I walked the streets all day
running with the thieves
'cause you left me in the hallway
give me some more
just take the pain away
Harry apenas puede recordar la época en donde no conocía a Louis. Son recuerdos polvorientos, brumosas y confusas escenas donde lo único constante es el frío corriendo por sus venas y la hiel trepando de a poco en su corazón, amenazando con destruirlo todo a su paso. Las garras afiladas de la desesperación tomando cada uno de sus alientos y dejando sus pulmones en llamas, gritando por aire.
Fue un alivio cuando los olímpicos terminaron con la Titanomaquia y Zeus le dio un cuerpo propio, ya no tenía que quedarse a contemplar cómo se destrozaban los unos a los otros, podía escapar y esconderse donde nadie fuese capaz de encontrarlo si le apetecía. Podía ir a donde quisiera, caminar distancias imposibles para mortales sin sentir cansancio, podía pasar días enteros simplemente nadando en el mar o rio más cercano, o podía recostarse bajo el sol durante horas. El picor de los rayos del sol en su piel, el sabor salado del mar en su boca, las diferentes texturas de la tierra debajo de sus pies al caminar, el viento contra su cara al correr, cualquier cosa era mejor que la infinita oscuridad en la que se encontraba atrapado antes.
De repente podía respirar con libertad y cuando Louis apareció frente a sus ojos fue como última bocanada de aire que necesitaba para terminar de recuperarse luego de haber pasado mucho tiempo bajo el agua.
Era una de las razones por las cuales odiaba pelearse con Louis, todos los recuerdos enterrados en el fondo del océano salían a la superficie. Una vez más, el caos y la guerra se apoderaban de todo lo que le pertenecía, le quitaban el sueño y hasta le impedían concentrarse en su trabajo.
Sin saber, en esas épocas, los mortales solían decir que era un mal tiempo para el amor.
Los amantes le rogaban por su protección y bendición en sus relaciones pero de repente él era incapaz de cumplir con sus peticiones. Sus promesas se derrumbaban como castillos de arena, se transformaban en palabras vacías hechas de cristal que lastimaban a todo aquel que se aferraba a ellas. Su corazón dolía por cada uno de ellos al ver cómo las lágrimas caían por sus jóvenes rostros cuando él les fallaba. La vergüenza hacía su piel picar y a veces encontraba la marca de sus uñas clavadas en sus antebrazos junto a rastros secos de icor.
"Sé que es difícil, Harry, cada parte de ti lo extraña y todo parece mucho más frío" Afrodita solía decirle mientras acariciaba sus mejillas.
El cabello casi blanco enmarcaba su bello rostro y sus luminosos ojos verdes parecían contemplarlo como si fueran capaces de ver a través de su alma inmortal y tal vez así era, las motas doradas de sus orbes brillaban como oro líquido haciendo sentir al corazón del dios un poco más liviano y tibio. Todo en ella estaba hecho para hacerte sentir cómodo y a gusto, a algunos con más intensidad que otros, y de allí nacían los dichos que decían que Afrodita era un arma peligrosa de la cual debían mantenerse alejados, pero eso mismo murmuraban de Harry cuando creían que él no los oía.
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86.400 segundos
FanfictionEllos eran como el sol y la luna, siempre persiguiéndose pero sin alcanzarse. Excepto un día. Ese único día donde los dioses y el universo los dejaban estar juntos. ¿Y qué si tan sólo era un día? Valía la pena la espera mientras se tuvieran el uno a...