Un Cuento de Pesadillas (Finalizada)

MI FAMILIA

Más de una década atrás.
 
     - Oye papá, no me gusta éste lugar, es aterrador. – Decía el niño sujeto por la firme mano del mayor.

     - No te preocupes Deuz, yo soy tu padre y te voy a cuidar de lo que sea que te quiera hacer cualquier daño. – Prometió el mayor sin mirar al niño, sólo los callejones por donde caminaban...

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En el presente.

En la guarida que nadie puede encontrar.

     - ¡¡Esa maldita gata la pagará muy caro!! – Pateó Louie la entrada con una maleta llena de dinero en la mano, retirándose el pasamontañas conservando su misma expresión de odio desde el día anterior.

     - Si me la dejan una noche completa para mí sola ya no me importa lo que le hagan. – Condicionaba Phannie con la máscara en mano y lista a fumarse un porro como de costumbre.

     - Tranquila Phannie, tendrás tu noche con la gata. – Prometió Frederick mientras dejaba su parte de lo robado en el sofá.

     - Pero chicos ¿Cuál es el plan? – Preguntó el novato cerrando detrás de sí la puerta.

     - De momento, esperemos a que baje la guardia, sabe que cumpliremos, pero mientras más nos espere más entrará en pánico, como una víctima de Jigsaw con el tiempo avanzando a sólo diez segundos del final.

     - O~ – Se unió una quinta voz a la conversación abriendo la puerta de la guarida que nadie puede encontrar. – pueden esperar a que esté en su momento de gloria, que su felicidad sea tan grande, que en el último segundo siga suplicando por su vida...

Los Phantom se estremecieron desde que escucharon esa voz al otro lado de la puerta, o bueno, tres de ellos estaban sorprendidos.

La única persona que dio con la guarida de tan peligrosos tipos es la misma persona que ahora mismo forma parte del grupo; que una segunda persona los encuentre no es algo que estén dispuestos a aceptar, menos después de lo que aconteció ayer, que los tiene con la sangre hirviendo.

     - ¿¡¡QUIÉN RAYOS ERES TÚ!!? ¿¡CÓMO NOS ENCONTRASTE!? – Apuntaron sus armas sin miedo a cargar con otro cadáver en su conciencia.

     - El cómo llegué no es lo importante. – Era tan exquisita esa manera tan confiada de hablar como si fueran unos amigos lejanos. – Sobre quién soy, bueno: soy alguien que los puede ayudar a eliminar un mismo enemigo; una traidora para mí, y una asesina... – Sentenció arrojando al suelo una serie de fotos tomadas aparentemente sin que el objetivo de diera cuenta...

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En el hospital.

Deuz contemplaba la silueta de quien ingresó en la habitación con suma intriga:

Había entrado una mujer muy elegante, con su hermoso cabello rojo sujeto con chongo flojo, sin muchos adornos pero era un peinado muy bien sujeto, apenas y unos pocos pelos estaban sueltos, y todavía se veía muy bien, su piel blanquecina estaba tan bien cuidada que parecía ser la de una muñeca, junto con ese rostro tan dulce y radiante, era como una adolescente más pero al ser todavía un poco más alta, y con un maquillaje elegantemente moderado demostraban que era una mujer que apenas pasaba por los treinta años aunque podría tener más edad, vestía modestamente pero parecía una mujer triunfadora de dinero que la acerca a ser millonaria, pero a simple vista se nota que es una dama de clase media-alta, Deuz se sentía que la conocía pero no tenía ni la más mínima idea de dónde.