19. cure

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Buscaba desesperado entre la oleada de gente, moviéndose inquieto buscaba una cara que conocía a la perfección, hasta que, sus ojos se encontraron y sonrieron.

Caleb arrastraba su pequeña maleta de mano con prisa, sin despegarse de los ojos verdes que le encogía el corazón.

Se abrazan con necesidad, rieron por que solo habían pasado un par de días y se habían hechado de menos.

Edgar lo besó sin preguntar, y después lo llevó al coche para salir del aeropuerto quitándole la maleta.

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Estaba sentado en una de las sillas de la cafetería, rascando su pelo rubio que le molestaba en la nuca, bebía a pequeños sorbos su café, nervioso.

El día anterior experimentó tanto nervio que le costó dormir, todo el tiempo que estuvo despierto lo uso para mirar el mensaje que había recibido.

"¿Mañana podemos hablar? Iré a las once a la cafetería."

No había hecho falta preguntar por la cafetería de la que hablaba, Alex y él sabían dónde era.

Dejó de pensar al verlo sentarse en frente suyo, no dijo nada por que las palabras estaba atascadas en la garganta, miraba sus cristales con expectativa de que hablase.

Y no lo hizo hasta después de pedir una infusión, sabían que ambos estaban nerviosos, se sentía en el ambiente.

- ¿Qué... Qué tal?

Hablo Alex, estaba tranquilo, o eso intentaba aparentar, a pesar de eso Ewan estaba incómodo.

- Bien... Supongo...

Pasaron dos minutos sin hablar, el rubio se entretuvo removiendo la espuma del café que había quedado en las paredes de la taza con la cuchara.

- Se... Qué después de la reunión en la casa de Edgar... Viniste a la mía.

Al escuchar la afirmación de Álex, apoyó un coro sobre la mesa y así poder acariciar su cuello con su mano, estaba asustado, después de todo lo ocurrido, del tiempo que había pasado no sabía que decir, por miedo al cómo iba a reaccionar.

- Ewan... Perdóname... Por lo que te dijo mi amigo... Y por todo lo ocurrido este tiempo...

Levanto la mirada como si un extraño se hubiese intercambiado con el dueño de esas palabras.

- ¿Qué?

- Si... Sé que es algo complicado de entender... Pero estos días me he dado cuenta de que en todos estos momentos que pensaba que había habido mal la ruptura con Caleb, solo me aparecía tu nombre... Pero en relidad no era tuya... Ni de aquella mujer... Era completamente mía... Me cegué ante la tristeza de todo los cambios que lo más fácil para mí era echarte a ti la culpa...

Ewan pestañeó, con la esperanza de despertar en su habitación, disimuladamente había acercado su dedo meñique a la base del café, que aun estaba caliente, para levemente sentir un pequeño ardor en la piel y darse cuenta que no estaba durmiendo, y que el chico que tenía enfrente era Alex.

Dijería las palabras, hasta responder con un movimiento de hombros.

- Verás, aunque lo niegues una parte de la culpa es mía.

- Pero yo fui el que aceptó, el que dijo que si cuando me pediste que te llevaste a mi casa.

Después de esa frase, comenzaron a hablar rápido, reteniendo las ganas de gritar sabiendo que estaban en un sitio público.

- No, Alex.

- Sí y sí.

- Alex... No te das cuenta... Me mandaron que fuese hacia a tí... No fue una casualidad encontrarnos... Me pagaron...

Despierto (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora