VII

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Un día común en la aldea decadente, la poca gente que seguía habitándola vivía en la hambruna y la desdicha, desde que la vida comenzó a apagarse por todos los bosques, valles y montañas que la rodeaban el desarrollo que llevaba comenzó a degradarse.

Baktun, que en un tiempo fuese un líder nato, fuerte y valeroso, ahora era un despiadado egoísta, solo le importaba su propia persona, todas las decisiones que tomaba, todos los actos que cometía no eran para beneficio de la aldea, todo era por su propio bien. Comenzó a modificar las palabras de los sabios, mintiéndole a las personas, cambiando opiniones, creando confusión y más dolor. Lo que fuera antes un paraíso, ahora era una villa de mentiras y miedo.

Fue por la mañana de ese día que algo hizo que Baktun cambiara a cierta manera...

En la reunión matinal con los sabios, ahora solo vivían tres de ellos y uno era Lothr, se había decidido realizar una asamblea general ante los pocos aldeanos que seguían amando aquel paramo moribundo, esto para reubicar las propiedades y reiniciar las labores en pro de la supervivencia de estos.

Baktun: ¿Qué esperamos para dejar este sitio?

Sabio 1: ¡No podemos dejar este lugar, hemos vivido aquí por generaciones!

Sabio 2: Sabemos que parece difícil seguir viviendo aquí pero ¿no crees que fuera va a ser igual? Hace un tiempo que todo comenzó a morir y las exploraciones que se dieron mostraron que la muerte avanza poco a poco.

Sabio 3(Lothr): *Asiente solamente* -ha dejado de hablar desde que se declaró a Al como desterrado.

Sabio 1: Puedes estar seguro de que esta decisión es la mejor, encontraremos el modo de mejorar nuestras vidas, con la voz de todos, cada idea aportará algo y podremos seguir adelante.

Baktun: ¿Pero es que no pueden estar más ciegos?, ustedes lo han dicho, la muerte avanza poco a poco, ¡esto nos está consumiendo y nos consumirá más pronto de lo que creen! Yo no me quedare de manos cruzadas, tengo hambre y mi gente también, después de la asamblea se decidirá todo.

Lothr solo miraba de reojo a su hijo, pensaba en cuanto había cambiado, lo que pudo ser y lo que es ahora, su mente se llenaba de pensamientos profundos y su corazón de tristeza.

Salió Baktun de la choza de los sabios, molesto con todos como siempre, ideando un plan para sacar a la poca gente que le pudiera servir en un viaje largo, los convencería de salir de la aldea y viajar para encontrar un lugar mejor donde vivir, ahí el tomaría el poder, sería fácil, con la gente hambrienta el tomaría la imagen de salvador y guía para una nueva vida llena de esperanza, muchos lo seguirían el camino será largo, perderá a varios, pero le bastaba con que quedaran los más aptos.

-Habrá asamblea al medio día, avisa a todos, es momento de irnos. –Decía Baktun a cada persona que se encontraba en el camino a su choza. Llegando se encerró a pensar más a fondo su plan de huida, eso era lo único que no había cambiado, su poder mental y concentración, cada plan que tenía era minuciosa y profundamente pensado en un lapso muy corto de tiempo. No duro mucho tiempo para terminar de armar su "grandiosa idea de escape" como se decía a sí mismo. Salió a buscar algo que comer e ir manipulando la mente de las personas clave para su plan, los que conservaban aún musculo, los que sabían curar y todas las mujeres que pudiera convencer, entre ellas Mira, se había vuelto delgada pero no perdía su brillo de belleza natural, siempre fue intensión de Baktun tenerla como esposa, pero se frenaba por Al, él ya no estaba, solo tenía que hacerla caer.

Llegado el medio dia, ya había logrado convencer a más de la mitad de la gente de la aldea, ya en la plazoleta de la aldea, los tres sabios salieron de su choza y se dirigieron al estrado.

En el sitio habian colocado tres asientos de madera y piel adornados con plumas de colores apagados y algo viejas, recuerdo de un tiempo mejor, un par de antorchas al frente de estos asientos sagrados y algunas figurillas talladas en roca blanca adornando el evento.

Sabio 1: Gente querida, nunca hemos hecho esto pero es necesidad de todos el decidir el futuro de nuestras vidas, hemos de tomar las palabras de cada uno de ustedes aquí presentes y llegar a un acuerdo para salvarnos y salir adelante.

Gente: ¡Vámonos de aquí! ¡Debemos mudarnos! ¡Tenemos hambre!

Sabio 1: Calma adorados hijos, uno a la vez para llegar a una sola idea.

Baktun: Ya saben mi idea, debemos irnos.

Gente: ¡Si vámonos!

Sabio 1: Piensenlo bien, el hambre nos hace pensar cosas que nos pueden dañar a futuro y...

Gente: ¡Si nos quedamos moriremos! ¡No hay otra salida!

Baktun: Señores la gente ha hablado, ¿Qué esperamos para partir?

Los tres sabios no sabían que hacer, la multitud no dejaba de gritar y pedir el salir de aquel sitio, pocas personas que no tenían suficiente energía para hablar quedaron calladas ante los demás. Se miraron entre sí y sin dirigirse palabra alguna se puso de pie Lothr y habló.

Lothr: Gente –dijo con una voz seca y quebrada- si su deseo es irse de este sitio, que sea, nosotros hemos de quedarnos aquí, como nuestros padres y sus padres. -Todos callaron ante el asombro de escucharlo, pensaron que nunca volveria a hablar aquel buen hombre que siempre tuvo la razón.-Aquellos que tengan la certeza de que el esfuerzo siempre va a mejorar sus vidas, son el motivo suficiente para quedarnos en la aldea. Aquellos que crean que salir huyendo de este sitio les traerá la felicidad, pueden irse cuando gusten.

No dijo nada más, volvió a su asiento y a su silencio habitual.

Sabio 1: Está en ustedes la decisión final, nosotros volveremos a nuestra choza, quien se quede a luchar será sabio, quien se vaya será benefactor del temor.

Todos seguían callados, aún atónitos por las palabras de Lothr, solo Baktun les dio la espalda y fue directamente a su choza por sus pocas cosas. Antes de salir de la aldea volteo su mirada a ella, la gente que había convencido iba tras él, mientras que los demás se refugiaron en la choza de los sabios, ahí pudo ver como Mira se refugiaba, desvió su mirada y no volteo jamás. No se despidió de su padre, ni de su amada en secreto, se guardó cada sentimiento de tristeza y rencor y salió de su hasta entonces hogar.

Así los tres hermanos tomaron un camino diferente, caminos inciertos y duros que guardarian un registro en la historia perdida de este mundo.

El libro perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora