CAPÍTULO 2

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Eran las 7.45 am y su celular le indicaba la hora de levantarse. Kelly se puso el uniforme el cual consiste en una blusa blanca y una falda azul marino. En la blusa, un pequeño corbatín del mismo color que su falda, el cual Kelly suele no utilizar, y unas calcetas hasta la altura del muslo.

-13 escalones – dijo en voz baja con una evidente cara de decepción mientras descendía por la escalera.

Los cuadros estaban en el lugar correcto, el reloj de pared marcaba las 7.52 y el segundero hacía su recorrido habitual.

-Atlas del mundo, Historia universal, Biología celular...

Esta vez los libros de la repisa mostraban letras claras y el envoltorio del chocolate seguía en el sofá.

-Qué decepción – dijo mientras se dirigía a la cocina, donde su madre la esperaba con el desayuno listo.

-Kelly, después de tomar desayuno recoge ese envoltorio que dejaste en el sofá – dijo su madre con un tono alegre.

-Si mamá – respondió un poco sorprendida por no recibir un regaño.

- ¿Qué ocurre? Pareces distraída – preguntó su madre mientras observaba a Kelly mirar el desayuno sin siquiera probarlo.

-Nada mamá – mintió – y dio una mordida al pan tostado.

Su madre acostumbra a darle pan tostado con mantequilla todas las mañanas. A veces Kelly piensa en lo aburrido que es comer pan todos los días y en lo genial que sería comer galletas o pasteles de desayuno. Kelly se gasta todo su dinero en comida, y aunque pasa gran parte del día comiendo golosinas, es muy delgada. Sus compañeras de escuela siempre la han envidiado por eso.

Kelly terminó de tomar desayuno y se colocó una sudadera holgada con capucha sobre la blusa antes de ir a la escuela. Ella acostumbra a estar en casa con sudaderas y calzas en las piernas. Así se siente más cómoda. Y aunque su madre siempre le recuerda lo hermosa que se ve con su uniforme, Kelly prefiere vestir una sudadera con capucha que le recuerde la comodidad de su hogar.

-¡Adiós mamá! – dijo Kelly mientras salía cerraba la puerta.

Cerca de su casa pasa un bus que va directo a la escuela, sin embargo, Kelly prefiere caminar 30 minutos a paso lento. Además, normalmente pasa a buscar a su amiga Anna que vive a mitad del camino. Anna es su mejor amiga y suelen pasar mucho tiempo juntas después de clases. Kelly iba pensando en qué hacer después de la escuela, podría ver esa serie que dejó descargando toda la noche o quizás pasar el rato dibujando algún personaje de un manga japonés. Con su mente ocupada en eso, avanzó un par de cuadras en dirección a la escuela.

-¡Aquí es donde vi a esos sujetos! – Dijo a sí misma mientras recordaba el sueño de esta mañana.

Desde pequeña Kelly se ha sentido atraída por los sueños. <<¿Cómo es posible que en un sueño podamos volar, estemos en un lugar desconocido e incluso que seamos otra persona, sin que pongamos en duda la realidad? ¿Si ahora me teletransportara a la escuela, aceptaría que la teletransportación es algo común que puedo hacer a diario?>> preguntas como estas se hacía Kelly a diario.

Los sueños parecen tan reales que sólo puedes saber que un sueño es tal luego de despertar... y eso la inquietaba hasta el punto que llegaba a pensar que se encontraba soñando incluso cuando estaba despierta. Después de todo, ¿cómo diferenciarlo? <<Dentro de un sueño estoy tan segura de que todo es real, de que esta es mi vida, tal como lo hago cuando estoy despierta>>. Fue así que Kelly comenzó a poner en duda la realidad y a prestar atención a cada detalle. Cada vez que baja de su cuarto cuenta los escalones, cada vez que esta en la escuela intentaba leer la portada de algún libro o las indicaciones de los pasillos. Estando en un lugar desconocido Kelly se pregunta cómo llegó allí. En un sueño sólo apareces en un lugar, pero no recuerdas cómo llegaste – decía. Eso lo aprendió de una película de ciencia ficción de las que tanto le gustan y a las cuales dedica gran parte de su tiempo libre. Hacer esto se volvió algo habitual, Kelly busca cada detalle inconscientemente, tanto así que lo hace incluso mientras suena. En los sueños no todo funciona de la misma forma que cuando estamos despierto. Algunas veces las escaleras tienen más escalones, los relojes no avanzan, las letras parecen confusas... es muy difícil intentar leer un libro en un sueño. Los aparatos electrónicos también fallan. Los celulares no encienden y los interruptores de luz no funcionan. Su madre siempre la regaña por ir prendiendo y apagando las luces durante el día. Desde hace un poco más de un año que Kelly puede saber si se encuentra dentro de un sueño o no. Sueño lúcido – lo había leído en internet – el estado en donde eres consciente de estar soñando. Con quién Kelly pasa la mayor parte del tiempo en sus sueños es con su gato Mishu, el cual falleció hace ocho meses. Kelly no puede controlar sus sueños, ella sólo aparece en un lugar y cada vez que ve a su pequeño gato llora de felicidad y pasa horas junto a él. Algunas veces, su padre aún vive en casa y Kelly disfruta pasar el tiempo riendo con su familia, como nunca pudo hacerlo realmente, ya que las discusiones eran habituales.

-¡Kelly, espérame! – Gritó una chica a lo lejos.

-¡Anna! – dijo Kelly sorprendida. Se había perdido en sus pensamientos y olvidó pasar a buscar a su amiga – Perdóname, mi mente estaba en otro lugar.

-¿Qué ocurre? ¿Otra vez Mishu? Kelly, Mishu está bien, aunque no puedas verlo él está contigo. Tienes un ángel de cuatro patitas que te cuida, no deberías estar triste por eso.

-No es eso – Dijo mientras sus ojos se humedecían por recordar a Mishu – Anoche soñé con mis padres y estaban discutiendo, pero no fui capaz de intervenir – mintió. En realidad ella no intervino porque sabía que sólo se trataba de un sueño y lo que en realidad la inquietaba era lo que ocurrió después.

-Es normal que sueñes con tus padres discutiendo Kelly, lo viviste por 15 años y no vas a superarlo en sólo dos. Ahora todo es diferente, aférrate al presente que estás viviendo. Tú y tu madre están bien y eso es lo que importa – dijo Anna mientras tomaba a Kelly del brazo para caminar juntas.

-Gracias Anna, intentaré no pensar en eso.

Anna es una chica de 1,60 metros, sólo 3 centímetros más baja que Kelly. Tiene el cabello negro y corto, y de cada patilla le cuelga un mechón de pelo hasta sus hombros. Kelly piensa que sacó ese peinado de algún personaje de animé de los que tanto le gusta ver, y aunque le parece un poco extraño, cree que le combina bien con los anteojos, los rasgos finos y la piel blanca de Anna. Kelly le cuenta todos sus sueños a Anna, pero jamás le ha mencionado que ella está consciente mientras sueña, no quiere que su amiga la crea una loca.

-¿Recuerdas que día es hoy? – dijo Anna con una sonrisa.

-Es viernes, ¿Por qué?

-Es el último viernes del mes, ya sabes... ¡Maratón de series! – Anna esperaba que Kelly cambiara un poco su rostro o mostrara algún signo de emoción. A ella le encantan las series, sobre todo las de ciencia ficción.

-Es cierto, anoche dejé descargando esa serie que tanto tiempo esperamos – respondió Kelly con una sonrisa. Anna conoce muy bien a Kelly como para saber que esa sonrisa era falsa. Cuando Kelly sonríe suele entrecerrar sus ojos, pero cuando finge una sonrisa, sus ojos están completamente abiertos. Esto es algo que sólo Anna sabe y que no diría jamás a Kelly.


R.E.M.Where stories live. Discover now