3. ¿Por qué te enojas?

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Murdoc se sentía realmente patético. Sentía que era un bebé y definitivamente no lo era.

Hannibal lo tomaba de su mano izquierda y Nancy de la derecha. Ambos se miraban y se decían cuanto se querían, haciéndolo querer vomitar ahí mismo.

Murdoc se vio obligado a contarle a la rubia, como su hermano lo defendió de aquellos niños. Después de eso, Nancy aceptó la declaración del albino.

Soltó sus manos cuando llegaron a su escuela. Miró como la madre de Stuart le besaba la mejilla, haciéndolo sentir un vacío. Él nunca pudo experimentar que se sentía tener una madre, lo más cercano que tenía, era la novia de su hermano, que lo trataba como si fuera su hijo. Ahí agradeció haber conocido a la chica desde los seis años.

Se volvió a verla, por primera vez, realmente deseaba que le besara la mejilla y le deseara un buen día, como comúnmente lo hacía.

—Y-ya voy a entrar. —dijo en voz alta, atrayendo su atención.

—Bueno, ¿Qué esperas para entrar? Suerte, enano. —le dijo Hannibal.

Miró a la rubia y ella entendió aquella mirada llena de melancolía. Se puso de rodillas frente a él y le acomodó el cuello de la camiseta.

—Que te vaya bien, Mudzy. —le besó la mejilla.

El mencionado sonrió y sin más, entró a la escuela. Fue a su aula y dejó su mochila en su respectivo asiento.

Salió y rápidamente localizó aquel cabello azul. Se acercó al chico y le dio un pequeño empujón por la espalda.

— ¡Boo! —gritó, causando que el menor diera un brinco del susto.

Comenzó a reír y Stuart se volvió a verlo molesto. Le golpeó el hombro.

— ¡Me asustaste, Murdoc!

—Eso quería, Stu. —afirma, parando de reír.

—Ya, me da igual. —se cruzó de brazos.

El azabache lo miró confundido.

— ¿Qué tienes?

—No te importa.

—Vamos, Stu. —le devolvió el pequeño golpe en el hombro. — ¿Qué tienes?

El mencionado miró la nariz del mayor, notando como estaba severamente inflamada.

—... —lo miró a los ojos. — ¿Te duele tu nariz?

— ¿Eh? No mucho. —afirma. —Hannibal me hecho no sé qué. —se encoge en hombros. —No me interesó preguntarle, solo me importaba que me quitará el dolor.

—Oh... —asienta. — ¿Y que dijo la doctora?

—Bla, bla, bla.

El peli-azul rodó los ojos, realmente, no sabía para que preguntaba.

— ¿Qué tienes? —volvió a preguntar.

Stuart recordó ver como aquella chica le besaba la mejilla a Murdoc. Frunció el entrecejo y le dio un leve empujón, molesto.

— ¿Quién era esa chica? —preguntó, mirándolo con cierto desprecio.

— ¿La rubia? —se rasca la nuca.

—Si, ella.

—Nancy Stone. —sonríe. —Es linda, ¿Verdad?

—... —sus mejillas se inflaron un poco y fueron adornadas con un notorio sonrojo. — ¡Sí es tan linda! —dice, cubriéndose un poco el rostro. — ¿¡Por qué no le dices que sea tu novia!?

—Stu, tranquilo... —lo mira confundido. Nunca lo había visto de esa forma. —No puedo porque... —se vio interrumpido.

— ¡Ah! Su cabello, sus ojos, su sonrisa, ¡Todo en ella es bonito!

— ¿Por qué te enojas?

Stu negó repetidas veces y sin decir nada más, se fue a su aula, dejando a un confundido Niccals solo.

Innocent Love.『2Doc/TERMINADA』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora