Confusión

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  Cuanto más me acercaba mi corazón dolía mas no puedo creer lo que estoy viendo.....

Él está comiéndose a besos a una güera con casi nada de ropa, la rabia y los celos se apoderan de mí y me acerco a ellos aclaro mi garganta y aun así no se separan, ya colmaron mi paciencia tomo a la chica por el hombro y la empujo.

Enseguida los dos se quejan, la única diferencia es que el parece que no está totalmente consciente.

-¡Ya vámonos Alex!- grito porque la música está muy alta.

-¡Pero si apenas estamos empezando la fiesta! vamos a otro lugar- dijo mientras se acercaba a mí y me tomaba por la cintura.

Enseguida me doy cuenta de que está ya muy ebrio, ¡demonios! lo que faltaba pero tengo un idea, empiezo a acariciar sus brazos y me acerco más a él mirándolo a los ojos.

-Vamos a tu casa, a estas muy mal Alex.

Empezamos a encaminarnos hacia el coche cuando veo que se para enfrente de nosotros, la estúpida con la que se besaba.

- ¡Oye! ¿Porque te lo llevas? ¿Que no ves que estamos ocupados?

ash ¡está pendeja!

-Hay nena lo siento por no quitarte a mi marido antes, ahora si nos permites tenemos que volver a nuestra luna de miel- le dije con una sonrisa.

No respondió así que creí que era la vencedora. Tome uno de los brazos de Alex y lo pase por mi cuello y seguí caminando, hasta que siento como me jalan el cabello y caemos de espaldas, me levanto como puedo tirando a un lado el pesado cuerpo de ese tarado.

No quiero empezar una pelea o bueno más bien seguirla porque nunca en mi vida he golpeado a nadie, es más soy tan pequeña y delgada que no creo que pueda hacerle ni cosquillas aun así con el alcohol en todo mi cuerpo y mi enojo me le voy encima haciéndola caer.

Ya que estoy en esa posición y empiezo a arañarle y a golpearla como desesperada, ni siquiera veía donde estaba golpeando empiezo a sentir como se tensa y de un momento a otro cambiamos de posición era evidente que no era su primera pelea y la diferencia entre ella y yo, pues ella me golpeaba con demasiada fuerza y con sus puños cerrados lo único que podía hacer era cubrirme el rostro.

Estaba tan cansada y adolorida por más esfuerzo que hago no se mueve hasta que siento menos peso sobre mí, me quito los brazos de la cara y miro alrededor esta nada más y nada menos que Ivan llevándose a la tipa cargando lejos de mí mientras que otros chicos me ayudan a poner de pie.

-Gracias por ayudarme Ivan eres mi héroe.

-Denada preciosa, pero mejor explícame ¿Qué haces aquí peleando pequeña fierecilla? y ¿Dónde está Alex?

-Jajaja muchas preguntas estaba aquí justamente con Alex disfrutando del festival hasta que decidió perderse en el alcohol y ahí esta- dije señalando el bulto en medio de la acera.

-Oh bueno ¿Y ya comiste?

-La verdad no vine desde temprano y solo hemos tomado alcohol.

-Entonces andando pequeña.

Se adelantó cargando a Alex como si no pesara o fuera solo una maleta vacía no sé, solo lo sigo junto son otros cuatro chicos hasta que llegamos a su auto y lo metieron sin ningún cuidado al inconsciente Alex y nos montamos todos en él auto, muy apretados debo decir.

Los chicos que nos acompañaban son muy graciosos, reí muchísimo olvidando el mal rato que pase.

-Bueno vamos a una farmacia para curar las cortadas del rostro de la señorita y vamos a un restaurante a cenar ¿A dónde quieren ir?

Mientras pensaba en algo los cuatro chicos gritaron al unísono.- ¡Carne Ahumada!

Hicimos todas nuestras paradas hasta que llegamos a un pequeño pero bonito restaurante, todos ordenaron, la verdad no sabía que pedir así que solo pido los mismo que los demás, después de un rato regresa el camarero con todo lo que ordenamos, no sabía que esperar hasta que deja los platos en la mesa con unos sándwiches ¡enormes! y con una orden de papas fritas también muy grande.

Después de dos horas de pláticas sin sentido y risas incontrolables pagamos y salimos del restaurante nos despedimos y cada quien tomo su camino.

-Sabes... no sé dónde estoy ni donde está el auto y Alex está totalmente perdido, ¿podrías llevarme a casa por favor?

-Sería un placer, vámonos.

No puedo evitar soltar una risita, durante el camino guardamos silencio nadie hablaba pero aun así no era un silencio incómodo. Cuando por fin llegamos Ivan me ayudo cargando a Alex a su cama, le di las gracias y se fue.

Esta noche dormiré con el solo para estar segura de que está bien, me acosté a su lado y me paso su brazo por mi cintura nada fuera de lo normal, hasta que me da la vuelta y se pone arriba de mi dejando caer todo su peso empezó a besar mi cuello y mi boca con salvajismo lastimándome.

-Sabes ya me hartaste todo el tiempo durmiendo conmigo duchándote conmigo ¡y no poder hacerte nada!- grito- pero ahora no me contendré.

Yo solo gritaba como histérica pidiendo ayuda removiéndome, todo es inútil es muy fuerte y pesado.

De un momento a otro siento como se mueve de mí... o no.

-Bueno dime ¿A cuantas personas tengo que quitarte de encima? jajaja ven vayámonos.

Lo tome de la mano y me llevo a mi habitación.

-Para que estés mas segura me quedare, cualquier cosa estaré en el sillón.

Le agradecí y me dejo a solas tome una ducha rápida y me puse mi pijama, ya un poco más tranquila me metí a la cama.

Después de 20 minutos de rodar por la cama era evidente que no dormiría, y recordé que hay alguien esperando abajo.

Baje las escaleras rápido y lo mire tal vez tampoco puede dormir, y efectivamente estaba despierto.

-Hola... sabes no puedo dormir ¿Puedo hacerte compañía?

-Seré sincero me sorprende mucho, pero claro ven.- dijo palmeando el sillón.

Sin dudarlo me senté a su lado, poco a poco nos fuimos recostando pero nos dimos cuenta de que no cabíamos el sillón está muy pequeño para albergar dos cuerpos juntos, así que nos acostamos boca abajo uno encima del otro.

Sin dudarlo me senté a su lado, poco a poco nos fuimos recostando pero nos dimos cuenta de que no cabíamos el sillón está muy pequeño para albergar dos cuerpos juntos, así que nos acostamos boca abajo uno encima del otro

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-Y dime pequeña fierecilla, ¿Alex ya te regalo tu cámara y tu celular?

Me sorprendió mucho su pregunta, ¿Cómo sabia el sobre lo que me había regalado? tengo miedo de preguntarle porque no sé si quiero escuchar la verdad.

-Primero que nada ya sabes mi nombre, así que por favor no me vuelvas a llamar fierecilla y si ya lo hizo ¿cómo lo sabes?

-No, me gusta decirte fierecilla y así te diré de ahora en adelante y porque eso hace con todas, ya te había dicho que no te sintieras especial.

-No sé si creerte y si vamos a hablar directamente... tú me confundes creo estar enamorada de Alex pero tú me bajas de mis nubes y creo que me gustas...

Respire pesadamente y nadie hablo más todo es culpa del alcohol hablando por mí, no negare que no me parece atractivo pero tampoco es como que me guste o ¿Si? No sé cuánto tiempo paso hasta que nos quedamos dormidos. 

Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora