Día 20 - Se llama miedo

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Hoy amaneció con unas ligeras lloviznas, curiosamente frías, tan distinto del clima cálido de hace una semana atrás.

Desde que Ella se despertó, me pidió que no soltara su mano. Que no la dejara sola. Que tenía miedo.

-Se que es algo incomodo estar así- me dice mientras esta firmemente sujeta de mi mano –pero así me siento mas segura

-No es nada incomodo. Si fuera por mí, estaríamos así para siempre- le digo tratando de ocultar un ligero dolor en el brazo tras 4 horas de estar tomado de su mano y con un libro en la otra

Sigo leyendo para Ella, y solo me separo de su mano para ir a buscar otro libro. En lo que lo traigo, Ella me dice

-Alguna vez te dije que lees muy hermoso?

-Creo que no. Gracias de todas formas, pero tu voz es mas bonita para leer- le devuelvo el halago

-Realmente tienes una voz hermosa. Y tu mano se siente tan bien contra la mía. Realmente me siento protegida cuando me tomas de la mano.

No se realmente que o como contestarle, así que simplemente sigo leyendo para evitar romper la atmósfera.

-Me estas ignorando?- me pregunta algo molesta al no recibir respuesta

-No

-Entonces?

-Tu voz es demasiado hermosa para opacarla con la mía, por eso solo te he estado escuchando- cuando le digo esto, Ella se sonroja un poco, casi imperceptible debido a la falta de sangre –casi lo olvido!- se estaba acabando la bolsa de sangre y la de suero y había que cambiarlas

-Debes de soltarme para hacer eso?

-Lamentablemente si

Suelto su mano y me dedico a cambiar las bolsas. Aprovechando que me dejo de apretar la mano, acomode sus sabanas, prepare un poco de te y abrí la ventana para que entrara aire en la habitación

-A donde te fuiste?- me pregunta algo nerviosa

-Abrí un poco la ventana y prepare algo de te. Nunca me iría o te dejaría sola. No tengas miedo sobre ello

-Cuando no puedes ver ni moverte por tu cuenta, es normal que tengas miedo de que te dejen sola. Se que no lo harás, pero el miedo esta ahí

Tomo su mano mientras enfrío un poco el te para que Ella pueda beber

-Te lo dije mil veces y te lo repetiré otras mil: nunca te dejare sola, no debes tener miedo sobre ello

El resto del día fue notablemente tranquilo, dentro de lo que cabe, tomados de la mano, leyendo.

Hasta que la hora de dormir llego

-Dame un minuto mientras devuelvo los libros al estante y traigo tus calmantes- le digo mientras gentilmente suelto su mano

-Ya es hora de dormir?- me pregunta con cierta tristeza

-Lamentablemente si- contesto mientras acomodo los libros

-Yo quería que siguieras leyendo para mi- parece una niña pequeña haciendo pucheros

-Mañana leeré todo lo que quieras para ti. Ahora debes dormir un poco

-Puedes tomar mi mano mientras me quedo dormida?

-Me dejarías?- le pregunto mientras tomo su mano

-Por favor, toma mi mano y apriétame fuerte- queda en silencio por un momento y me dice –Por favor! Toma mi mano!- me dice con cierta desesperación

-Pero si estoy tomando tu mano, y un poco fuerte- empiezo a ver como las lágrimas se forman en su carita –No me digas que...- rápidamente me interrumpe

-No puedo sentir tu mano, la sensación desaparece, apenas puedo sentir mis propios dedos- empieza a llorar mas fuerte

Había notado que las heridas en su brazo, pecho, abdomen y cara habían crecido mucho, pero parece que su brazo no estará ahí por mucho más tiempo

-No llores por favor- trato inútilmente de calmarla

-Como no voy a llorar, ya no siento nada en mi brazo. No puedo sentir tu mano, por que esto tiene que estar pasándome a mi?

-...- no se que decir o contestar, así que me quedo callado

Habremos estado unos quince minutos en silencio cuando Ella me pide

-Por favor, me darías mis calmantes?

-Abre la boca por favor- le digo mientras abro la ampolla de medicina

-Nunca dejara de saber horrible- hace gestos de disgusto por el sabor de esa cosa

Hacemos silencio, y empiezo a sollozar

-Discúlpame.

-Yo debería ser la que pida disculpas. Yo se que voy a morir, y aun así hago todo este escándalo, como si fuera a solucionar algo

-Se llama miedo. Tienes miedo de partir, no quieres irte. Desecaría poder ayudarte, pero no puedo. No hay nada que yo pueda hacer- le digo mientras ahogo el llanto en mi garganta

-Has hecho más de lo que te imaginas, más de lo suficiente

-No he hecho nada, y no se si merezco tu compañía

-Has permanecido a mi lado, a pesar de que yo te dije que te marcharas, has cuidado de mi, has soportado mi llanto estos últimos días, te has hecho cargo de mi cuando mis padres se marcharon, has hecho mas de lo que te imaginas sin la obligación de hacerlo...- no puede terminar su frase debido a que los calmantes la duermen por completo

Me separo de Ella, aseo esa única taza sucia, acomodo los libros que quedan y me preparo para dormir

-Lo he hecho por que te amo


Amor VerdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora