Los animales y las plantas comenzaron a morir sin razón alguna en la aldea Yhad, el agua de los 3 rios que rodeaba aquella villa comenzó a agotarse, los seres que la habitaban empezaron a sentir un miedo profundo a la oscuridad y un repudio sin sentido a los entes de esta raza, todo inició cuando un bello ser de luz con capa negra llegó a la villa.
Yhad fue en aquel tiempo una hermosa mini-ciudadela, una muralla de granito blanco pulido delimitaba su pequeña cobertura cuasi rectangular; a pesar de ser pequeña tenia algunos acres de flora silvestre y otros tantos de flora agrícola, tres ríos saciaban la sed de sus pobladores, el más importante pasaba justo por la mitad de la ciudadela, los otros dos brotaban fuera de la muralla, cada uno en sentido contrario del otro. Habitaban seres de todas las razas, hombres, luces, sombras, semi-hombres e incluso se vio a uno que otro dios visitar el poblado. No tenían problemas y nunca faltaba nada, era un paraíso terrenal.
La mañana que aquel ente de luz llegó implorando agua, todo cambió, este ser de luz fue apoyado por todos, dándole siempre lo que deseaba, pero nunca quedaba satisfecho, lo curioso de él no era su enorme falta de saciedad, o su belleza extrema casi celestial, algunos lo confundían con un dios en apuros, lo raro era el aura que emitía, se notaba que provenía de la luz pero...era una luz apagada casi como si fuese luz negra de la que las sombras más poderosas suelen emitir.
Cuando le cuestionaban por su origen, solo miraba a otro lado y callaba, nadie le tomó importancia pues al fin de todo, en Yhad todos sin importar su raza eran bienvenidos. Rápidamente se ganó la confianza y el cariño de todos los habitantes, como si de alguien importante se tratara...le daban todo.
Tal vez fuera su belleza o sus hipnóticos ojos azules o simplemente carisma, dejaron que consumiera toda la villa, dejándola seca, muerta y abandonada luego de un par de lunas nuevas...
En aquel sitio, antes paradisíaco, comenzó a helar, a congelarse de una manera misteriosa, con aquel ser perdido como dueño de todo lo muerto que quedaba, pero claro, su ser quería más...sin darse cuenta de lo que causaba a las afueras de la ciudadela de granito pulido, el aura oscura fue consumiéndolo todo lenta pero certeramente.
Nadie recuerda su nombre ya...pero debe recordarte a alguien...¿no?
ESTÁS LEYENDO
El libro perdido
RandomUna historia quizá olvidada, pero siempre existente, despues de todo, la historia que sabemos ha sido contada por los ganadores....la parte que desconocemos esconde mucho más...