxai. Los días avanzan y él empeora. En última instancia, estoy decidido a dejarle poseer a ese chico, Niel, por la fuerza.

-Uhm…bueno, sí.-me explica el paciente.-Desde hace unas tres semanas…

Ladeo la cabeza, con interés. En su mente leo que hace varios meses que las tiene, y lo que es más importante, percibo un funcionamiento incorrecto de cierta zona del cerebro.  Entorno los ojos; no me gusta el aspecto de este asunto.

-Debe ir a hacer una prueba con el neurólogo.-le digo, garabateándole un par de notas al neurólogo en una hoja firmada con el membrete del hospital.-Dentro de menos de una semana, a ser posible. Llévele esta hoja cuando vaya.

Sorprendido por la rapidez con la que he descubierto su problema, el hombre se levanta y toma la hoja.

-Gracias.-balbuceo y yo le sonrío.

-Ha sido un placer. Buenas tardes.

Se despide con un seco asentimiento de cabeza y sale de mi consulta.

Suspiro. Me recuesto sobre mi silla giratoria y apoyo las piernas cruzadas sobre mi mesa, llena de papeles. Me gusta ser médico. Opino que la medicina es lo único productivo que han inventado los humanos; y es una ciencia apasionante, cabe decir.  Me siento…tan humano ejerciéndola. Me preocupa detectar problemas en el funcionamiento de la anatomía de mis pacientes, y me alegra saber que contribuyo a alegrarlos.

[Edge of Seduction 01] Seduction (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora