Capítulo diecisiete

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Minhyuk pov

Me sentía feliz, contento, completo, lleno de alegría. Todo lo bueno que podía pasarme estaba pasando Monsta X crecía cada vez más, sabía que las monbebes nos querían y nos apoyaban y tenia al hombre de mis sueños junto a mi ¿Que más podría pedir?

Sonara un poco cliché pero no se me ocurre otra manera de expresar lo que siento.

La gira por los Estados Unidos fue de maravilla, lo único triste fue que Hyungwon no pudo estar en los primeros conciertos pero al final consiguió participar.

Estábamos llegando a Corea de nuevo y como todos decidí dormir durante el trayecto.

Llegamos sin ninguna complicación a los dormitorios y el mánager nos dio dos días de descanso lo que agradecimos muchísimo. Todos se pusieron a ver una película en el salón pero quería darle una pequeña sorpresa a Shownu asi que salí a comprar le algo con la excusa de dar un paseo.

Ya con la gorra y el cubrebocas puesto salí a la calle para ir a una pequeña floristería que había algo lejos pero las flores que tenían eran preciosas y merecía la pena ir apesar de estar lejos.

Después de un poco más de media hora caminando llegue al establecimiento. Entre y el olor a flores que inundaba la tienda era relajante. Mire la gran variedad de flores que había y quedé impresionado por cuántos tipos había pero yo ya sabía que quería al llegar y aunque muchas flores me encantaron no cambie mi opinión. Me acerque al mostrador y una tierna anciana me atendió.

— ¿En qué puedo ayudarte jovencito? — pregunto mostrando una sonrisa.

— Me gustaría una sola rosa por favor.

— Oh claro ¿Es para tu enamorada? — cogió una de las rosas que había en la maceta cerca del mostrador y empezó a quitarle las hojas y espinas.

— Mmm se podría decir de alguna manera — respondí un tanto nervioso.

— ¿O será enamorado? — mire sorprendido a la anciana y ella me miro con una gran sonrisa enternecedora

— Eh... — intente hablar pero estaba nervioso.

— No te preocupes mi pareja y yo no lo vemos para nada mal — soltó una risa que me confundió. — Cariño se acabado el plástico para envolver ¿Puedes traer más?— grito y oí como alguien respondía con "ya voy". Otra mujer anciana salió del almacén y le daba un rollo de plástico — Mira este hermoso muchachito a venido a por una rosa para su enamorado — me guiño un ojo y agache mi cabeza sonrojado.

— Oh pero que bonito, ya no se suelen hacer detalles así hoy en día — comentó la otra anciana sonriendo — Aqui tienes — dijo entregándome la rosa ya sin espinas y hojas y envuelta en plástico.

— Muchas gracias ¿Cuanto es?— sonreí e hice una pequeña reverencia.

— Oh hijo, no hace falta que nos des nada — respondió la mujer que me atendió primero mientras pellizcaba mi mejilla — Es un placer contribuir en una muestra tan bonita de amor.

— Muchas gracias — dije e hice una reverencia.

— ¿Te quieres quedar a tomar un poco de té con nosotras?

— Me encantaría pero tengo un poco de prisa — contesté.

— Está bien pero tienes que volver — me pellizco la mejilla la otra anciana.

— Claro, hasta luego — me despedí y al salir de la tienda vi por la ventana como se daban un tierno beso.

Fue por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora