Capítulo 73:
Luego de tomar el primer vuelo a Moscú, lo más lejos que mi aturdido y cobarde cerebro pudo concebir me encuentro nerviosa y ansiosa, como una fugitiva que huye de sus miedos más profundos y se niega a enfrentar su realidad. Él ha tocado la parte de mí que más he cambiado pero que me rehuso a reconocer. Siete horas de vuelo; al menos ya llevo tres dentro de esta caja con alas, no tengo modo de arrepentirme a menos que se me de el paracaidismo, aunque ahora ando más cobarde que nunca así que no es una opción posible para mi mente. Mi compañera de al lado ronca más que mi madre despues de una noche guarra. No entiendo como la gente puede dormir tanto en un vuelo, pensando que vas sobre la nada, nada te sostiene y nada serás si por alguna razón el piloto se desvía un poco, choca con otro avión y morimos seiscientas personas, y moriré soltera, como siempre lo deseé, aunque nunca desee morir huyendo de un par de anillos. La azafata me mira con desconcentro, creo que estoy haciendo algo mal, miro a mi alrededor y me siento en orden, por primera vez me interesa hacer las cosas bien en un vuelo, nisiquiera me había dado cuenta que es el primer vuelo sola y sin necesidad de permiso de un tutor que hago, eso me hace sentir aún más cobarde, huyendo a escondidas de todo el Reino Unido, la mujer se me acerca y me dice algo en ruso.
-Хотите чего-нибудь выпить?- sonríe con esa máscara risueña más hipócrita que la mía, como lo hacen todas las aeromozas.
Sé que no quiere saber qué voy a tomar sino aguarme el viaje retorciéndome porque porque según ella no sé ruso y soy una turista inglesa que va a Rusia a acostarse con cualquier ruso mediocre y no porque me interese en lo más mínimo su lengua. ¿Qué crees, querida? Voy huyendo de un posible matrimonio con el hombre que amo, me esconderé en la casa de mis padres, con el dinero de mis padres y en cuanto llegue me meteré bajo la cama con cuatro six-packs de cualquier cosa que lleve alcohol y estaré ahí hasta que alguien me encuentre o tenga la maldita valentía de decirle a mi novio que tengo miedo a ser una criada gorda y cornuda.
-No quiero nada más que desaparezcas ¿Te lo digo en ruso o el español te parece bien? Si quieres te dejo que saques el diccionario- me burlo y la mujer frunce el ceño aún con la sonrisa falsa y se retira. Creo que lo ha entendido en español.
Suspiro queriendo encontrar fuerzas para levantarme de la silla e ir al baño, odio los vuelos, son tan incómodos. Jamás había ido en clase turista, pero no había un vuelo disponible en primera clase que cumpliera con el horario que estipula mi cobardía, osea lo más pronto posible. Me levanto y camino por el pasillo transcurrido, por suerte no sufro de claustrofobia pero de gamofobia seguro que sí. Entro al baño y miro mi cara exaltada, nisiquiera me bañé, salí corriendo al aeropuerto en el taxi, hay un poco de turbulencia por lo que salgo lo más rápido posible del baño y regreso a mi asiento, la mujer de mi lado sigue dormida ¡Por Dios! ¡Sólo han pasado tres horas! ¿Cómo puede darle tanto sueño?
Pasan dos horas más, dos más y tendré mi mente vacía o más llena de pensamientos tormentosos ¿Qué es lo peor que puede pasar? <Que Harry se canse de tu actitud, Puttet encuentre la manera de consolarlo. Ya sabes, bastaría una noche con las tarjetitas para que sean Señor y Señora Puttet> ¡Imposible! Harry me ama, jamás me haría eso <Tú lo amas y lo has abandonado. Amor Harry-Jane no parce muy sólido>
Decido que mi sicópata interna no puede ser quien decida si regreso o no. Aunque si pasa lo que ella sugiere ya no tendría que casarme pero lo perdería para siempre y viviría con el remordimiento que le dejé a Harry con moño y bandeja sobre su mesa, pero si regreso tendré que encadenarme a un sólo hombre, a sus reglas, a sus ideales y sus pensamientos, tendre que ser la señora de... y no la..., seré una sombra; la mujer del director, habla con ella y conseguirás una beca ¡Horror! Y eso sin contar a Wade y a los demás llorando y vomitado y yo con el trasero empinado hacia arriba recogiendo los Lego's microscópicos, se me quemará la comida y tendremos que vivir en una granja porque los pequeños demonios que pariré harán demasiado ruido en la ciudad y los vecinos se quejarán tanto que tendremos que mudarnos con Babe y Dorothy la campesina, ayudarle a ordeñar la vacas y recolectar el trigo. Claro, no olvidemos mi delantal sucio y las botas con las que iré a limpiar el lugar de los cerdos, recolectar los huevos osea tocar un huevo justo despues que salgan por el trasero de la gallina, por supuesto mis bubis casi rodando en el suelo y mis cincuenta kilos de más a cada lado de mi cadera. Y ¡claro! Harry trabajando en la ciudad durmiendo con una modelo ultra sexy, sólo vendrá los fines de semana a ver como está su gorda y sus pequeños demonios, cada semana se decepciona más, desaparece del mapa y tendré que demandarlo por pensión alimenticia. Iré a un tribunal con ocho o más mini demonios y Harry se sentará del otro lado con la mujer sexy descaradamente. La tipa le hará ojitos al juez y ¡Listo! seré madre soltera por el resto de mi vida. Fantástico.