Llorar también es traer
el mar a los ojos de uno.
Los amores platónicos son
luz de estrellas muertas siglos atrás;
los amores reales,
lluvia en el rostro.
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Llorar también es traer
el mar a los ojos de uno.
Los amores platónicos son
luz de estrellas muertas siglos atrás;
los amores reales,
lluvia en el rostro.