Empaquetando

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Anastasia PDV

Me encontraba durmiendo cómodamente en mi cama de hotel hasta que me desperté desconcertada. Alguien llamaba a la puerta sin cesar. Miré la hora y eran las 06:30 de la mañana. ¿Quién llamaba a la puerta a estas horas? No recuerdo haber pedido servicio de habitaciones, y no recuerdo que hubiera uno tan pronto.
- Ya va, ya va. Qué persona más persistente
Abrí la puerta.
- ¿Cómo no me lo habré imaginado?
- Buenos días a tí también
- ¿Qué coño quieres a las 06:30 de la mañana?
- Cuida ese lenguaje
- No haberme despertado tan pronto
- Te dije que a primera hora del día irías a recoger tus cosas
- ¿A las 06:30 AM? ¿Enserio?
- Sí
- ¿No podrías haberme despertado a las 08:00 AM?
- No. Prepárate. En veinte minutos te quiero abajo. Desayunarás y luego irás a tu casa con Sawyer. Te espero en el comedor. Si en veinte minutos no te veo abajo te vendré a buscar y te bajaré como estés. ¿Entendido?
- Sí, señor. ¿No vendrás con nosotros?
- No, tengo cosas que hacer
- Genial
- Te he oído
- Era lo que quería
Cierro la puerta.
- ¿Cómo no me lo habré imaginado? ¡Qué tío más insoportable!
- ¡Te estoy oyendo!
- ¡Me alegro!
Sinceramente no le hice caso. Eché el cerrojo a la puerta y me duché tranquilamente. Tardé como 10 minutos, luego me vestí y me empecé a secar el pelo. Cuando acabé apagué el secador y entonces oí que llamaban a la puerta.
- ¿No te dije que te dieras prisa?
- ¿Y yo no te dije que porque no me habías despertado a las 08:00 AM?
- Hace 20 minutos que tenías que estar abajo
- ¿20? Dijiste que vendrías en cuanto pasaran los 20 minutos y no me vieses
- Decidí darte un poco más de tiempo para ver si me hacías caso, pero ya veo que no
- No me daba tiempo en 20 minutos a prepararme
- ¿Ya estás lista?
- Sí
- Pues vamos a tu casa
- Espera, ¿vamos?
- Sí. Hice lo que tenía que hacer por ordenador al ver que tardabas tanto, así que, Taylor y yo iremos con vosotros
- No hace falta
- Me da igual. Vamos
- Espera. No he desayunado
- Por eso te he dicho que te dieras prisa. Vamos
- Pero...
- No hay peros
Nos fuimos del hotel y Sawyer condujo a casa.
Al llegar me sentí triste. Era la primera vez que entraba en casa después de la muerte de mis padres.
- ¿Está bien, señorita? - preguntó Sawyer
- Sí. Voy a subir a mi habitación a hacer las maletas
No esperé a que nadie contestara y salí del coche. Entré en la casa y sentí añoranza. Subí rápidamente a mi habitación y cerré la puerta. Todo estaba igual.
Empecé a empaquetar por el armario. Había bastante ropa.

No iba a llevar toda la ropa y zapatos, creo que sería demasiado

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No iba a llevar toda la ropa y zapatos, creo que sería demasiado. Primero escogí la ropa de verano: cogí unas cuantas faldas de diferentes estilos y colores, pantalones vaqueros cortos y de tela, camisetas cortas, vestidos, bikinis, bañadores y sandalias. Después cogí la ropa de invierno: pantalones largos, camisetas, jerséis, bufandas, gorros, guantes, botas, deportivas, zapatos, chaquetas, sudaderas y abrigos. Luego cogí calcetines y ropa interior. Por último cogí los accesorios: pulseras, anillos, collares, gafas de sol, accesorios para el pelo... Cuando acabé de coger todo eso lo fui metiendo en las maletas. Doblé la ropa y la fui metiendo con todo lo demás.

Cuando acabé de doblar la ropa y guardarla salí del armario y cogí unas cajas para meter lo que no era ropa en ellas y empecé a recoger la habitación. Cogí las fotografías de mis padres y mías que más me gustaban, después recogí los libros que más me gustan y también los metí, cogí los aparatos electrónicos: tablet, ordenador, ipod, MP5, auriculares, CDs... y también los guardé. Entré a mi baño y cogí el neceser y guardé mi cepillo de dientes eléctrico, mis cremas, mi peine, mis colonias...lo guardé todo y lo metí en mi bolso. Puse las maletas todas juntas y las cajas y miré si hacía falta que cogiera algo más. Cogí mi dinero, tarjetas de crédito...y también los metí en el bolso. En el momento en el que estaba metiendo mis cosas en mi bolso alguien llamó a la puerta y la abrió. Sin girarme empecé a hablar.
- Sawyer. ¿Podrías bajar mis maletas y mis cajas, por favor?
- Está guardando sus cosas
Me giré y le vi.
- Entonces cuando acabe le pediré que me ayude
- ¿Por qué no me lo pides a mí?
Me giré y lo miré a la cara.
- Puedo esperar
Terminé de guardar las cosas en el bolso y lo cerré.
- Puedes pedirme ayuda
- No. Esperaré a que Sawyer acabe
Me metí en mi armario y revisé por última vez. Metí lo último de ropa y revisé la habitación. Cerré las cajas y las maletas y las puse junto a la puerta para que cuando Sawyer acabara las bajara.
- Aquí ya está
Me giré para salir de la habitación.
- ¿Sigues aquí?
- Puedo ayudarte. Solo tienes que pedírmelo
- En tus sueños
Me dirigí a la habitación de mis padres. La puerta estaba cerrada. Antes de entrar respiré profundamente.
- ¿Qué pasa? - pregunta el señor Grey
- Recuerdos
Abro la puerta y entro. Nada ha cambiado, todo sigue igual.
Según el testamento esto es lo único que puedo disponer por el momento, las pertenencias personales de mis padres, así que, tengo que elegir qué me quedo y qué no.
- ¿Esta es la habitación de tus padres?
- Era. No sé por dónde empezar
- ¿A qué te refieres?
- En el testamento de mis padres decía que podría disponer de sus pertenencias a partir de la lectura de los testamentos y que podría hacer con ellas lo que quisiera, así que, tengo que decidir qué llevo a Seattle, qué dejo aquí y lo que no quiero conservar. ¿Me puedes traer unas cajas vacías que hay en mi habitación?
- Sí
- Gracias
Empiezo con la ropa de mi madre.
- ¿Ana?
- ¡En el armario!
- Te he dejado las cajas en la habitación
- De acuerdo
- ¿Cómo vas a elegir?
- No lo sé. Lo que más le gustaba a cada uno y lo que me gusta a mí me lo quedaré. Haré eso con la ropa, y con lo demás. También me quedaré las cosas que tengan valor sentimental tanto para ellos como para mí. Tráeme una caja y un rotulador, por favor
Empezaré por la ropa. Me meto en el armario de mis padres y echo un vistazo.
- ¿Quieres que te ayude?
- Está bien. Primero empezaré con la ropa de mi madre
Vamos a la parte de mi madre y me acerco a los vestidos.
- Le gustaban mucho
- Siempre que podía se los ponía - dice
- Sí. Siempre
Voy sacando los vestidos y los pongo encima del sillón.
Me acerco a las cajas, tomo el rotulador y a una le pongo "Donar" y a otra "Conservar".

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