II

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Lhotr y sus hijos llegaron al centro de sabios para confirmar su presencia en la aldea,  siete ancianos, hombres y mujeres, eran el centro  de organizacion de la pequeña población en la que habitaban, el más viejo, fuera hombre o mujer, tenia el derecho a decir la ultima palabra en las decisiones diarias y aún más poder en las de gran importancia, en ese tiempo el viejo Chak era el sabio mayor, ya no podia ver pero eso no importaba, conocía las voces de todos en la aldea, incluso los pasos de cada quien, era un viejo prominente, su rostro cobrizo no tenia muchas arrugas aún, se veia fuerza y vitalidad bajo sus cabellos blancos rizados, usaba un callado para apoyarse, el mismo callado que se hereda del jefe de ancianos anterior.

Dieron los respetuosos saludos a los sabios y esperaron a que estos hablaran.

Chak: Bienvenido Lhotr, vemos que hoy te encuentras igual que siempre, sano, fuerte y centrado, tus hijos también, sanos, juveniles, llenos de energia, pero según recuerdo ya es el tiempo para Al-kyzet de realizar el rito del hombre, aquel que realizaste una vez ante tu padre, el mismo que tus hijos mayores ya han terminado.

Lhotr: Ciertamente gran sabio, ya es tiempo para mi hijo menor llevar a cabo el cambio.

Al-kyzet: Estaré honrado de pasar por esta prueba-dijo mientras se arrodillaba al piso ante los sabios.

Chak: Momento, nos parece que aun te falta un poco más de conocimiento, ya estas en la edad, pero tus actos nos muestran un hueco de sabiduria, pero esto dependerá de la opinion de tu padre.

Al-kyzet: Padre, permiteme realizar el rito, me conoces y sabes por que actuo como lo hago, no me falta sabiduria, solo tengo demasiada energía para usar- dijo viendo a su padre desde el piso en un tono comico.

Lhotr: -Mirando pensativo a su hijo- No lo sé hijo....los sabios saben lo que dicen-volteó a ver a los viejos- , aunque quizá esto te ayude a formarte completamente...necesito meditarlo.

Baktun: Creeme padre que Al no está listo, -interrumpio-, he estado más cerca de él que la mayoria de las personas y lo conosco más.

Kreim: Bah!, yo opino igual que tú padre, al hacer el rito va a centrarse, deberias mandarlo.

Al-Kyzet: Listo o no, debo hacerlo padre, un tiempo fuera me hará bien, es probable que pase lo que pienses - en realidad pensaba en salir de la aldea y conocer el mundo, parte del rito era alejarse una gran distancia- y obtenga la sabiduría que creen me falta.

Chak: Tus hijos han hablado Lhotr, depende de tí la decision, nosotros hemos dado nuestra opinion, recuerda que una vez iniciado no hay marcha atrás, si falla la prueba no debe volver nunca a casa.

Lhotr: Lo se muy bien...denme tres días para  hablar con él y decidir- pidió humildemente inclinando su cabeza.

Todos los sabios asintieron.

Chak: Hecho, pueden volver a sus labores y recuerden, todo tiene un peso que va a regresar en algún momento. Que los dioses estén de su lado.

Lhotr y sus hijos agradecen al sabio y dejan el recinto silenciosamente.

Jamir: No creo que pase lo que creen, se ve en los ojos del muchacho un profundo e insaciable deseo -habló el tercer sabio.

Dúblar: Si pasa o no la prueba, la aldea estará protegida no te preocupes, ademas su padre duda de que sea el tiempo correcto - hablo el segundo sabio.

Chak:Pasará lo que tenga que pasar, venga viejos hay otros asuntos que resolver.

Saliendo la familia de Lhotr, se volvieron a sus labores pendientes del dia anterior, Lhotr ayudaba en la construccion de nuevas chozas junto con su hijo Baktun como futuro lider constructor, tenian planeado ampliar las viviendas hacia la zona oeste de la aldea, habia sido un año lleno de concepciones y se debia tener un plan para cuando estos nuevos crios llegasen a adultos, la zona oeste, con poco arbolado y cerca de la montaña roja parecia el lugar perfecto para mantenerla a la vista de los sabios y segura de cualquier golpe climático, solo tenian que limpiar el área de malesa e iniciar a construir. Kreim era parte del personal que proveia alimento, se especializaba en la caza, un experto del arco y flecha, aunque cuando se le necesitaba en la producción vegetal no reparaba en ayudar y no solo era hábil en caza y producción, tenia un toque especial con los animales, como si los hipnotizara se rendian a sus ordenes docílmente. Al-kyzet no apoyaba en algo fijo, hacia favores a todos en la aldea, sea lo que sea siempre aportaba algo "por el bien de la aldea", la verdad era que no queria estar atado y preferia moverse por todos lados, conocia cada detalle, cada fortaleza y punto debil de la aldea, un don que nadie notaba, ni siquiera los sabios conocian de su dote.

Fue un día común para todos, excepto para Lhotr, debía elegir el destino de su hijo más pequeño.

Justo al terminar el dia, pocas horas antes de que comenzara el atardecer, Mira, la vecina de Lhotr, se topó con Al-kyzet, ella tenia la misma edad que Al, era bella, lista, sabía medir sus palabras con cautela y precaución, una flor de aquel pequeño jardín.

Mira: Hola Al!

Al: Hola Mira! hace días que no te veía por aca.

Mira: Si...tenia unos asuntos pendientes en casa...tu sabes "el rito"...

Al: Ah...si...entiendo...ya casi es mi turno, esta noche voy a convencer a mi padre de que me deje hacerlo, !estoy seguro de que así será¡

Mira:No lo sé Al, no se como sea el rito de los hombres, pero a mi me dejo....me volvió diferente persona...

Al: Ya lo veo....estas más linda... -guiñendo un ojo.

Mira: Es en serio Al....y gracias, eso lo se desde que terminé el rito - soltando una pícara risa.

Eran amigos de la infancia, siempre estuvieron juntos y con el tiempo Al-kizet se sintió atraido por Mira, aunque el no lo sabía bien, siempre la cuidaba y protegia de cualquier situación.

Al: Esta bien Mira...lo tomaré en serio y es en serio que lo quiero hacer, no temeré a ninguna prueba-dijo mientras se golpeaba el pecho con su mano derecha- ya me conoces, sabes de lo que soy capaz.

Ambos rieron un poco y se despidieron con un abrazo, ya faltaba poco para que oscureciera, un día provechoso habia terminado para ambos.

Mientras en la choza de Al, habia llegado temprano Baktun y su padre, Lhotr se habia recluido a meditar la situación de su hijo en su habitación y Baktun preparaba la cena en la hornilla. No paso mucho tiempo para que llegase Kreim y despues Al-kyzet; Baktun sirvio la cena a sus hermanos como siempre lo hizo, su padre salió de su habitacion un poco despues de la hora de cenar, llamó a sus tres hijos en la estancia más grande.

- Ya  he meditado lo suficiente, no necesité los tres dias que pedí a los sabios, Al-kyzet, mi tercer y más pequeño hijo, el momento de ser iniciado ha llegado a ti, tus hermanos y yo te aconsejamos que tomes con seriedad esto, es un proceso complicado y duro, sé que te falta algo por aprender y seguro  lo encuentraras en el viaje, esta noche hijo mio te pregunto, ¿Te consideras apto para llevar acabo el rito?

-Al: Padre, en toda mi vida he tenido muchas dudas, pero sobre esto no existe, es mi deber como tu tercer hijo llevar a cabo el rito en tiempo y forma para darte orgullo a ti y a la familia, sé que podré lograrlo. - dijo de una manera tan formal que sus hermanos quedaron pasmados por la voluntad que mostró.

Su padre asintió, -Mañana daremos la noticia a los sabios, esta noche debes descanzar bien, todos debemos descanzar, será un gran dia.- todos partieron a sus habitaciones felices, resignados y  pensativos.

Esa misma noche, en una montaña lejana, una nube negra se formó en el cielo, como si una enorme tormenta fuera a comenzar, un ojo se formo, un estruendo comenzo a sonar y del centro del inmenso nubarrón salio un rayo azul, que al tocar el piso abrió la tierra, levantando trozos de roca y polvo, dejando un hueco de muerte a su alrededor...pero no era lo unico que tocó el piso...habia un ser de pie justo donde el rayo se apagó...


El libro perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora