Suavemente nuestros labios se entrelazaban, en un apasionado beso, poco a poco la intensidad del mismo iba subiendo, sus labios y los míos ahora parecían devorarse, nuestras lenguas luchaban. La respiración de ambos comenzaba a entrecortarse; podía escuchar como nuestros corazones latían con violencia. Las caricias entre los dos no dieron espera, mis manos lentamente se deslizaban por su espalda, mientras que las de él hacían el mismo movimiento que las mías, pero estas iban y venían.
Lentamente subí una de mis manos hasta su rostro para acariciarlo y la otra tomándolo por su cintura lo aferraba más a mí. De golpe separamos nuestros labios, pues ambos necesitábamos respirar, nuestras respiraciones eran agitadas; él había acomodado su cabeza en mi cuello mientras yo lo rodeaba con mis brazos, los suyos se abrazaban a mi cintura.
Después de unos minutos, con una de mis manos tomé su rostro separándolo de mí y la otra la pose sobre uno de sus hombros musculosos, nuestra diferencia de estaturas me permitía detallar muy bien su rostro, sus vivaces ojos me observaban con atención, expectantes a mi siguiente movimiento, con mi dedo pulgar acaricie sus labios, esos labios de cuales me había vuelto adicto. Me incline lentamente hacia él y comencé a besarlo suavemente, dando cortos besos que él me seguía; poco a poco me fui deslizando dando pequeños besos, de sus labios pase al hueso de su mandíbula -deslizándome poco a poco- de allí pase a su cuello, a medida que daba besos él se estremecía entre mis brazos y suspiraba, podía sentir su cálida respiración en mi oído, la cual se iba entrecortado y acelerando lentamente, cosa que me hizo sonreír, pues era señal que lo estaba haciendo bien, así que seguí hasta que llegue al lugar donde su suave piel terminaba y comenzaba la ropa, pase la punta de mi lengua por su clavícula, cosa que lo hizo enloquecer; mis manos no dieron espera y se colaron por debajo de su camisa.
— ¡Oye! Estas muy ansioso hoy ¿no? —dijo apartándome de él.
—Lo siento —me disculpe.
No dijo nada, solo bajo su mirada hacia el suelo.
—Vamos a otro lugar ¿Te parece? —No espere respuesta, sólo lo tome de la muñeca y comencé a caminar, creí que se iba a librar de mi agarre pero no fue así, me seguía como si fuera un niño. Al cabo de unos minutos llegamos al frente de mi auto, quite la alarma; él se soltó, abrió la puerta del copiloto y subió, yo le seguí, rodee el auto subí en él y comencé a conducir.
Durante todo el camino reinó el silencio, en los semáforos quitaba mi vista del camino y la dirigía hacia él, pero en todas las veces encontré la misma postura, su codo se apoyaba en la puerta del auto mientras su mano sostenía su rostro, el cual solo miraba hacia el exterior, en ningún momento se volvió a verme. Me sentía mal, no sabía qué le sucedía, desde hace un par de días se estaba comportando diferente, como algo distante, quería saber qué le sucedía, así que acelere el auto para llegar lo más pronto posible a casa y poder hablar de él de mí, de nosotros.
A los pocos minutos llegamos a mi casa, abrí la puerta y penetrante el umbral, detrás de mí venía él, con la misma expresión que lleva en el auto.
—No olvides cerrar —le dije y después añadí—, ¿Quieres té?
Me asintió con la cabeza, me dirigí a la cocina, tome la tetera, serví agua en ella y la puse hervir; tome dos tazas de la alacena y las puse en la barra, del mismo lugar, pero en otro compartimiento tome un tarro metálico el cual contenía los sobres de té y lo puse al lado de las tazas. Todo lo hice sin quitarle los ojos de encima, pues la forma de la cocina me permitía tener una vista panorámica de la sala, el comedor y del pequeño lobby
Mi casa no era muy grande pero tampoco muy pequeña, apenas se cruzaba la puerta se encontraba un pequeño recibidor donde se dejaban los zapatos, al frente después de un pequeño descanso se encontraba la escalera hasta el segundo piso, a mano izquierda se encontraba el lobby que permitía el acceso a la sala y al comedor, si seguía en línea recta se llegaba al patio y a un pequeño jardín. Volviendo al lobby, a mano izquierda como mencione se encontraba la sala y el comedor, la cocina era dividida de estos por una barra estilo americano. Él se encontraba allí parado en lobby, no había penetrado a la sala, solo estaba allí mirando a su alrededor como si fuera la primera vez que venía, pero no era así. Cientos de veces eran las que había venido y en este último mes sus visitas se habían frecuentado, podría decir que eran diarias.
—Oye, por qué no te sientas —le dije—, el té se demora un poco.
Como si lo hubiera tomado por sorpresa, se sobresaltó y se volvió a mirarme.
—Ah, sí —dijo mientras sonreía vagamente.
— ¿Qué te sucede Yo-ka, algo te preocupa? —Solté, no pude evitarlo, ya no podía aguantar más, tenía que saber lo que le pasaba.
— ¿Qué? ¿Por qué dices eso? —preguntó con una sonrisa nerviosa, sentándose precipitadamente en el sofá, cómo para evitar que me diera cuenta de ese nerviosismo.
—No, por nada —"Pero qué fue eso", pensé, ahora sí me quedaba claro que algo pasaba y tenía que averiguar que era.
Nota:
Hola, gracias por leer este primer capítulo espero que haya sido de tú agrado, sí es así no olvides comentar y regalarme una estrellita, espero leernos en el próximo Cap, un fuerte abrazo. ^_^
Atte.
AnArTeEz
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¿AMOR O DOLOR? [Fic de DIAURA]
FanfictionEste es un fanfic de fans para fans, los derechos de los nombres de los protagonistas aquí utilizados corresponden exclusivamente DIAURA. Lo único que me corresponde es la historia y los demás personajes ficticios. Shoya, a pesar de tener sus sent...