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(Lean la nota del final)

El semblante de Ayato se oscurecio, pero su sonrisa sadica pronto apareció.

Kotaru, ese bastardo un estaba vivo. Perfecto.

El grandioso ore-sama le mostraría quien era el dueño de la hermosa rubia...
[~\~\~\~\~\~\~\~\~\~]

P.O.V NORMAL

Ya habían pasado 3 días, el período de Yui finalmente terminó.

La chica se encontraba en el baño, dándose una relajante ducha caliente, y el pelirrojo estaba en la sala, tirado en un sillón.

Lo único que se escuchaba era el ruido del agua cayendo, tanto de la lluvia, cómo de la ducha.

La rubia ocupó su largo baño para reflexionar, esa semana fue realmente buena, en todos los sentidos.
Ayato había sido muy bueno con ella, habían comido y hablado cómo nunca antes.
Ella notó el esfuerzo del chico por unirse más a ella, y le gustó.

Le gustó que Ayato le prestará atención, sin embargo...Yui estaba consiente de que él sólo lo hacía para que ella le perteneciera, y no por interés.

¿Y que pasó con Kotaru?
La rubia no había sabido nada de su "novio" durante todo el tiempo que pasó desde que Ayato se la llevó...lo extrañaba, a él y a su amiga.

Akira y Kotaru fueron los primeros en darle su apoyo en todos los sentidos, después de todo; eran su mejor amiga y su novio.

La rubia recordó la noche en que escapó de la mansión Sakamaki, no tenía ningún lugar a dónde ir: estaba sola, si regresaba a la Iglesia, con su "padre", los vampiros la encontrarían de inmediato.

Recordó como una fuerte lluvia la mojó completamente mientras corría por la carretera, con una mochila en su espalda que contenía algunas de sus pertenencias...

(FlashBack)

La chica salió corriendo de la mansión, vestida con su único pantalón, zapatillas y un abrigo.

Su respiración era irregular y sus nudillos estaban blancos por la fuerza con la que sostenía el cuchillo, y un eclipse se encontraba, imponente, en el cielo.

Su mochila rebotaba con cada paso, y la lluvia mojaba su cabello rubio.

-¡YUI!- el grito grutal del pelirrojo resonó en el aire, causando que la chica girara la cabeza en dirección a la mansión, terriblemente asustada.

No paró de correr en ningún momento, al pasar por las calles chocaba con las personas que iban caminando, quienes le gritaban en respuesta.

Ella solamente seguía de largo, sin parar de correr y luego de una rato llegó a la carretera, sólo entonces se dio un descanso e intentó regular sus respiraciones mientras apoyaba sus manos en sus rodillas, y cuando se calmó...siguió corriendo.

Tenía la sensación de que si se detenía, uno de ellos la alcanzaría, pero ella no estaba dispuesta a seguir viviendo en ese infierno; con sádicos vampiros, que succionaban su sangre sin parar, no. Ella viviria, ella sería libre...de una vez por todas.

«Sólo eres mía» ·Diabolik Lovers· (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora