"Dulces sueños Izuku"

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Él era hermoso... Desde el festival deportivo sabía que quería dominarlo, simplemente el verlo... Ya no era suficiente para mí.

-¿Todoroki-kun?- escuche su dulce voz.- ¿Puedo hablar contigo?

Te mire tan fijamente que tus mejillas se volvieron rojas, me encantaba verte así tan indefenso, tan sumiso, te di una sonrisa que hizo ponerte aun más rojo si eso era posible, me tomaste de la manga de mi playera, temblando, me pareció algo muy tierno, era como ver a un pequeño conejo, listo para ser cazado en cualquier momento. Pero no, no lo haría... O al menos no ahora, me guiaste hasta la azotea de la escuela.

-¡Todoroki-kun! ¡Me gustas! ¡Por favor sal conmigo!- inclinaste tu cabeza, sonreí, alce tu mentón y te bese, te tensaste, pero al final pasaste tus brazos por mi cuello, intentando seguirme el paso... Cuanta ternura me dabas, te tome de las caderas, aprisionándote en contra mía, al separarnos tu cara estaba tan roja.

-Se mío.- te susurre al oído, asentiste levemente, mi querido Izuku, no sabes en lo que te metiste. Los días pasaban, te llevaba conmigo a todas partes, pero ese maldito de Bakugo no sabe respetar lo que es de uno, pronto le daría una lección. Un día como cualquier otro me pediste ir a tu casa a cenar, tu madre estaba emocionada por verme.

-Entonces Sho-chan, no te olvides que debes de ir a casa a cenar ¿Esta bien?- te asentí con ternura. Tu sonreíste.- Me debo de adelantar, te.- acortaste la oración, te sonrojaste, sabía lo que significaba eso, me acerque a ti, agachándome a tu altura para que pudieras decirme lo que tenías que decir.- Te quiero Shouto.

-Y yo te amo Izuku.- te devolví el susurro, selle aquellas palabras con un beso.- Iré cuando termine algo.- asentiste enérgicamente, y te fuiste, yo camine a un lugar poco transitado de la escuela, con una llave que Aisawa-sensei me entrego abrí una pequeña compuerta, sonreí, ahí estaba uno de los tantos malditos que se habían acercado a ti como si nada, el que más te había lastimado, estaba esposado, cada día le inyectaba una sustancia para que no sudara y no creara esas estúpidas explosiones .- Hola pequeña mierda.

-¡Maldito mitad-mitad! Cuando salga de aquí juro que te mataré.- me grito, pero yo sonreí con cinismo.

-¿Cómo piensas salir? Si ya asesine a Kirishima y a Kaminari, fue fácil fingir que ellos eran cómplices de villanos, al final todos me vieron como héroe, aunque es una tragedia, ya sabes, Kirishima y tu iban a cumplir ¿Un año? – aquel chico asintió.- Pobre, de seguro ibas a ser muy feliz, pero ya no lo creo.

-El estúpido nerd te va a descubrir, y cuando lo haga.- me empecé a reír. E inicie a golpearlo, tan fuerte que empezó a sangrar, me estaba divirtiendo. Sin embargo mancho mi uniforme. Lo tome del pelo, lo mire a los ojos. Me vio con miedo, algo muy difícil en él.

-¿En verdad crees que mi lindo y adorado Izuku haría algo así? Nunca me haría nada, lo enamorare mil y un veces para que no me deje jamás, lo cegare tanto de amor que no sabrá cuando sus "Amigos" mueran uno por uno.

-Estas enfermo.- agradecí por el cumplido.

-Tal vez te traiga comida, tal vez no, de hecho se me hace tarde.- le comente mientras me cambiaba de playera.- Casi se me olvida.- saque una jeringa y lo inyecte.- Si no me voy en estos momentos mi pequeño se preocupará, y no te preocupes, pronto verás a Kirishima.

Después de eso me fui a la casa de mi amado, toque el timbre, el me abrió, al verme sus ojos se iluminaron, se lanzo para abrazarme.

-Sho-chan, bienvenido.- le sonreí, sería hermoso tenerlo así para toda la vida.- Entra.

Entre con cuidado, me quite los zapatos para saludar a la madre de mi pequeño peli-verde. Cenamos alegremente.

-¿No quieres quedarte a dormir?- me preguntaste con una sonrisa.

-Si no es una molestia, me encantaría.- de repente el teléfono sonó, haciendo que tu progenitora fuera a contestar, seguimos hablando, tu madre tenía que salir, al parecer algo sucedió, pero no te quiso preocupar. Salió lo más rápido posible de la casa. Me viste con una sonrisa, me asombre al verte con esa sonrisa tan traviesa, como si hubieras hecho alguna travesura. Sin embargo como me gusto.

Me acerque a ti, te robe un fugaz beso, tu aceptaste mi muestra de cariño, pero aquel beso subió de intensidad. Poco a poco hasta que nos robó el aliento, maldito sea el oxígeno en estos momentos. Al separarnos me abrasaste para que no viera tu rostro, sin que me vieras sonreí con locura, serías mío para siempre. Nos volvimos uno aquella noche llena de pasión y amor, al despertar, te vi durmiendo, las marcas que te deje se veían tan bien en tu piel.

-¿Shouto?- me llamaste, te sonreí con ternura.

-Buenos días Izuku.- me acerque a ti y te robe un beso. Te sonrojaste, a pesar que la noche anterior había entrado en ti, y besado cada parte de tu hermoso ser.- ¿Te duele?

-No... Anoche fuiste muy cuidadoso.- me sonreíste.- Te amo tanto Shouto.

-¿Eres mío?- te pregunte, tu asentiste.- ¿Para siempre?

-Para siempre... ¿Tu...

-Soy tuyo para siempre.- te sonrojaste, amaba ver tu cara así, si tan solo pudiera atraparte para que estuvieras conmigo para siempre. Nos vestimos y bajamos a desayunar, al parecer tu madre aun no llegaba, quería hacerte gritar todo ese día.

Poco a poco el tiempo corría, cada vez era más difícil engañarte para terminar con los que se te acercaban, no solo eso, se me estaban acabando las excusas el salón estaba más solitario, sin embargo no podía matar a unas cuantas personas, no debía ser tan obvio, te dejaría tener a Iida y a Uraraka, pero no a más. Aunque también los alejare de ti, sin que te des cuenta.

Nos fuimos a mi casa, donde pasarías la noche.

-Al parecer el asesino de héroes volvió.- te escuche susurrar.- No quiero que haga daño.

-No lo hará.- te sonreí.- Pero no quiero que te lastime a ti, no se lo permitiré.

Si tan solo supieras que el asesino era yo, me pregunto si me seguirías amando como me amas. Mi pequeño Izuku. Sin que tu lo notaras te estaba atando a mí, poco a poco, para que te olvidaras de todo, olvidaste por completo tu sueño. Lo olvidaste todo, solo me pertenecías a mi, a nadie más que a mí.

Pero un día paso lo que nunca quise, lo supiste todo, supiste el como mate a tus amigos, el como te enamore. Gracias a todos los Dioses, tu no le creíste a aquel hombre que te fue a visitar. Me juraste amor eterno.

Y ahora te tengo solo para mí, todo estaría bien.

Tus ojos perdieron el color.

Ya no podía ver la sonrisa que me dedicabas.

Tu piel era pálida.

Ya no eras cálido, estabas frío.

Perdóname por lo que sucedió.

¿Dónde quedo el amor?

Pequeño, la historia que vivimos.

Fue la de un cuento de hadas.

No debes temer más.

Cuidare tu sueño.

Espero me sigas amando.

Disculpa lo que hice.

Pero fue necesario.

Dulces sueños Izuku.

\m

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