Ocho.

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Puedo sentir la errática respiración de Guido, el arma sigue en mi cien mientras el me sujeta por la cintura. Estoy inmóvil, este momento me importa muy poco morir. Comienzo a reír melancólica, sabia que todo era mentira, Guido estaba loco, oh si que este hombre estaba loco.

—¿Piensas hacerlo? —Pregunto empapada en lágrimas.

—Guido, escucha, podemos dejarla ir  y que no la encuentren los Schäfer —Gaston intenta hacerlo entrar en razón—. ¿Dejaras que ocurra lo mismo? ¿Quieres que termine como Micaela? —Grita fuera de si.

—Cállate, fue un accidente —Grita enojado.

—Fue tu decisión ponerla como señuelo, debiste haberte hecho cargo tu —Grita Patricio intentando convencerlo.

—La amaba, era todo lo que quería en este mundo —Baja el arma y se arrodilla.

Comienza a sollozar, esta dejando ver su lado débil. Escuchó un disparo y siento un fuerte dolor en mi pierna.

—Avalon, ¿Que hace acá? —Pregunta un Pato confundido.

—Dani, ¿Estas bien? —Asiento y me incorporo, pero vuelvo al piso en cuestión de segundos—, está herida.

Guido parece salir de su trance y le dispara a Avalon. Esta aun seguía riendo, Patricio lo mira enojado, había fallado. Gaston me socorre, estaba perdiendo sangre.

—Pato y yo nos haremos cargo de Avalon —Guido me mira—, Guido llévala con el Horacio.

El me toma por la espalda y pasa su brazo por detrás de mi rodillas, me levanta y comienza a caminar.

Su ceño está fruncido, piensa en algo y no creo que ese algo sea bueno. Toco su rostro. Hierve.

—Guido, ¿Estas bien? —Pregunto entrando en pánico.

—Estoy bien —Dice enojado— Horacio tendrá que vernos a ambos —Rie y se cae.

—Guido, amor, vamos —Digo y veo como sale sangre de su cuello. Lloro.

—¿Tienes miedo nena? —Escucho la voz ronca detras de mi—. Cuando quieras darte cuenta el estará muerto.

—No, el único muerto aquí, seras tu —Saco el arma de mi espalda y disparo. El se queda mirándome y rie. Por un momento pienso que falle pero la sangre comienza a salir—. Cuando quieras darte cuenta, estarás muerto.

Miro a Guido, comienzo a llorar. Un hombre de unos cincuenta años se acerca con una escopeta

—Ayuda, por favor, se muere —Pido. El hombre lo mira.

—¿Guido? —Pregunta confundido— No, Guido, tu no te irás —Dice pasando sus brazo por su hombro—. ¿Puedes caminar niña? —Pregunta y yo asiento.

Me levanto como puedo, aguanto el dolor y lo sigo. Llegamos a una cabaña y el lo acuesta en la camilla, yo me dejo caer en el sillón y veo un pañuelo.

—¿Te molesta si lo uso como torniquete? —El niega y yo lo tomo— gracias.

Lo aprieto en mi pierna con fuerza, la sangre deja de salir. Guido seguía con sus ojos cerrados y a mi se me llenan de lágrimas. Como era posible que ese hombre, tan demente y tan débil me haya enamorado. El fue quien me capturó, quien negó mi libertad y me torturó.

—Se pondrá bien, por suerte solamente lo rozo —Asiento sintiendo un fuerte dolor de cabeza—. ¿Estas bien? —Asiento nuevamente, sin embargo, pierdo la conciencia.

Estoy en un campo, allí esta mi madre con un cesto lleno de comida y mi padre juega con Kimmy, nuestra perrita, logro ver a mi hermana y su novio.

Comienzo a correr hasta ellos pero golpeo contra algo, es un vidrio. Ellos me miran y ríen, comentan cosas y siguen riendo, golpeo el vidrio con fuerza, esto no estaba pasando.

—Dani, cariño —escucho llamarme— cariño, despierta vamos —abro lentamente mis ojos y lo primero que veo es a Guido, me cuelgo de su cuello y el corresponde el abrazo.

—¿Estás bien? —le pregunto curiosa, el sonríe.

—Si, estoy bien —me toma por el rostro.

—¿Sabes algo de tus hermanos? ¿Cuánto tiempo dormí? ¿Que paso con los Schäfer? —Une nuestras bocas. Tardo unos segundos en reaccionar. Profundizo el beso.

—Calma mi pequeña saltamontes, todo está bien —asiento— Pato y Gaston estan rastreando a Avalon, ella no se detendrá hasta hacerte daño —Lo miro algo confundida.

—¿Por qué quiere hacerme daño? —El me mira y cierra sus ojos por un momento, los vuelve abrir y me observa.

—¿Estas segura? —Asiento— Ella fue la primer víctima, se enamoró de mi y yo le seguí el juego —mira hacia otro lado— La descubrí intentando algo con Gastón, decidí llevarla con los Schäfer, desde ese entonces me odia y chica que esté conmigo chica a la que seguramente querrá matar —se encoge de hombros— no debes preocuparte por ella, todo saldrá bien —besa mi frente y luego mis labios.

—¿Que paso con los Schäfer? —El observa mis ojos, tengo miedo.

—Bueno Dan, uno de ellos esta muerto y eso solo significa una cosa —el hace una leve pausa— Problemas.

—¿Que tipo de problemas? —Suspira.

—Vendran a vengarse de el, pero prometimos llevarte sana y salva con tu familia y que estés lejos de todo problema y eso haremos —dice convencido de eso.

—Pero yo no quiero volver —digo como una nina pequeña.

—Dani, ¿Que voy hacer contigo? —Dice riendo y vuelve a besar mis labios.

—Buenos días chicos —dice entrando el mismo hombre que me ayudo anoche.

—Horacio, ¿Que tal? —Guido lo saluda con un abrazo amistoso.

—¿En que problema están metidos ahora? —Pregunta sonriente—. Me prometiste que ya no harías esto.

—Lo se tío, pero una vez que estás dentro es imposible salir —El asiente.

—¿Tus hermanos? ¿Alguna noticia? —pregunta preocupado y a la vez pensativo. Parecía que estaba ideando un plan.

—Aún no lo sé, pero Dani ayer mató a uno de los Schäfer y seguramente vendrán a vengar su muerte —El asiente y apoya su mano en su hombro.

—Bien, haré de comer, ¿Quieren alguna cosa en especial? —Negamos y el se retira.

Guido me observa y sonríe perverso, siento como el miedo me consume. Se que algo esta tramando cómo también se que no es bueno lo que sea que está pensando.

—Dan, ¿Por qué no quieres volver? —Pregunta curioso y a la vez ilusionado.

—Porque siento que si vuelvo con mi familia, lejos de ti y tus hermanos jamás volvería a ser lo mismo, jamás volvería a ser feliz —hago una pausa—. Es posible que esté loca pero Guido, estoy enamorada de vos.

—Lamento decirte que tendrás que volver y que yo tendré que ir a la carcel por un largo tiempo —Sus ojos se llenan de lágrimas y escuchamos un ruido fuera.

El se pone en alerta ya con su arma en la mano. Mira por la ventana y me mira a mi preocupado.

—Lo siento Dan —Dice y yo entro en un trance del cual creo no despertar.



N/A: Buenasss he vuelto después de tanto tiempo sin imaginación. Quiero pedirles mil disculpas por no haber actualizado, pero hoy intentare subir al menos dos capítulos mas así que paciencia mis niñas ahre... Disfruten.

Secuestrada. «Guido Sardelli»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora