- ¿Qué haces idiota?- grité levantando mi mirada.
- Mira tú por dónde vas, no te acerques a mi.- dijo él advirtiendome con la mirada.
Tendría que haberle hecho caso, ahora era demasiado tarde para alejarme de él.
Día 9830 sin Manel, cada vez que me despierto: pienso en él, cada vez que cago: pienso en el, está en mi cabeza a todas horas y no lo puedo remediar. No puedo evitar la sensación de morriña que me invade cada vez que acude a mis pensamientos, te amo Manel, te añoro. Llamé a Sauchie para quedar y ver una película en su casa mientras cenabamos helado de césped y cloroformo. — Tía, ya supéralo, pensando en él no vas a llegar a ningún sitio, te vas a hundir en la mas triste miseria y vas a acabar siendo la mas pringada de todas, ¡y todo por un hombre! Pensé en las palabras de Sanchinarro, tenía razón. — Vale tía. — Te vendría bien distraerte, el sábado hay una fiesta en los calzoncillos de Paco, ¿quieres ir? — Ya se iremos a la fiesta!
* pasó la semana muy rápido *
Realmente mis ánimos no eran los mejores como para ir de fiesta, pero Sanchacal insistía en que seria lo mejor para mí, conocer a gente nueva y escuchar la magnífica voz de Trump en directo de nuevo. La fiesta era de disfraces y se me ocurrió la maravillosa idea de ir disfrazada de ¡Alaric! Por suerte el día que acabé con él, al igual que el día que acabe con mi hijo, me llevé algo de suyo como recuerdo. Ese algo fueron sus alas, Sanchamaco me las cosio a la espalda, debo admitir que dolió un poco, pero mereció la pena el resultado. Iba con un sujetador de cuero que dejaba a la vista el resto de mi abdomen con unos pantalones negros a juego, unos botines y en la cabeza unas gafas de aviador, para que no me entren moscas en los ojos cuando vuele. Oh, se me olvidó mencionar que las alas funcionan aunque aun no se cómo pero lo descubriré. Nos encaminamos a la fiesta mi gran amiga y yo, estaba muy divertido ver a todos disfrazados, ¡que gente tan guapa!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estuve bailando un buen rato pasándolo bien, pero de un momento a otro se me vino el mundo encima. Había pasado ya un mes desde lo de Manel, no se lo había dicho a mis amigos pero no le conseguía superar. Me fui a la planta de arriba y me encerré en el baño a llorar. A la media hora entro Sanlchicha, vestida de palmera con unos cocos colgando del culo y sobaco. — ¿Qué te pasa Sindy? — NADA, me he acordado de algo. — Sé que aun te acuerdas de tu ex pero yo te voy a ayudar a superarlo como tu hiciste al juntarme de nuevo con Marquitos, que por cierto ya me ha vuelto a hablar. La miré tristona y accedí a que me ayudara. Retoco mi disfraz, me tomó la mano y fuimos a la pista de baile. Me junte con un chico que creo que se llamaba Jon y me junte a bailar con él. Nos lo montamos en el cuarto de limpieza, intenté imaginarme la cara de Manel todo el rato pero no fue lo mismo, en medio del coito rompí a llorar y me fui corriendo de allí. Estuve tentada de ir a casa de Manel pero me resistí, esta vez quería hacer las cosas bien.
Gracias por leer y dar una oportunidad a esta novela, vota y comparte. Xoxo ❤
