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NOTA IMPORTANTE:
Estoy viva, pequeñas piezas de quiznak.
Éste capítulo es el especial San Valentín, aunque antes iba a ser el especial Navidad...pero ya pasaron más de 5 meses y decidí que al final sería un especial san Valentín (aunque un poco muy atrasado :v) pero luego se me pasó San Valentín y no me daba para cambiar lo que llevaba.
¿Quien dice que no puedo hacer un especial San Valentín en Junio >:V?
Y bueno aquí está ;v
Sin embargo lo que pasa en este capítulo es muy importante para la historia, ósea; es el capítulo 8.
También la música de multimedia es para una parte específica del capítulo, pondré una pequeña nota para mostrar donde comienza.
Además: Este capítulo contiene lemon.
No es mi culpa si es una puta mierda, es con suerte la 2° vez que escribo.
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Escrito con sangre, en la pared se veía una inscripción:

"Ella es mía, bastardo"

El joven que había secuestrado a Yui había estado ahí.
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Normal P.O.V

—¡Ayato-kun, mira!— la joven rubia señalaba ansiosamente el calendario que se encontraba colgado en una de las paredes de la mansión—¡Pronto será San Valentín!—

El pelirrojo la miró sin entender la emoción de la rubia, —¿Y...que hay con eso?—

—B-Bueno...es una fecha en que se hacen cosas especiales con su pareja, se dan regalos; como chocolates, flores, y...se demuestran su amor...— un pequeño y casi imperceptible rubor cubrió sus mejillas, mientras miraba al techo distraída,— Después de todo...no por nada es el día de los enamorados.— dijo volteando su cabeza y dándole una pequeña sonrisa a Ayato.

El por su parte caminó hasta ella, para luego colocar una de sus manos suavemente en su mejilla; mirándola a los ojos y luego sonreír ligeramente.—No pierdes oportunidad de mandar indirectas, ¿No es así...chichinashi?—el chico levantó levemente el rostro de Yui, acercándose a ella y juntando sus frentes. El rubor apareció rápidamente en el rostro de la rubia, quien por su parte cerró los ojos lentamente; esperando.
Ayato abrió los ojos como platos al ver como ella no lo rechazaba, y parpadeando lentamente se alejó de ella.

—¿Ayato-kun...?— Yui abrió los ojos, justo para ver como el pelirrojo le sonreía sin ganas y luego se alejaba por el pasillo, desapareciendo de su vista. Un nudo se formó en su garganta, ¿Que fue eso...?

Ayato no le habló en el resto del día.

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Yui abrazó sus piernas contra su pecho; apoyando su mentón en sus rodillas. Su mirada era lejana y ausente mientras intentaba descifrar el significado de las emociones revoloteando dentro de su pecho. Estaba confundida, por lo general Ayato no perdía ninguna oportunidad de acercarse a ella y darle besos, caricias, abrazos...pero hoy...
¿Que era ese sentimiento de disgusto y mal estar? No tenía idea.

Se levantó de su cama y caminó al ventanal; abriendo el balcón y dejando que la fría brisa nocturna tocara su cara y cuerpo.
La luna estaba en lo alto del cielo; no estaba llena, pero era hermosa a los ojos de la chica.

Sintió una mirada en su nuca, junto con la sensación de ser observada; ella espero a que las manos de Ayato hicieran contacto con la piel desnuda de sus brazos y que sus fuertes brazos la rodearan. Pero no paso, no paso absolutamente nada.

La rubia sintió un nudo en la garganta cuando dejó de sentir la presencia del pelirrojo.
Se quedó un rato afuera y al día siguiente unas ojeras adornaban el lugar bajo sus ojos.

«Sólo eres mía» ·Diabolik Lovers· (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora