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«Era El...

Yui no lo podría confundir nunca con alguien más

"Te encontre chichinashi"

Ayato-kun...»

Narra Yui

-¿Uhg?—De un momento a otro la silueta de Ayato-kun desapareció, pero eso no me tranquilizaba, solo hacia que el miedo que sentia se volviera más grande... NO... en ese momento de di cuenta, durante toda la charla con Akira... No, no, no, NO.

-¡Yui, despierta! Ya te traje tu helado.— Akira empezó a mover su mano frente a mi cara para que reaccionara.

Luego tomó mi mano y puso el helado en ella.
- Ok, si no me quieres hacer caso al menos toma tu helado— Giré mi cabeza para mirar a mi amiga, quién, al ver mi mirada de terror se sobresalto.

-Ko...taru, no...— solté mi helado y éste cayó al suelo, Akira me gritó que era caro, no le preste atencion.
La agarré de la muñeca y empecé a correr, cada tanto Akira me preguntaba que me pasaba, no le respondí hasta llegar a mi departamento (en el cual vivia con Kotaru).

-En el parque… lo vi, a el…— luego de decir estas palabras Akira abrió los ojos como platos.

-T-te… ¿te refieres a el, a EL? ¿Estas segura?— Akira tomó mis manos entre las suyas, para luego a pretarlas fuertemente.

-Si, el…vino por mi, Akira… ¡el vino por mi! No lo veo desde hace 2 años y digamos que no me fui de buena forma, yo escape durante la noche y no se hasta donde va a llegar para que vuelva a el… su posesividad no tiene límites, no quiero que lastime a Kotaru… podria hasta matarlo para que no interponga…—

Antes de que Akira pudiera siquiera decirme algo escuche una voz detras de mi.

-Eh…me alegra que sigas conociéndome tan bien, al parecer piensas en el gran ore-sama muy a menudo, no es así chi-chi-na-shi— Akira y yo nos volteamos lentamente hacía la calle; nada, no había nadie.

-Oye… yui, ¿tu…también escuchaste eso,…verdad?—

La mire directamente a los ojos, con terror.

-S-si… yo, t— antes de que pudiera continuar la risa ahogada de Ayato resono en el aire y poco a poco se fue tornando más terrorífica, más salvaje, más… loca.

-JAJAJAJA… tu…no escaparas esta vezYui— el miedo que senti en ese momento fue aun más intenso que el miedo que senti durante mi estadía en la mansión y tan rapido como pude, saque mis llaves y junto con akira entramos a mi departamento.

-¡Akira!— le entregué mi teléfono— llama a Kotaru y dile que necesitamos ayuda, ¡rapido!… donde fue que deje la— de golpe, la ventana que estaba al otro lado de la sala se abrió, las dos nos quedamos estáticas en el lugar, en un profundo silencio.

Unos segundos despues me acerqué a la ventana, dispuesta a cerrarla con seguro, a esa y a todas las ventanas y puertas del lugar, pero en el marco de ésta… estaba mi rosario, el cual se quedó en la mansión el día en que escape. Lo tomé y cerré la ventana, para luego intentar recurdan donde fue que guardé la daga de Subaru.

-¡K-kotaru dice que viene en camino!…¿El nos mantendra seguras, verdad?— no le respondi y corrí a mi habitación; abriendo y rebuscando en cajones.

Cuando por fin la enconte, el unica arma en el lugar que podria protegernos.

Abri la boca para gritarle a Akira y decirle que viniera conmigo.

Pero la puerta se cerro de golpe, a la vez la ventana, que daba al balcón, se abrio de par en par.

El viento me sacudia el pelo, mientras que yo, con daga en mano, veía como un furioso Ayato entraba lentamente.

Mirando directamente mis asustados ojos.

«Sólo eres mía» ·Diabolik Lovers· (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora