Todo seguía en silencio cuando abrí la puerta del cuarto para dirigirme al de invitados.
Apoyé con cuidado la oreja intentando adivinar si estaba dormido o despierto.
Nada.
Abrí con cuidado la puerta, sin hacer ruido. Se removió bajo las sábanas. Me acerqué a la cama y me senté lentamente. Abrí el tapamiento y me introduje bajo las finas y suaves sábanas que cubrían su bronceado cuerpo.
Lo tenía de espaldas frente a mí, me aferré a su cuerpo y lo abracé con la mano izquierda. Iba sin camiseta, sólo con unos pantalones de pijama. Besé su nuca a la vez que acariciaba sus abdominales a tientas. Noté cómo se despertaba y me agarraba la mano. Lo escuché jadear muy bajito ante mis besos por el cuello. Se giró y me abrazó, pegando aún más nuestros cuerpos. Poco a poco fue levantándome la camiseta para luego apoyar mi espalda sobre la cama y ponerse sobre mí.
Tan sólo hizo falta que me besara para hacerme sentir en el cielo. Sus manos eran magia para mi cuerpo y sus labios un deseo hecho realidad. Cada vez que le mordía sus carnosos labios, él se estremecía sobre mí. Soltó mi boca para concentrarse en el cuello, poco a poco bajó hasta mis pechos, luego al ombligo para bajarme los pantalones. Lo obligué a subir para volver a besarle, sentía que tenía una especie de necesidad de tener sus labios contra los míos. Entonces noté cómo estaba. Lo miré sorprendida y él me sonrió. Le quité los pantalones y los boxes y él hizo lo mismo con mis braguitas. Alargó la mano a la mesita de noche.
- ¡Mierda! – Exclamó.
- ¿Qué pasa? – me asusté.
- No tengo condones – me miró sonrojado.
- No importa.
Lo empujé contra el colchón y me senté a horcajadas sobre él.
- Dany – jadeó – sabes lo que puede pasar – sentenció.
- No me importa, si es contigo – me agaché hasta posar mis labios sobre su oído derecho – Te quiero.
Comencé a balancearme hacia delante y hacia atrás presionando fuertemente mis muslos contra su pelvis. Él gimió en voz alta. Me agarró por las nalgas e hizo fuerza. Cuanto más me movía más se apoderaba de mí el placer, una fuerza extraña que me obligaba a no parar y seguir moviéndome más y más. Nuestros gemidos se sucedían y eso hacía aumentar aún más el calor entre nuestros cuerpos.
- ¡Dany! Voy a – lo empujé de nuevo contra el colchón y le sonreí.
Me alcé y comencé a contorsionarme sobre él, curvando mi cuerpo hacia atrás. Él se volvió loco de placer y me suplicó que no parara.
Llegamos a la vez al orgasmo. Mi primera vez y ya dudaba que pudiera superarse.
Quedé agotada tumbada sobre él, sin fuerzas para moverme.
- ¿Estás bien? – Me susurró jadeando aún los dos. Asentí sin articular palabra.
Poco a poco me aparté de su cuerpo y caí rendida a un lado de la cama. Estaba exhausta.
- ¿Seguro que no te preocupa?
- Para nada.
- Genial – se tumbó y cruzó los brazos tras la cabeza.
Cuando ya me hube recuperado un poco rodé y apoyé mi cabeza sobre uno de sus brazos, aún doblados.
- Me han encantado las flores, son preciosas. ¿De dónde las has sacado?
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Kailua: Hoku y Anuenue
FanficDos Mares. Estrella y Arcoiris. Ese es el título traducido de esta nueva historia. Danielle es una joven chica alemana que se ha criado en el seno de una familia repleta de problemas. Teniendo el más puro y duro dolor como compañero. Tras unos desg...