Capitulo 7.

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Golpearon la puerta muy fuerte y repetidas veces. ¿Quién quiere arruinar mi momento porno-cómico? Ugh, eso sonó sucio ___.

-¿Si?- pregunte abriendo la puerta.

-¿podrías callar tu estruendosa risa en lo que resta de la noche?- mi Adoni… chico del pasillo se encontraba recargado en el umbral de la puerta con los brazos cruzados a la altura de su pecho, recargando todo su peso en una de sus piernas, su cara adormilada… ¡Dios su cara!

-¡_____!-gritaron en mi oído. Me sobresalte y sacudí la cabeza. Fue mi imaginación. Qué bueno. Me ahorre una vergüenza horrible que aquel me viera así. Seguro me callo mal el queso de los nachos- tierra llamando a ___- susurraban, me di cuenta que estaba viendo hacia la puerta como si lo que imagine fuera a pasar, gire el rostro y ahí estaba Joe con el vestido verde limón sentado a mi lado viéndome confundido- ¿Qué te paso?

-¿Por qué lo dices?- pregunte confundida

-estas roja- arrugo la nariz- ¡oh! Ya entiendo, estabas imaginándonos dando duro contra el muro ¿no es así?- dijo con cara pervertida- vamos acéptalo pervertida.

-oh yeah…- hice voz de hombre mordiendo mi labio. Todos rieron.

-más vale que tengas un condón cariño, porque no pienso perder mi espectacular figura por un descuido tuyo- trato de hacer imitar la voz Jade cuando hace tiempo hablo por teléfono con su novio y nosotros “casualmente” escuchamos, ella nos quiso matar con la mirada pero al final todos reímos a más no poder.

Horas después teníamos demasiado sueño así que fuimos por cobertores y los acomodamos para poder dormir los 3 juntos en la sala. Estar con ellos me hacía sentir realmente bien, me sentía feliz y tranquila. Mientras yo había ido por las almohadas, ellos se quedaron platicando un rato más en la cocina dejándome todo el trabajo a mi. Vaya mejores amigos. Ya todos acomodados dejándome en la esquina a la derecha, lo cual agradecí, seguimos charlando de cosas triviales hasta quedarme dormida.

La semana se paso muy rápido, era Lunes, solo una semana más y las clases comenzaban, el martirio y estrés comenzaba, los maestros gruñones y mandones comenzaban, la poca libertad comenzaba, en fin, la escuela comenzaba. A Jade y a mí se nos ocurrió ir a comprar de una vez los libros que necesitaríamos y decidimos invitar a Louis, el acepto claramente.

Estaba cerrando la puerta del departamento mientras Jade y Louis me esperaban en el elevador corrí cuando vi que estaba a punto de cerrarse, reímos por mi improvisado salto olímpico para alcanzar la puerta. Caminamos hacia el estacionamiento y nos subimos al auto de Jade, era en Audi Azul, muy hermoso, me pregunto ¿por qué yo no tengo auto? Oh, ya recuerdo choque el de sus padres cuando su primo trato de enseñarme a manejar. Al cabo que ni es tan necesario un auto, tengo mi chofer personal.

-Mierda…- susurro Louis.

-¿Qué pasa?

-olvide mi cartera- rodo los ojos. Reí.

-si quieres voy por ella- le propuse. El sonrió mostrando su linda dentadura y asintió

-no tardes- me advirtió Jade.

Corrí hacia el elevador y marque el piso 3, movía el pie apurada, un minuto después las puertas se abrieron en mi piso y corrí a su puerta, la abrí sin más y me sorprendí con la escena que mis ojos presenciaban. Harry riendo a carcajadas con pijama negra con puntitos blancos, sentado en el sillón viendo Bob esponja. Sentí que mi corazón se saldría. ¡Era tan tierno!, se veía tan alegre, indefenso… nada que ver con el gilipollas que anoche me encontré. Oh cierto, estoy molesta con él. Todo en mi se centro en algo en particular. Su risa. El sonido más hermoso que la vida pudo otorgarle al mundo, tan contagiosa, hermosa, rara pero perfecta. Cerré la puerta detrás de mí para notar que estaba ahí. De pronto cambio de canal, el noticiero, dejo de reír. Me regañe por dentro al ver que no escuchaba más esa hermosa melodía, se tenso y giro su rostro solo un poco para alcanzar a verme de reojo.

-Louis se fue hace 10 min.- dijo tajante. El chico del pasillo está de regreso damas y caballeros.

-lo sé, el me mando…- le respondí tímida. ¡vamos ___ no te dejes intimidar!

-entonces dile que por milésima vez yo iré a comprar mis materiales otro día- respondió levantándose del sillón y volteando hacia mí. Me recorrió de pies a cabeza con la mirada, sentí que esos ojos verdosos me traspasaban pero trate de no hacerlo notar.

-¿me dejas terminar?- eleve la voz. Sonrió divertido por un segundo pero luego puso cara de arrogante- solo vengo por su cartera ¿sabes donde esta?

-no- y camino a lo que parecía la cocina. Su departamento era casi igual al nuestro. Por dios ___ ¿Qué acabas de decir? Claro que tienen que ser iguales ¡son del mismo edificio! Tuve la necesidad de seguirlo y así lo hice mientras buscaba con la mirada la cartera- aquí tienes- los pocos reflejos que tengo fueron utilizados para tomar a tiempo la cartera que me lanzo antes de que topara en mi rostro.

-¡que amable!- dije irónica. El solo sonrió forzado y busco algo en el refrigerador.

-siempre gatita- contesto segundos después, ¡Maldito idiota! ¿Qué no entiende que no soy ninguna gatita? Bufe. Me acerque, quedamos con medio metro de distancia.

-¿Qué no te quedo en claro que no quiero que me llames así?- gruñí viéndolo.

-¿Qué no te quedo claro que me vale lo que digas?- contraataco. Hice como que le soltaba un puñetazo en el estomago y él se escamo al momento. Reí.

-estúpido- camine hacia la puerta. 

-tonta- dijo siguiéndome.

-pendejo.

-loca.

-idiota.

-arrogante.

-¿Qué no tienes algo mejor?- pregunte girándome cuando llegamos a la puerta del elevador. Creo que no le importo que lo vieran con esa pijama.

-si- asintió sonriendo- preciosa- sonrió. No alcance a golpearlo como tanto deseaba porque las puertas ya se habían cerrado. Lo maldije todo el camino al auto de Jade, abrí la puerta y me senté molesta.

-toma tu puta cartera- se la lance y el rio por lo bajo al igual que Jade.

-me debes una hamburguesa Tomlinson- le giño un ojo y el negó con la cabeza.

-maldita bruja- dijo riendo.

-¿Qué?- pregunte aun molesta pero curiosa, no si eso nadie me lo quita.

-Tu querida amiga y yo apostamos sobre tu y Harry, si llegabas molesta por culpa suya yo le compro una hamburguesa pero si tu llegabas normal ella me la compraba a mi- me vio de arriba abajo burlón- pero por lo que veo no te fue muy bien

- ja ja. ¿Qué esperabas? es un estúpido- contesté tajante.

<<Al que traes loco>> pensó Louis.

Te sostendré por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora