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-No respondas...no me interesa, pues el grandioso ore-sama se asegurará de borrar todo rastro de ese hombre que quede en tu ser-

Yui se retorcio bajo el cuerpo de Ayato, a la vez que este acariciaba su pierna con la mano.

-Asi que... prepárate-
Dijo mientras abría la boca.

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P.o.v Yui

Cuando Ayato dijo esas palabras, no pude evitar ponerme terriblemente nerviosa.

Su fría mano pasaba lentamente por mi pierna, apretandola levemente, luego puso su otra mano bajo mi nuca y me levantó levemente, dejando mi cabeza "colgando", con mi cuello y clavícula expuestos frente a él.

Miré sus ojos, estos tenían una mirada de evidente lujuria.

Ok, creo que hasta aquí llegó mi virginidad.

La mano de Ayato, que antes estaba en mi pierna, me rodeó la cintura y tiró de mi, al final yo quedé sentada en sus piernas.

Intenté alejarme cuándo empezó a acercar su boca a mi cuello, mis manos terminaron sobre sus hombros, apretandolos.
Ante mis gestos, Ayato soltó una sonrisa de lado y acercó su boca a mi oreja.

-¿Asustada, chichinashi?- su respiración bajo mi oreja me provocaba un escalofrío en toda la columna, su cabello rojizo me hacía cosquillas en la mejilla y en el cuello, no pude contener un gemido cuando sus labios tocaron mi cuello de manera suave, sin morderme, sólo besandolo.

De cierta manera... me gustó.

-No puedes negarte a mi, tú me perteneces y tengo todo el derecho...- Ayato dio un beso en mi clavícula- de alimentarme con tu sangre.

Espera. ¿Alimento?, tengo una idea.

-Ayato... yo quería...- me miró con sus ojos verdes, de forma expectante- ¡Preparar takoyakis!

Repentinamente, sus brazos me soltaron y caí de espalda en el sillon.

-¡Si!¡Hace dos años que no como de tus takoyakis!¡Son los mejores que he probado!- Ayato gritaba igual que un niño, en su cara se podía ver una gran sonrisa de felicidad, era algo muy tierno... exactamente igual a un niño cuando le dan su comida favorita.

-¿Que esperas?¡Levantate!

P.o.v normal

El pelirrojo se paró de un salto y gritó hacía la rubia cuando vio que no se había levantado aún, tomó su muñeca izquierda y tiró de ella tan fuertemente que Yui "voló". El chico, sin esperar a que la rubia se estabilizara, volvió a tomar su muñeca y empezó a correr desesperadamente, con dirección a la cocina.

-¡A-Ayato-kun!¡Espera un poco!

-¡Vamos!¡Corre más rápido, quiero takoyakis!- Yui estaba sorprendida, de un momento a otro, Ayato había cambiado completamente de actitud, pasó de ser un "violador" a un niño que quería comer lo que ella preparaba, cómo si ella fuera su madre y el su hijo.

La madre que nunca tuvo.

De alguna manera eso le provocó un sentimiento de ternura extrema, Ayato se aprovechaba de su instinto maternal.

Cuando llegaron a la cocina, Ayato (literalmente) le lanzó los ingredientes y utensilios, para luego empujarla frente a un mesón. El chico se sentó a su lado, en una silla pequeña sin respaldo, y la miró, con una sonrisa ansiosa.

«Sólo eres mía» ·Diabolik Lovers· (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora