6. A simple doll. (Reescrito)

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Narra ____;;

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Narra ____;;

—Kanato... ¿tienes algún interés en mí? — Quizás nunca debí preguntar algo como esto, sobre todo al notar como el rostro de Kanato demostraba pura diversión, como si hubiese dicho la cosa más graciosa en el mundo, ante él me sentía tan pequeña y patética.

—¿Me lo estas preguntando en serio? ¿realmente piensas que eres alguien así de importante? A veces miro tu rostro, y no voy a mentir, eres hermosa, hueles bien y tu sangre es jodidamente deliciosa, sin embargo, tú no eres nada para mí, solo eres algo que uso para alimentarme y..para cosas carnales, en este lugar nadie te querrá jamás, incluso si sucede, mataré a quien sea que se entrometa en mi camino. —

Realmente no sabía cómo sentirme, era difícil estar en esta situación, tampoco me era fácil entenderlo, sus palabras eran crueles y filosas, de alguna manera lograron afectarme, un nudo se instaló en mi garganta, veía al chico alejarse de mi mientras jugaba con su oso de felpa, me acomode en la cama intentando desviar la mirada mientras jugaba con los dedos propios, anhelaba que se fuera, quería estar sola y poder pensar en todas las mierdas que estaban ocurriendo, solo quería pensar que esto era un horrible sueño y que al despertar tendría a mi madre junto a mí.

Los pasos de Kanato se escuchaban cerca de mí, pensaba que se había ido, pero seguía aquí y al parecer aún tenía cosas que hacer conmigo.

— ¿Qué sucede, pequeña? — Sus grandes y preciosos ojos color purpura me miraban fijamente, como si estuviera preocupado. —¿Tienes ganas de llorar? ¿quieres irte? —

¿Realmente debía responde? ¿O era otra de sus pruebas? No lo sabía, y me daba miedo que aquel chico supiera actuar tan bien, me hacía sentir vulnerable, y estaba cayendo otra vez.

—Solo...extraño a mis padres. — ¿Qué más podía responder? Kanato era demasiado explosivo, cualquier respuesta de mi parte podría hacer que se volviese loco.

—Mi madre murió ¿sabes? Ella no era una buena madre en lo absoluto así que no la extraño, esas cosas son inútiles, sentir algo por alguien es inútil. — El chico acerco uno de sus dedos a mi mejilla derecha, dejando una leve caricia, pero claramente, esto estaba siendo demasiado bueno para ser siquiera verdad. —De hecho, yo mate a mi madre. Oh, y no te olvides de tu castigo, ni siquiera pienses en que no te daré uno. —

Después de eso solo dejó la habitación por fin, era un verdadero alivio, no sabía cuántas de sus palabras tomarme enserio o si de verdad había matado a su propia madre, de cualquier manera, él podía ser capaz de cualquier cosa y estaba más que claro en mi cabeza.

Rápidamente el hambre volvió a invadirme, quizás porque estaba más relajada y podía pensar de manera clara, quizás esta vez sí podría bajar y comer sin tener que toparme con ninguno de ellos.

La casa era verdaderamente grande, podría perderme fácilmente entre los pasillos, todo era tan silencioso que realmente parecía vacía, baje cada uno de los escalones sintiéndolos interminables mientras miraba hacia atrás cada dos segundos, solían ser demasiado sigilosos para mi gusto. Finalmente encontré la cocina, mi estomago rugió como si también lo supiera, por lo que a paso rápido me acerque a la nevera, la abrí y observe un paquete de galletas con chocolate, junto a estas, se encontraba una caja de leche, saque ambos para sentarme en la mesa y así comenzar a comer.

Me detuve en cuanto escuche a alguien más aproximarse a la cocina, espere paciente con el cuerpo tenso y rogando que no fuera Laito, entonces lo vi, finalmente el hermano menor de esta familia se hizo presente, al verme solo sonrió con algo de diversión sin entender lo que era tan divertido.

—Sabes que esas galletas son de Kanato, ¿no? —

Por poco escupo todo al escuchar ese nombre, con rapidez me levante tragando el resto de la galleta que tenía en mi boca finalmente llevándolas de vuelta a la nevera.

—Realmente no lo sabía, así que las devolveré. —

—Te ves muy graciosa así de nerviosa, no pensé que le tenías tanto miedo al enano. — El chico comenzó a reír suavemente haciéndome sentir más relajada y extrañamente a gusto, cuando estaba lista para guardar las galletas Subaru volvió a hablar. —Puedes comerlas, te cubriré, además no has comido nada desde que llegaste, solo ven y cómelas. —

—Solo no quiero más problemas con Kanato, ni tampoco quiero que me lastime otra vez. —

Subaru solo se quedó en silencio observándome, estaba algo serio, caminó hacia mí y me quito el plato con galletas llevándolas de vuelta a la mesa, tomó asiento a un lado de mi silla y volvió a observarme esperando a que fuese a su lado. Caminé algo insegura y nerviosa al lugar que me correspondía, la mirada fija del contrario me estaba volviendo loca, sentía mis mejillas cada vez más calientes, por lo que solo tomé un gran sorbo de leche fría intentando calmarme.

—Gracias por todo esto, Subaru, pero ¿por qué estas siendo amable? ¿Esperas que entre en confianza para que sea más fácil beber mi sangre? —

—¿Crees que estoy siendo amable solo porque quiero tu sangre? Por favor, soy mucho más grande que tú y con el triple de fuerza, podría morderte cuando quisiera, pero no es por eso que soy amable, simplemente veo que eres una buena chica con un destino desafortunado, lo peor es que has caído en manos del peor, de todas formas, puedo ayudarte cuando quieras, estarás un largo tiempo aquí, necesitaras a alguien de tu lado. —

—De verdad te lo agradezco, realmente pensé que todos aquí eran unos malditos sin corazón. — Comí algunas de las galletas algo cabizbaja, al menos ahora tenia a alguien con quien hablar.

—Oye...no puedo prometerte que todo va a estar bien, pequeña, pero quiero que al menos conmigo puedas sonreír. — La mano de Subaru se posó sobre la mía haciéndome sentir escalofríos, mis ojos se posaron en los suyos, estábamos cerca el uno del otro y podía sentir sus dedos entrelazándose con los míos.

Logre notar como los ojos de Subaru se desviaban a mis labios, también como su rostro estaba a centímetros del mío, su respiración era caliente y pesada, mientras que mi cuerpo solo estaba paralizado, ¿Realmente iba a besarme?

—Subaru...— Sus labios finalmente tocaron los míos, eran suaves, y se movían a un ritmo lento, ¿Cómo podía ser posible que se sintiera tan bien? Estaba a punto de corresponderlo cuando un fuerte grito hizo que Subaru se separara.

—¿¡Qué mierda están haciendo!? ¿¡Subaru, maldito hijo de perra!?—

¡Hola! espero que se encuentren muy bien, aquí un nuevo capítulo reescrito, y si hay personas nuevas y te está gustando esta historia, ¡no olvides dejar una estrellita y un comentario! Nos vemos en un próximo capitulo

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Take my breath away. (Kanato Sakamaki y Tú) [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora