Hannibal le metió un golpe en el hombro a Murdoc, el cual, se quejó y lo golpeó en el abdomen.
— ¡No me pegues! —dijo algo molesto, limpiandose las lágrimas. Su hermano mayor llevaba golpeándolo todo el camino.
— ¿Por qué no? —lo miró con sarcasmo. — ¡Oh, es cierto! Verás a tu novio de tercer año.
— ¡No es mi novio! Es mi mejor amigo... —murmuró, bajando la mirada y sorbiendo los mocos.
Hannibal río y alzó su puño, hasta que una voz femenina lo detuvo.
—Hola, Hannibal. —dijo aquella dulce voz.
El azabache sonrió y se volvió a ver a Nancy Stone, una chica de 15 años de edad, cabello rizado, esponjado y rubio; ojos color azul y un lunar al debajo de sus labios, al lado izquierdo. Murdoc no podía negar que Nancy era linda y adoraba ponerla en contra de su hermano.
Sollozó y se cubrió los ojos, bajando la mirada. La rubia lo miró preocupada y lo tomó del rostro.
— ¿Qué pasa, Mudzy? —el mencionado torsió un poco la boca, a veces aquella aniñada voz lo sacaba de quicio.
—E-es que... Hannibal me lleva gol-golpeando todo el camino solo porque le desee suerte en su es-escuela... —lloró más.
Nancy abrió los ojos con sorpresa y lo abrazó, mirando con odio a Hannibal.
— ¡E-eso no es cierto, nena! —afirmó el albino.
— ¡Eres un monstruo, Hannibal! —exclamó la rubia, tomando a Murdoc de la mano. —Vamos, Mudzy, yo te llevaré a la primaria.
...
El azabache hizo una mueca de asco cuando la chica le besó la mejilla.
— ¡Nos vemos otro día, Mudzy!
— ¡Hasta luego, Nancy!
La chica le lanzó un beso y continuó su camino hacia la preparatoria. Murdoc la miró por un momento, para luego ver como su hermano corría tras ella.
— ¡Murdoc! —gritaron a sus espaldas. El mencionado se volvió, encontrándose con un chico peli-azul. — ¡Hola!
—Hola, Stuart. —logró decir, antes de que el menor lo tomará del brazo y lo llevará hasta su aula. — ¿Qué sucede?
— ¡Mira! —dijo sacando un cuaderno de su mochila. —Me dijeron que... —se vio interrumpido por el sonido de la campana.
El peli-azul bajó la mirada, algo decepcionado.
—Te veo en el receso, Stuart. —exclamó el azabache, corriendo hacia su grupo.
El rostro del menor se iluminó al escuchar aquello. Levantó la mirada y puso ambas manos alrededor de su boca, para luego gritar:
— ¡Suerte, Murdoc!
...
Todos los niños abandonaron sus aulas, para encontrarse con amigos, comenzar a jugar o simplemente terminar la charla que habían comenzado minutos antes del receso.
Murdoc se dirigió detrás de la dirección, donde crecía un enorme árbol que daba una gran cantidad de sombra. Muchos niños pasaban corriendo por ahí, pero en ese lugar, Stuart y Murdoc pasaban el receso.
Divisó aquel cabello azul y apresuró sus pasos. Empujó al menor, causándole un susto.
— ¡No es gracioso! —se quejó, cuando el mayor comenzó a reír.
—Si lo fue. —se sentó a su lado. — ¿Qué ibas a mostrarme?
Stuart le dio su cuaderno, mientras comía las rebanadas de pizza que sobraron el día anterior.
Murdoc pasó las páginas, quedando sorprendido por la gran cantidad de "10" que Stuart tenía.
El mencionado le sonrió, pero luego miró con confusión a Murdoc cuando su estómago rugió.
—Uh, ¿Dónde está tu comida?
—La olvidé. —llevó sus manos a su cabello y lo despeinó un poco. — ¡Demonios, todo es culpa de mi padre y...! —se detuvo cuando el menor le ofreció pizza. — ¿Ah?
—Compartamos. —sonríe.
—No, Stu. —negó. —Es tu comida.
—Y quiero compartirla. —se acercó a él y le puso la rebanada en la mano. —Además, es mucha pizza.
El azabache suspiró y comenzó a comer, escuchando las diversas historias que Stuart le contaba. David Pot, tenía un parque de diversiones y su hijo iba a menudo, así que tenía mucho que decirle a Murdoc.
El mayor sintió como el peli-azul apoyaba su cabeza en su hombro, sin dejar de hablar.
No le tomó importancia y siguió comiendo.
🌚🌚🌚🌚. Nancy Stone, esta inspirada [físicamente] en Nancy Spungen:
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🌚Por cierto, Stu-Pot, tiene el cabello azul, pero aún tiene sus ojos normales.
