EPÍLOGO

103 6 22
                                    

Veinticuatro de julio.

La fiesta era increíble, no toda la escuela estaba presente, pero el cumpleañero estaba feliz de tener a sus amistades más íntimas, las de su novio, y aquellos quienes estuvieron con él al salir del hospital con Queen, era una muy buena fiesta y todos la disfrutaban a tope, era un momento mega awesome y apenas eran las cinco y media de la tarde, tal parece que la fiesta durará hasta la medianoche, suerte que todavía eran vacaciones de verano.

Los bocadillos alcanzaron y hasta sobraron como el gran pastel, era un día muy especial y aunque no todos tenían un regalo realmente no le importaba pues en la fiesta estaba la vida, y él mismo era el alma de la fiesta, robando la atención con increíbles pasos de baile, era un remolino en todo tipo de música que se reproducía de la mezcla especial para festejos que preparó su hada madrina.Sus padres aceptaban que la fiesta fuera tan alocada como la contemplaban, eso decía mucho del mundo que aceptaba hoy en día a las personas como su hijo, era un momento hermoso de ver, Félix tenía más amigos que hace tantos años y todo por ser él mismo, porqué el mundo ha evolucionado y evidentemente hasta los heterosexuales se enamoraban de los homosexuales, qué mundo tan hermoso se abría para la gente como el festejado.El rato pasaba, los adolescentes simplemente tenían energía de sobra y la fiesta parecía apenas haber empezado, no importaba la hora que era.

Casi las diez de la noche.

El padre de Félix era muy exigente con su horario nocturno, no detendría el júbilo, sólo se iría junto con su esposa a la casa de los vecinos para dormir, encargaron a los invitados limpiar el poco desastre que estaban causando, claro, con la amenaza de inscribirlos a la escuela marina si encontraba alguna imperfección que perteneciera a la fiesta, sin otra alternativa pero habiendo quedado de acuerdo con ese aspecto desde un principio prometieron incluso dejar la casa mejor que cuando llegaron. Con esa promesa ya el matrimonio se fue con la consciencia tranquila.La fiesta perduró otro rato increíble, y como si éste asunto fueran los quince años de una latina, Félix preparó una coreografía con su grupo para agradecer a los invitados su presencia y a la vez celebrar que sus padres no saben nada de nada con respecto al secuestro y la apuñalada todavía:

Festejar que llegó a los dieciséis años todavía en una pieza.

Y sin saber
Cuán lejos la meta estará
Voy a contar
Un, dos, tres
Un, dos, tres

Y avanzaremos

Y sin saber
A dónde podremos llegar
No voltearé
Pues yo sé
Pues yo sé

Qué avanzaremos

Asfixia, asfixia, asfixiará
El sudor que correrá
Cuando lejos vaya

Han pasado mil cosas que
Ahora no lograremos recordar
¿Quién es él? ¿Y aquel?
Ya son siluetas

Siempre pretendí olvidar
Lo que alguna vez importante fue
Creo que, sólo así
Podremos reír

Al comenzar
Ahora todo a desear voy a contar
Un, dos, tres
Un, dos, tres

Lo lograremos

Y ahora lo sé
Pero muy tarde yo lo ví
Y el reloj
Seguirá, al igual, que estos días

No suelto, no suelto, no soltaré
Los recuerdos de aquel ayer
Aunque lejos ésten

Han pasado mil cosas que
Ahora no lograremos recordar
¿Quién es él? ¿Y aquel?
Ya son siluetas

Pretendemos nada saber
Y olvidar lo que nos hace temer
Creo que, sólo así
Podemos reír

Un Cuento de Pesadillas (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora