(Foto: Caleb)
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Se despertó viendo el ventanal en el techo, mientras sentía el frescor mañanero, se rascaba su cabellera rubia. Cuándo por fin se desperezó, se quitó las sábanas de encima, se aseó y encendió el ordenador.
Ewan estaba ansioso y no había nada mejor que tener una posibilidad de contrato fijo, por eso continúo refrescando la página web donde estaban todos los correos recibidos.
Recibió la confirmación y agradecimiento de la cafetería, y su gran admiración por su gran trabajo.
Nada más.
Pero pensó, que quizás todavía estarían en proceso de selección, y que a las ocho y cuarenta de la mañana la empresa, seguramente no estaría abierta, ni en funcionamiento.
Por eso mientras esperaba que pasase el tiempo, abrazó sus piernas sentado en el silla, mientras su mirada se encontraba pérdida en la pantalla del ordenador.
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Terminando su café, guardó su portátil en la funda, miró la hora en el reloj de la cocina.
- Buenos días, Caleb.
Levantó la mirada, viendo como su madre, algo adormilada, estaba despeinada, convirtiendo en lo que era pelo, en un nido de pájaros, y lo más seguro que si se asomaba ahí encontraría vida
Ya habían pasado varios días desde que su madre estaba en casa, y gracias a ella, supo calmarse y llevar la situación.
Pero a pesar del apoyo que obtuvo, primer día que llegó a casa, fue el primer y único día que se habló del tema.
Había dudado en volver a verle, después de saber, que el día que llegó su madre - Alice - a la ciudad, vio a su ex-pareja compartiendo tiempo con otra persona, sin comerse mucho la cabeza pensó que era un amigo, pero saber que las pintas que tenía era ir sin camiseta, sentía como el pecho le oprimía.
Aún así siguió hacia delante, ya que era lo que Álex había y estaba haciendo, el también lo haría.
Volvió a mirar la hora, estaba llegando 10 minutos tarde y no le agradaba la idea.
Agarrando las llaves de su coche, habló.
- ¿A qué hora es tu vuelo?
Su madre mientras agarraba las tostadas, con gracia para no quemarse, respondió.
- Mañana, a las diez de la noche.
Tras eso se despidió, dándole un beso en la mejilla a su madre.
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Cuando llegó al edificio y a su escritorio, acomodo su ropa, algo desaliñada por las prisas, tocó la puerta del despacho de Edgar, esperando el pase, pensaba que decir para disculparse ante su atraso.
Cuándo escuchó adelante, abrió la puerta viendo a Edgar concentrado en el ordenador, pero inmediatamente sus ojos se posaron en Caleb con amabilidad.
- Buenos días, ¿alguien se ha quedado dormido?
Edgar sonrió al hablar.
Caleb, todavía avergonzado por la situación se disculpó.
- Lo siento mucho, señor Payne. Le aseguro que no volverá a ocurrir.
Edgar con simpatía asintió.
- Bien, no te preocupes. Podrías avisarme de una visita que tendré en media hora. - Tendiéndole un folio. - Aquí tienes una hoja informativa, para el historial.
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Despierto (LGBT)
Romance| 2⃣° Finalista Romance - PREMIOS GUM 2018 | 30/11/17 | El anillo de compromiso que descansaba en su dedo, era símbolo de amor y esfuerzo tras años de relación. Pero tras volver a casa, Caleb se encuentra a su futuro marido compartiendo cama con otr...