十八

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multimedia es albert en la actulidad.

no eh agradecido como es debido por aqui, muchas gracias por sus votos y apollo de verdad me alegra que mi historia este siendo bien recibida por ustedes.

muchas gracias!!!

Cuando ambos estuvieron frente a frente no hubo palabras, las lágrimas no le dejaban ver bien a Albert, pero cuando la fuerte mano de su Alfa se posó en su brazo, toda, absolutamente toda su piel, se erizó mientras que su Omega se retorcía de feli...

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Cuando ambos estuvieron frente a frente no hubo palabras, las lágrimas no le dejaban ver bien a Albert, pero cuando la fuerte mano de su Alfa se posó en su brazo, toda, absolutamente toda su piel, se erizó mientras que su Omega se retorcía de felicidad. Al fin... al fin se sentía en casa.

Tanto tiempo deseándolo, tanto tiempo esperándolo y por fin ahí estaba. Estaba tan agradecido con los dioses por no haberle quitado a Albert, por permitir que el fantasma estuviera ahí, acariciándolo y dejándole oler de nuevo ese aroma a leña y canela que se había salido de su sistema hace mucho.

Quería restregarse con violencia y fervor contra el fuerte cuerpo del Alfa, necesitaba tanto estar cerca. Albert rugió un poco fuerte y enterró su cara en su cuello, sintiendo la misma necesidad que Sorato, necesitaba llenarse del aroma del otro, saber que todo era real y que no era una mentira o un sueño.

—¡Sorato! —eso fue lo único necesario para hacerlo salir del trance—. ¡Aléjate de él!

La dulce voz de Haruma se había distorsionado por el enojo, Sorato quiso voltear a verlo para decirle que todo estaba bien, pero Albert se había tensado, agarrándolo con violencia contra él y jaloneando su brazo, por lo que no pudo evitar lanzar un gimoteo de dolor.

Albert le rugió a Haruma, el desafío entre los dos Alfas estaba en el aire, quizá Albert pensaba que Haruma era una amenaza, y estaba seguro de que Haruma pensaba lo mismo.

Su reacción fue muy lenta, no fue consciente de nada hasta que sintió un brusco empujón que le hizo caer directo al suelo, sin embargo, se levantó apurado para ver como los dos Alfas se revolcaban en el suelo golpeándose fuertemente.

¿¡Qué demonios les pasaba a ambos!?

Rápidamente Albert se puso encima de Haruma, golpeando sin compasión al joven Alfa, este gruñía buscando liberarse y cuando lo logró le dio un fuerte golpe con el que consiguió voltear la cara al rubio. Ambos gruñían con furia emanando un fuerte aroma a enojo, tan agrio y pesado.

Varios habitantes de la villa habían salido a ver al escuchar el alboroto, todos miraban asustados como esos dos se molían a golpes.

—Basta —dijo Sorato—. ¡¡Basta!! ¿¡¡Qué les pasa!!?

Sorato se acercó rápido para tratar de parar los golpes, pero Albert lo fulminó con la mirada y sometió a Haruma contra el suelo demostrando su poder.

—Aléjate —demandó con la voz y Sorato retrocedió asustado, la maldita voz que odiaba de los Alfas, nunca pensó que Albert la ocuparía con él, pero lo hacía para protegerlo de sus golpes y los de Haruma.

El Sexto CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora