Stupid Lovers (GoldenTrap)

Día II - Secreto.

IV

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~Día 2~

Golden no entendía cuál era la razón para que su querido amigo decidiera evadirlo el día de hoy. El dorado no estaba seguro de haber hecho algo malo o que lo molestase en lo que él recuerde. De hecho, si ambos peleaban era algo más que común, pero en lugar de gritarle o golpearlo Springtrap nunca había tomado la decisión de simplemente alejarse.

Eso era raro.

Perturbador.

Golden no se sentía capaz de continuar...

... ¡No sin antes saber lo que rayos pasaba con ese conejo!

Hizo una mueca similar a un puchero y caminó con grandes zancadas hasta llegar a la Game Area. Vaya sorpresa el encontrarse a Puppet junto a Balloon Boy charlando animadamente con alguien...

"¿La marioneta fuera de su caja de música? ¡El fin del mundo!" Eso fue lo primero que pensó el oso dorado, hasta que cayó en cuenta de algo más.

¿Ese de ahí era Springtrap?

Rápidamente se escondió detrás de unas cajas para, de alguna forma, lograr oír al menos una parte de la conversación. Aunque, tristemente, no tuvo esa suerte. El conejo pronto se despidió y no tardó en irse.

Soltó un bufido, desilusionado, pero rápidamente salió de su escondite y, tras asegurarse antes de que el peliocre ya no estuviese por los alrededores, se acercó confiado a Puppet y al niño que siempre lo acompañaba.

—¡Hey, Puppet! —saludó el rubio-oro, fingiendo alegría de verlo, pero todos en la pizzería sabían que ese oso asocial detestaba interactuar con los demás, a excepción de Springtrap, claro está. Sin embargo, pese a esto Puppet no se mostraba sorprendido, o lo disimulaba muy bien.

—Buenas noches, Golden —correspondió al saludo el pelinegro con un tono neutral. Posteriormente comenzó a analizarlo con la mirada—. ¿Por qué esa cara?

—Porque... —sin previo aviso tomó a la marioneta por los hombros, pero éste ni se inmutó—... ¡Necesito saber de qué hablaban!

—¿Hablar de qué? ¿Con quién? —preguntó desentendido Puppet.

—Oye, no te hagas. Hablo de Springtrap —dijo fastidiado el oso.

—Oh... ¿Y qué pasa con él?

—¿Qué te dijo? ¡Necesito saberlo! —parecía un loco.

—Nada especial, Golden. Simplemente hablábamos de la acomplejada vida que llevamos, uff —negó con la cabeza—. Posdata; dijo que eres un estúpido. Por favor, no te ofendas.

—Agh... —el dorado llevó una mano a su pecho.

—Y te odia.

—Eso... duele... —sujetó su camisa con fuerza del lado de su corazón.

Puppet le quedó mirando.

—Deja de dramatizar, te lo dice todo el tiempo —suspiró.

—Sí, es cierto —dijo como si nada Golden y se apartó del pelinegro, cruzándose de brazos luego—. ¿En serio eso fue todo lo que hablaron? ¿Sobre la cruda realidad en la que vivimos?

—¿Qué más sino? —Puppet lo miró con una ceja alzada—. ¿Pero sabes, Golden? Yo te recomendaría hablar con él, al menos un momento, y sin peleas.