Capitulo 5.

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-____- me presente extendiéndole la mano.

-Louis- me sonrió y tomo mi mano.

-es un gusto Louis- asentí con la cabeza y de pronto me tenia abrazada- ¡hey! ¿Qué tienes?- me sobresalto su acción.

-nada, solo que me asusto mucho que te haya pasado algo- se lamento rascando su cabeza- perdón, soy algo impulsivo.

-no hay por qué preocuparse, enserio estoy bien-  la mueca que formaba su boca decía que aun no me creía. Reí- créeme estoy bien.

-bien, ¿qué te parece si te invito a desayunar como disculpa?- propuso.

-Am… claro, solo acompáñame a avisarle a mi amiga- asintió y caminamos hacia el auto de Jade, tenia puestos los audífonos y cantaba a todo pulmón, reí porque tomaba su cartera como micrófono. Conocía esa canción así que espere al solo para bajarla de su escenario imaginario.

-¡BRAVO! ¡BRAVISIMO! ¡SOY TU MAYOR FAN!- Louis me había robado mi broma, a lo que yo solté una carcajada y Jade lo veía confundida pero con una chispa divertida en los ojos- ¿me firmas el trasero?- preguntó y se volteó para dejar a la vista su trasero. Jade y yo casi nos ahogamos en carcajadas a lo que él solo sonrió.

Cuando me tranquilice le pregunte si podía ir a desayunar con Louis- no sabes en lo que te estás metiendo amigo, espero que traigas suficiente dinero- le giño el ojo- anda ve ___, ¿traes llaves cierto?- asentí- bueno entonces adiós- sonrió y arranco el auto hacia el súper.

-entonces…- habló Louis mirando al piso con las manos en los bolsillos de sus pantalones blancos. Yo siempre he dicho que todo hombre que use pantalón de color es marica pero, existen algunas excepciones. Solo unas pequeñas excepciones.  Y más porque se le ven muy bien. Reí- ¿a dónde desea ir hermosa dama?

-sorpréndame caballero- respondí siguiendo su juego. El me sonrió y me ofreció su brazo y yo lo tome, caminamos hacia a las afueras del estacionamiento hasta que recordé- espera… ¿y tu amigo?- cuestione, él pareció no entender- el que venía manejando…

-¡oh! Él, no te preocupes, seguro que vio que estabas bien y se fue al departamento- se encogió de hombros. Asentí.

Caminamos hacia una cafetería que se encontraba en la esquina de la calle y daba una vista hermosa al Big Ben.

-hermoso, ¿no?- retire la mirada del paisaje para verlo.

-si…- mi respuesta fue casi un susurro. Sonreí.

-no eres de por aquí, ¿cierto?- pregunto- digo, porque ¿qué persona de Londres se impacta con el Big Ben?- rio con una pisca de burla. Yo negué.

-no, soy de California, desde los 13 vivo a las afueras de Londres, llegamos este fin de semana y con todo eso de desempacar no hemos tenido tiempo de salir a ver Londres.

-¿llegamos?

-Me refiero a Jade, la del concierto- reí.

-oh, ya veo- sonrió acomodándose en su asiento frente a mi- cuéntame de ti- ínsito.

-mejor tu pregunta y yo respondo ¿vale?- la verdad no era muy buena hablando sobre mí, hay veces donde me trabo y muero de la vergüenza. Duramos más de 2 horas “desayunando” claro si eso significa soltar carcajadas de esas que se escuchan a 2 cuadras de distancia, molestar al otro, hacerle bromas a demás clientes sin que se dieran cuenta afortunadamente y de vez en cuando aventarnos comida… entonces sí, si desayunábamos. Platicábamos de nosotros y los motivos por los cuales estábamos aquí; él también se acababa de mudar junto a su amigo, al parecer irían a la misma universidad que nosotras dentro de 1 semana más, era de Doncaster, tenia 4 hermanas y las amaba mucho, entre otras cosas. Me fue a dejar hasta el elevador ya que dijo que tenía que hablar con la recepcionista. Marque el piso 3 y esperé. Un pitido un poco molesto me aviso que ya estaba en mi piso. Espere a que se abriera la puerta y después camine con la cabeza agachada buscada las llaves en mi bolsa. De pronto choque con algo duro,  olía malditamente bien, pero caí encima de él o eso. 

Te sostendré por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora