The Malik's Dolls || z.m. єѕραñσℓ

ᴄɪɴᴄᴏ

Capítulo bastante largo e interesante, al final verán las fotografías de todo el elenco:

Con una versión mía más limpia e inodora, caminaba ahora por las calles de Los Ángeles, con el sol brillando encima de mi refrescado y depilado cuerpo, me sentí jodidamente maravillosa y mucho más segura conmigo misma y mi cuerpo. Cada paso que daba tenía un brillo. Para ser honesta, me sentía como una de esas mujeres de los comerciales de rasuradoras Venus que veía cuando tenía una televisión.

Gracias a la mujer de cabello corto, que también me maquilló cuando le dije que tenía que ir a otro lugar y no tenía cosméticos. Así que pintó mis labios con un labial color rosa intenso, coloreó el área alrededor de mis ojos con una sombra negra, pero con un efecto smoky, pintó mis uñas de negro y para el resto de mi cara ella fue sencilla y casi natural.

Mientras me acercaba a The Grove, mis pasos tenían menos esplendor mientras mis nervios empezaban a incrementarse. Tragué duro mientras trataba de deshacerme del nudo en mi garganta. Pero a pesar de todo, caminé en dirección al lugar donde serían las audiciones.

—Santa mierda. —Musité cuando mis ojos vieron el mar de chicas jóvenes que estaban vestidas con atuendos maravillosos y maquillaje en frente de mí.

Ver todas estas mujeres hermosas, empezó a hacerme sentir que estaba fuera de lugar. Pero llegué hasta aquí y tan lejos que nadie era capaz de decirme que no tenía casa y que vivía en un puto túnel bajo tierra, así que levanté mi cabeza y caminé más.

Mis fosas nasales se llenaron con esencias de diferentes fragancias. Estaba segura de que todas usaban atuendos más caros que el mío por hoy. Caminé alrededor sin rumbo porque no sabía que se suponía que haría o a donde ir.

El lugar estaba rodeado por varios posters y letreros en donde se leía lo mismo una y otra vez.

Las muñecas de Malik

Y en todos los letreros, el fondo era el mismo que en el volante. La silueta de un hombre, quien asumí que era el famoso Malik.

Mi atención fue dispersada de los posters cuando escuché una ruidosa y animada voz de mujer viniendo de los inmensos parlantes que estaban situados alrededor de la pequeña plataforma que estaba localizada al frente.

—¡Hola señoritas! ¡Bienvenidas a las audiciones para Las muñecas de Malik! —Una mujer delgada, alta con el cabello castaño habló en el micrófono.

Todo el mundo en la audiencia aplaudió y ovacionó.

—Veo a muchas señoritas sensuales hoy, y creo que ¿hay miles de ustedes? ¡Pero como saben, desafortunadamente solo doce serán elegidas! —Gimoteó el locutor.

—¿Qué? —Susurré, incrédula.

¡¿Solo doce?! Estupendo, aquí se escapa mi última oportunidad.

—¿Disculpa?

Sentí a alguien tocar mi hombro. Cuando me volteé, vi a una chica casi de mi altura con el cabello corto, usando una audífono y llevando un tablero.

—¿Sí?

—¿Ya te inscribiste? —Preguntó, sonriente.

—Oh, no, no lo hice. —Negué con la cabeza.

—Descuida, —sacó su bolígrafo—. ¿Nombre?

—Zara Diaz.

—¿Edad?

—Veinte.

—¿Etnia?

Fruncí mi ceño por su extraña pregunta, pero aún así contesté—. Italiana.