Día 17 - Sangre y Suero/Esta un poco nublada

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Hoy me levante cerca de las cuatro de la mañana, dado que esas pastillas tienen por efecto secundario despertarme abruptamente una vez terminado el efecto. Suelo volverme a dormir, pero hoy no es el caso.

Ayer Ella comió poco, y lo que comió tuve que ayudarla yo. Ella trato de comer sola, pero después de soltar el tenedor debido a falta de fuerzas, le di de comer en la boca. Por supuesto que Ella se negó al principio, pero le recordé que morir por inanición es doloroso y largo, así que pronto cesaron sus débiles protestas.

Me dirigí al hospital, el cual por suerte –si es que se le puede llamar suerte- esta a tan solo media hora en autobús. Llevaba con migo unas recetas para un par de bolsas de sangre y suero para Ella.

Ya allí, no me encontré con su medico, puesto que solo debía ir a la farmacia del hospital

-Que precisaba joven?- me pregunta la farmacéutica del hospital

-Vengo a retirar lo de estas recetas- le doy las recetas y miro mi reloj –mierda, se esta haciendo tarde

-Aquí tiene joven- me entrega una bolsa térmica en la que se encuentran tres bolsas de sangre y cinco de suero, además de que me entrega una caja con la estructura de soporte

Me da una explicación rápida de cómo aplicar ambas bolsas y me retiro a casa.

Algo me preocupo durante todo el viaje, de un momento a otro, el cielo celeste y primaveral dejo paso las nubes, de tonalidad gris plata

-Parece que lloverá para el fin de esta semana- pienso mientras espero el autobús, negándose mi cerebro a recordar lo que me dijo días atrás

Una vez en casa, Ella me llama gritándome nerviosa. Atino a tomar sus medicamentos y algo de agua y voy donde esta

-Que sucede?- pregunto tratando de recuperar el aliento

-Mi brazo...- cuando la veo noto que su brazo izquierdo ahora terminaba en su codo –Podrás tirarlo?- me pregunta con lagrimas en los ojos

-Enseguida, pero primero están tus calmantes- hago que se tome sus pastillas y un poco de agua

En lo que voy a la cocina por una bolsa para guardar su brazo Ella me pregunta

-Que traes en esa bolsa?

-Sangre y suero para ti- le digo mientras guardo el brazo en la bolsa –el medico me dijo que llegado cierto punto de tu enfermedad, debería de ponerte sangre para evitar que te desmayes, y el suero es para evitar la falta de liquido

-No es como si me fuese a mejorar- dice Ella con algo de sarcasmo en la voz –me parece algo innecesario. Además si me desangro, podría partir más rápido

-El medico me comento que de faltarte sangre, el pecho empezaría a dolerte a un punto en el que los medicamentos no podrían evitarlo, además de que serian inefectivos debido a la falta de sangre que los lleve donde te duele, y que si ingieres poco agua, debía ponerte suero. La muerte por deshidratación es horrible

-Pero al menos me podría ir- dice como si quisiera alguno de los finales antes mencionados

-Pero será horrible y doloroso. Si te vas a ir, deseo que sea sin dolor. No quiero que mi último recuerdo sobre ti sea tu imagen retorciéndose y gritando de dolor- trato de convencerla de que es una mala idea

-Como tú digas- no se veía muy convencida, pero seguro que tampoco quería morir dolorosamente

Armo rápidamente el soporte y le conecto las bolsas por medio de los catéteres a su brazo izquierdo, y lentamente Ella recupera algo de color.

Pasan unas horas, y con ellas el almuerzo. Mientras vemos un poco de televisión, Ella me habla

-Esta algo nublada

-Que?

-Que esta algo nublada

-La ciudad? Si, esta mañana amaneció nublado. Creo que mañana se compondrá el clima

-No, no la ciudad

-Entonces?- le pregunto, pero noto que no me mira cuando me habla, algo que si hacia los días anteriores –No me digas que...- tenia miedo de la respuesta

-Mi vista. Me esta costando ver de lejos, y enfocar de cerca- creo que noto mi cara de dolor y tristeza cuando agrega –Pero no es como si no supiera que me iba a pasar, el medico me dijo que iba a perder gradualmente la vista, pero esto es muy repentino

-No te preocupes. Yo seré tus ojos- le digo mientras tomo su mano

-Gracias por estar aquí con migo- me dice con lagrimas en los ojos

-Gracias por dejarme estar aquí con tigo

Pasaron las últimas horas del día, y con ello llego la hora de dormir. Le traigo sus calmantes y en ello Ella me dice

-Entonces afuera esta nublado

-No hay nada de que preocuparse. Escuche que para mañana mejoraría- trato de alejar el tema del clima mientras le doy sus calmantes

-Esta cerca...- cae dormida y no puede terminar su frase

Hoy no hubo mucho que limpiar, dado que comimos ambos del mismo plato, además que prepare poco. Enterré su brazo bajo el árbol y siento una ligera brisa bastante fresca

-Definitivamenteson nubes de tormenta    

Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora