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Explicar cómo era el ambiente sería un total desperdicio, pero decir cómo Hyoyeon se veía creo que no, es más, mi figura y mente completa sólo estaban fijas en ella, ella que afuera, con el viento soplando firme y sus cabellos bailando a su son, se veía tan dulce y pequeña, frágil bajo el cielo lleno de manchas grises e interminables, y ahora dentro, junto a mí, fuerte y decisiva, disfrutando cosas tan simple como lo es un poco de buen y amado café.

No sabía como continuar una conversación sin parecer pesado, o para no demostrar lo embobado que estaba que realmente poco podía pensar. Lamentablemente no podría hablar mucho de mí sin sentir un poco de vergüenza, y aunque quería saber todo de ella, quizás era muy entrometido. Dios, que difícil.

Terminé comentándole sobre lo bien que se le veía su atuendo, y de dónde los había sacado. Digan lo que quieran, pero fue una buena improvisación, ya que verla tan emocionada hablando de dónde había conseguido su gorro, o del color de su aretes era un pago completo de felicidad para mi alma. Se veía contenta, quizá feliz, eso me emocionaba.

–Me alegro no sabes cuánto de haberte vuelto a ver, y más viéndote así de bien.

Quizás me tiene muy loco, muy perdidamente enamorado, pero en momentos desconocidos como este, aquí dónde Hyoyeon disfruta un poco de mí y yo sólo me sofoco mirándola pienso decidido que me encantaría volver mis pasos y rehacer todo lo mal que actué, todo lo que dije sin pensar, me gustaría volver el tiempo atrás y vivir estos bellos momentos en su tiempo, cuando realmente debieron ser; ahí, sin barreras, sin estigmas, sin decepciones y sólo con amor.

Fui un tonto.

Y siento pena otra vez.
¿Cuándo podrá terminar?

Miro mis manos, sumergidas en la oscuridad, y hacia ellas caen unas cuantas lágrimas. Estoy mal, siempre lo estuve. Pude salvar mi calvario, pude no haberlo creado, las oportunidades siempre estuvieron justo frente a mis ciegos ojos, y las rechacé, las condené como si fueran la más vil bestia, pero no lo eran. Era Hyoyeon.

Hyoyeon, Chae Hyoyeon, siempre valió la pena. Siempre tan pura y entregada.

—Voy al baño, permiso.

Mi cuerpo fue detenido en medio acto de escape, miré sorprendido hacia el inconveniente que no me dejaba continuar, y ahí estaba ella, mirándome con sus ojos abiertos y sus pupilas brillantes, preocupada, tomándome un extremo del abrigo cumpliendo con no dejarme ir.

–¿Pasó algo?

¿Si pasó? Claro que pasa, pero qué puedo decir.

La verdad, quizás.

No supe cuanto tiempo había pasado desde que quedé mirando fijamente su mirada sobre mi, pero definitivamente lo suficiente para no poder decir que todo estaba bien, su cara lo demostraba, y pese a todo, sabía que la angustia de la situación podría sobrepasarla. Cualquiera sea la resolución,  toda opción podía salir muy mal, muy muy mal.

–Dime, por favor, Jungkook.

No me quedaba más opción. Era ella, verla emocionada otra vez, en vez de su cara pintada en pesadez.

¿Cómo se podría decir?

Tonight ♡ jjk.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora