IV

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Han pasado ya 2 soles oscuros en la aldea...Lhotr es ahora parte del consejo de ancianos....Al-kyzet...no regresó a tiempo...
Era una noche muy fría, los hombres se juntaban alrededor del fuego para calentarse y cocinar algo de lo poco que habían logrado cazar, se peleaban entre ellos mismos por un trozo de comida, fue entonces que un Kreim se levantó molesto por las riñas provocadas por su propia gente:
-¡¿Que les sucede?!- grito-¡¿acaso somos animales, como para pelearnos por la comida?!
-¡No molestes Kreim! , ¡Esto es entre nosotros, si tú no quieres comer algo es por puro capricho tuyo!
-¿Cómo no me va a importar Baktun?, ¿Qué no ves en lo que nos estamos convirtiendo?, ¿no te importa que parezcas animal?
-¡Mientras coma sobreviviré, eso es lo único que importa!, ¡Sobrevivir hermano, entiéndelo!
-No veo razón alguna para pelear entre nosotros Baktun, ¡Mírate! ¡Pareces una bestia! Y eras el orgullo de nuestro padre...
-¡Claro que hay razón!, desde que algo está acabando con los animales nuestras zonas de caza se están terminando, ¡Es la supervivencia del más fuerte Kreim entiéndelo!
-¿El más fuerte?, el consejo de sabios aún manda aquí hermano, debemos acatar sus ordenes para salvar a la aldea, salvar a los niños...
-¿Los niños?-le interrumpió Baktun- mira a tu alrededor y dime cuántos niños puedes ver-dijo señalando hacia el campamento que apenas habían  logrado construir, - solo porque nuestro padre esté en el consejo no significa que tengamos que seguir manteniendo los votos, entiéndelo Kreim la aldea ya está perdida y con ella nosotros si no hacemos nada...
Kreim miró a su alrededor y solo pudo contar unos pocos niños, era una cruda realidad, la aldea hacía tiempo que perdió su brillo...él se preguntaba qué hubiera pasado si tan solo Al hubiese regresado a la aldea... -quizá todo sería diferente...- se decía a sí mismo.
-Hermano, ahora tú tomaras el papel que se te había  dado hace tiempo, liderarás a estos hombres, nuestros amigos, nuestra última familia, protegerás a los ancianos y los pocos niños que restan, debo ir a buscar a Al...
-¡¿QUÉ?!- gritó Baktun-¿irás a dónde?...espera no tienes por qué irte y dejarme a cargo, sabes que no soy el mismo desde entonces...además seguramente nunca encuentres al pequeño vástago, quizá haya muerto, si eso debió haber pasado...
-No pierdo nada con intentar, si lo encuentro podremos volver a ser fuertes los 3 juntos, como lo éramos antes, cuidándonos unos a otros...
-¡Haz lo que quieras entonces!- Gritó Baktun y se dio la vuelta renegando de su hermano.
-Gente querida, mi familia, mis hermanos y hermanas-se dirigió Kreim a los aldeanos que tenía cerca- espero volver con buenas nuevas, aprovecharé el viaje para encontrar suministros  y salvarnos, oren por mi pronto regreso...si no logro volver antes de la primera lluvia...deben dejar la aldea y buscar bajo la guía de Baktun, saben que si se lo propone será un buen líder, tanto como nuestro padre.
Miró de nuevo a su alrededor observando cada detalle de su colonia, la poca gente ya adulta miraba al cielo admirando a las estrellas como pidiéndole al creador que les enviara una respuesta, otros más se quedaron viéndolo por la emotividad de su declamación con su propio hermano; su mirada era de apoyo, admiraban mucho a Kreim tanto por sus habilidades de caza como su habilidad para negociar con otras colonias, estos motivos fueron los que le hicieron el mérito de ser el líder de la colonia, junto con sus hermanos llevaba el curso de la pequeña pero acogedora colonia; y por ultimo miro a los pocos niños que quedaban, tristes con su mirada fija en lo que fue un trozo de comida por el cual los adultos se habían estado peleando, no había dulzura, inocencia, esperanza ni tampoco alguna luz en esa mirada, era como si les hubieran quitado el alma.
Nadie dijo nada, seguían peleando por algo de comida y como si no hubiese dicho nada tomó un poco de agua, su arco y flechas, una capa gruesa de lana y partió sin despedirse de su padre.

El libro perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora