LA PESADILLA COMIENZA

135 8 24
                                    

// Sólo dejó esto aquí y me voy al Necaxa 😅...

Trás haber dejado las sábanas en la tintorería, la relación decidió que pasaría el resto de la tarde en el centro comercial, sin necesidad de ir a los departamentos de ropa o al cine del lugar, sólo turistear por el lugar, hablar cualquier cosa, después de la experiencia de anoche eran tan unidos que cualquier lugar sería mágico y lo que sea que digan sería importante incluso si ya no se preguntan incluso si uno o el otro está inhalando o exsalando.

Fue un día de muchas risas y bromas con la mercancía que no compraban, disfrutaban eso sí de helados o cualquier otra bebida, se daban besos indirectos con las piruletas que se conseguía Deuz, estaban planeando ya a éstas alturas ver alguna película de estreno y así poder comentarse por semanas lo que sea que vió uno y el otro no captó, pero el mayor tuvo que atender las necesidades de todo ser vivo:

     - Un minuto, debo ir al baño. – Se adelantó Deuz apenas vió que había una habitación de sanitarios.

     - ¡Alivio que lo dices, a mi también me urge! – Confesó Félix sin pena.

Ambos entraron.

Félix ya se había posicionado frente al mingitorio con intensiones pícaras pero Deuz entró en un baño individual.

     - ¿Por qué tan penoso? – Se desentendió el menor.

     - No es pena, yo haré del dos. – Le dijo asomándo la cabeza y volviéndola a introducir luego de darse a entender

Félix chasqueó la lengua decepcionado de que no habían ya más hombres en el lugar y Deuz se rió ante su infortunio.

Ya Félix se lavaba las manos cuando alguien al salir se tropieza y cae con un fuerte impacto.

     - ¡¿Guapo, estás bien?! – No tardó en darle asistencia.

     - ¡Sí! Sí, estoy bien no te apures. – Le dijo con una voz un tanto peculiar.

     - ¿Seguro? Te ayudo a salir, no es problema ¡Dulzura, te espero afuera! – Avisó a quien seguía con sus asuntos.

     - *¡De acuerdo!* – Respondió consciente de lo que ocurrió por puro medio auditivo.

Deuz salió después de dos minutos, se lavó las manos y saliendo de los baños para caballeros notó al momento que Félix no estaba afuera como lo había acordado, ni siquiera se acercaba con los boletos para la película:

     - ¿Félix? – Llamó curioso. – ¿Félix? – Ahora sospechoso. Recorrió todos los alrededores esperando que le brindará en algún momento. – ¿Félix, dónde estás? – Susurra marcando a su celular; no respondió, no escuchó el tono cerca de su persona, musitó ya frustrado y sospechó que todo era una broma mala mas lo empieza a buscar por todo el centro comercial.

Había pasado incluso por el departamento de ropa para mujeres donde sí encontró a alguien:

     - ¿¡Queen!? – La teñida respondió al llamado reconociendo al dueño de esa voz que sonó a sus espaldas.

     - ¿Deuz? – De la sorpresa pasó a la dicha y saludó al mayor con un abrazo. – ¡Qué sorpresa tan linda que me das! Felices cuatro meses por cierto, ayer me quedé sin saldo y por eso no envié ningún mensaje. – Le dijo sin perder la sonrisa.

     - Gracias. Por cierto, hablando de eso ¿No te habrás topado con Félix? Salí de los baños y son horas que no lo encuentro, no me responde a su celular ni siquiera.

     - ¿A Félix? Pues hasta ahora sólo me topé contigo. Pero si le encuentro te llamo.

     - Gracias, yo seguiré buscando entonces. – Y se despidió de su hada madrina retomando rumbo a su búsqueda sin dejar de llamar a su pareja.

Un Cuento de Pesadillas (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora