Kelly bajó de su cuarto, como siempre, contando cada escalón hasta llegar a la planta baja.
-14 escalones – susurró para sí misma mientras se le dibujaba una sonrisa en su rostro.
En la sala de estar, Kelly se detuvo y observó detenidamente su casa. Cuadros fuera de lugar, el reloj de pared detenido y algunos libros con garabatos incomprensibles sobre la repisa. Incluso el envoltorio del chocolate que dejó en el sofá anoche, mientras veía una película de ciencia ficción antes de ir a la cama, ya no estaba. Kelly sabe que su madre jamás recogería un papel que ella dejó. A su madre le gusta regañarla cuando deja envoltorios de comida y vasos sin lavar por toda la casa. <<¡Raquel! Limpia el desorden que dejaste >>, así la llama su madre cuando está molesta. Ella cree que la única manera para que Kelly deje de ser tan perezosa es regañándola. Una voz se oyó desde el comedor.
-¡Mi padré! – exclamó mientras se dirigía a observar qué ocurría.
Caminó lentamente, observando cada rincón de su casa como si buscara algo. Al entrar al comedor, se encontró con sus padres discutiendo.
-¡Trabajo hasta las 21.00 horas todos los días para traer dinero a casa y tú no eres capaz de esperarme con un plato de comida caliente! – exclamó su padre con un tono de voz elevado.
Kelly pensaba en lo ridículo que se veía – ella sale a las 16.30 del liceo y camino a casa podía ver a su padre todos los días bebiendo en un bar cercano, sentado en una barra con una botella de vino y una copa como su única compañía. Ella no le contaba sobre esto a su madre para no causar más problemas, aunque era evidente que su madre ya lo sabía, pues ningún hombre que llega a casa después del trabajo huele a vino -.
Kelly tragó saliva, movió sus labios como para responder a su padre pero finalmente desistió. Nada de lo que dijera tendría importancia. Ella temía que algún día su padre las lastimara y agradece la decisión que tomó su madre hace ya casi dos años, cuando ella tenía 15. Desde el divorcio de sus padres la vida le parecía un poco más sencilla e incluso la relación con su padre había mejorado.
Kelly decidió salir de su casa para distraerse de la escena que acababa de ver. Estas situaciones realmente la agotan y es mejor evitarlas. Al salir, se dio cuenta que era de día. Por la posición del sol dedujo que era de mañana, quizás las 10.00 u 11.00 am.
-Odio cuando los relojes están malos – dijo a sí misma mientras caminaba por la vereda.
Había algunas personas en la calle, niños jugando en el jardín de sus casas y algunos perros, pero a Kelly le llamó la atención un par de sujetos que parecían extranjeros. Uno tenía puesto un abrigo largo, inadecuado para la época, mientras que el otro llevaba puesto una especie de sudadera con capucha. <<Miden por lo menos 2 metros de altura>> pensó. Caminaban a paso lento y miraban en todas direcciones como si buscaran algo.
-Si me acerco podré oír de que hablan – dijo a sí misma.
Se acercó lo suficiente como para escuchar su conversación, mientras disimulaba estar distraída en su celular, el cual ni siquiera encendía.
-Creo que por aquí está la salida – dijo el sujeto que traía puesto el abrigo.
-Sí – afirmó el sujeto con capucha.
Ambos tenían un acento muy extraño, casi neutro. Kelly sintió la necesidad de alejarse un poco. No sabía por qué pero algo le decía que se alejara, lo cual aumentó aún más su curiosidad.
-¿Salida? – Pensó Kelly mientras disminuía el paso para alejarse de los dos sujetos, sin perderlos de vista – Quizás intentan salir del pueblo. De seguro están perdidos.
Kelly siguió a los sujetos por casi 10 minutos hasta que se detuvieron frente a una vieja casa en venta. Ambos se miraron a la cara con un gesto de confirmación y entraron. Se veían muy seguros al entrar como para estar perdidos, pensó Kelly.
-¿A qué se habrán referido con <<La salida>>? – Dijo Kelly en voz baja, aun intrigada por la presencia de esos sujetos – Iré a investigar, después de todo aquí no pueden lastimarme – Dijo a sí misma dándose fuerzas.
Kelly caminó hasta la vieja casa. Desde que ella tiene recuerdos esa casa ha estado abandonada y sus dueños no han logrado venderla. Hay rumores de que la casa está embrujada, de que está habitada por duendes y que hasta un grupo de punkies vivé ahí. Todos esos rumores le parecen ridículos, simplemente es una casa que no ha podido ser vendida porque sus dueños ni siquiera se han dado la molestia de poner un cartel de <<Se vende>>.
Kelly atravesó la pequeña cerca destruida en el jardín y se dirigió a la puerta de entrada. Con un poco de sudor en sus manos y su corazón palpitando al máximo, Kelly comenzó a girar la manilla de la puerta, y antes de alcanzar a echar un vistazo su celular comenzó a sonar.
-¡Mierda! ¡Sólo un segundo más! – Exclamó.
Fueron sus últimas palabras antes de despertar
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R.E.M.
Фэнтези¿Alguna vez te haz preguntado si los sueños son reales? Kelly es una chica de 17 años que está muy consciente de sus sueños. Hasta ahora, nunca había intentado alterar el curso natural de un sueño, pero todo se sale de control a medida que comienza...