Anastasia PDV
Y con eso, mi mundo se vino a bajo.
Es verdad lo que dicen, en cualquier momento tu vida puede dar un giro de 180 grados.
Con esa noticia sentí que ya nada sería igual; nada de escapadas familiares, nada de momentos íntimos los tres juntos, nada de nada.
La vida me había dado la peor de las lecciones: La pérdida.
- ¿¡Qué!?
- Lo siento mucho, Ana
- No. No puede estar pasando esto
- Ana, tranquilízate
Empecé a notar que todo daba vueltas, y entonces, la oscuridad.
No sé dónde estoy, me siento como si estuviera flotando, intento moverme, pero no puedo, intento abrir los ojos, pero me es imposible. Oigo que me llaman.
- Señorita
Reconozco la voz, pero no sé quién es.
- Señorita
Después de un rato consigo abrir los ojos.
Lo primero que veo es un techo blanco con paredes blancas. Me doy cuenta que no es mi habitación. Me cuesta saber dónde estoy porque me siento desorientada. Intento levantarme, pero no puedo. Al abrir más los ojos me doy cuenta de que estoy en una camilla, lo que significa que estoy en un hospital.
Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que Sawyer se encuentra a mi lado.
- Señorita, menos mal. Lleva horas inconsciente
- ¿Qué ha pasado?
- ¿No lo recuerda? Se desmayó y la llevé directamente al hospital
Y entonces llegan a mí pequeños fragmentos, y después, todo.
- ¿Y mis padres?
- Señorita
- ¿Dónde están?
Veo cómo Sawyer agacha la cabeza.
- ¡¡¡NOOO!!! - lloro y grito como nunca antes lo había hecho3 días después
Ese mismo día me dieron el alta.
Al llegar a casa, Sawyer me contó todo lo que había sucedido.
Mis padres venían conduciendo hacia casa cuando de pronto se les apareció un coche que iba en dirección contraria. No pudieron hacer nada para evitar la colisión. El otro conductor iba tan rápido que el impacto fue mortal tanto para mis padres como para el otro. Murieron en el acto.
La autopsia reveló que el conductor iba completamente borracho y que no se pudo hacer nada por salvarles la vida a mis padres, ya que en el momento en el que llegó la ambulancia, ellos ya habían muerto.
Al día siguiente fuimos al tanatorio, donde amigos y familiares se me acercaron dándome el pésame.
Al siguiente día después de eso fuimos al cementerio. Allí enterraron a mis padres en una ceremonia muy emotiva en la que no pude evitar llorar.
Cuando la gente se despidió de mí y se fue le pedí a Sawyer que me dejara un momento sola.
Cuando vi que se había metido en el coche me arrodillé frente a la tumba de mis padres.
- Mamá, papá. ¿Por qué os tuvisteis que ir? ¿Qué era tan importante que no pudisteis dejarlo para luego? ¿Por qué me habéis dejado sola? Yo os necesito. Todo el mundo me ha dicho que tengo que ser fuerte, pero no puedo. Os quiero conmigo - y en ese momento empecé a llorar.
Poco después me despedí de ellos y me fui rumbo al coche. Antes de entrar en él me di la vuelta y dije un último adiós a mis padres y me metí en el coche para empezar mi nueva vida. Ya nada sería como antes.
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Mi tutor legal
Fiksi PenggemarAnastasia Steele, una adolescente de 16 años, verá cómo su vida da un giro inesperado. A causa de ello conocerá a alguien que pondrá su vida patas arriba y le hará ver que no todo es tan malo y que el dolor se puede superar si no estás solo.