Capítulo 84:
(UN MES DESPUES)
─Efectivamente ─dice el doctor con los dedos cruzados y una sonrisa de oreja a oreja.
Siento que los intestinos se me entumeces y mis pupilas se achican. Miro a Harry a mi lado, quien está boquiabierto y pasmado.
Luego de unos minutos logramos reaccionar y despedirnos del doctor. Un viaje de quince minutos y llegamos a la casa. Está silenciosa, vacía y hasta me da frío.
Harry suelta un suspiro cuando entramos y nos quedamos viendo hacia el sofá; maldito sofá, seguramente él es el culpable de lo que nos está pasando ahora. Sí, el sofá tiene la culpa.
Arrastró la mirada hasta los ojos de Harry y él me mira esperando mi reacción violenta. Estoy a punto de arrancarle la cabeza, pero tengo la suficiento compasión por él para que haga un esfuerzo sobrehumano de explicarme qué sucedió con él.
─¡Ta-dah! ─finge una sonrisa levantando sus manos.
─¡Vete a la mierda! ─le gruño caminando hacia la cocina.
─Oh no, mi amor; si yo me voy a la mierda te aseguro que tú me sigues hasta ella ─murmura detrás de mí.
─¿Qué clase de imbécil eres? ─digo cuando me volteo hacia él. Le doy un empujón en el pecho y él retrocede un par de pasos.
─La clase que te vuelve loca, mi vida ─se burla.
─Es increíble ─refunfuño.
─Increíble no, Jane. Esto es lo más normal del mundo, pasa a diario ─se acerca a mí, pero yo busco evitarlo a toda costa. Los nervios se me ponen de punta y las neuronas me estallan una por una.
─Pues a mí no me pasa ─lo amenazo con el dedo.
─Te está pasando justo ahora. Le pasó a tu madre, también podía pasarte a tí.
─¡Yo no quería esto! ─lloriqueo.
─Yo tampoco lo planificaba así, pero ¿qué podemos hacer? ─alza sus manos.
─No entiendo cómo pasó esto ─susurro con la vista en el suelo y caminando de un lado a otro nerviosa.
─Pues, no sé cómo te lo explicó ____TN, pero... cuando un papá y una mamá se quitan la ropita, se dan demasiados besitos y se quieren mucho, papi le regala a mami culebritas dulces, mamá las guarda en la chocita y nueve meses despues aparece un...
─¡Ya sé como pasó, no soy una imbécil! ─grito exasperada. No eligió peor día para hacer sus bromitas idiotas─. Todo es tu culpa.
─¿Mi culpa? ─bufa─. Perdona, pero sin la chocita las culebritas no surgen efecto.
─¡Ya para lo de las culebras! ─le grito desesperada.
─¡Já! Pero en su momento me las pedías a gritos ─ríe.
─Una palabra más y te corto el purro ─lo amenazo.
─Serás tú la que saldrá perdiendo ─da una carcajada.
Tomo el frasco de galletas y se lo lanzo con fuerza. El frasco se le quiebra en la cabeza y veo que comienza a brotar un líquido rojo de su cabeza y resbala por su rostro.
─Mierda, tendré un huérfano.
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Tres puntadas.
Ya es de noche y estoy con Harry recostada en el sofá. Él yace en uno de sus costados y acaricia mi vientre casi imperceptiblemente abultado. Ninguno de los dos trae camisa. Yo acaricio con las yemas de sus dedos su pecho bien formado. No es justo, él permanecerá con un cuerpo perfecto mientras yo me hincharé como una ballena. Al menos, mi mamá no quedó gorda luego de tenernos, ojalá a mí tampoco me suceda.