Jean osciló la mirada de Sean a Otabek y viceversa, había algo que no les estaba diciendo y estaba nervioso porque les tenía que contar tarde o temprano. Suspiró de forma audible y se acercó a la camilla, sentándose en la orilla.
—Jean, si viniste —el niño sonrió, se le veían los ojos hundidos ya por las enormes ojeras, su pijama de gatos le hacía ver aún más adorable.
—Es Navidad, prometí pasarla con ustedes.
—Pero, ¿y tú madre?
—Vendrá más tarde —le sonrió levemente a Otabek—. Traje regalos —sacó de su mochila dos cajas Bien envueltas y se las pasó a cada uno.
—Oh, yo no tengo un regalo para ti —murmuró apenado el pequeño, bajando la mirada.
—Si te gusta ese regalo será suficiente para mi.
Sonrió de nuevo, cada vez que esbozaba esa preciosa sonrisa sólo lograba que se viera más cansado de lo que estaba antes, era increíble como es que había empeorado tanto en casi dos meses.
Sean comenzó a quitar la envoltura con cuidado casi irreal, Jean pensó que en su niñez lanzaba la envoltura lejos y sin real cuidado. Cuando la caja se abrió, los ojos brillantes del pequeño vieron al mayor, bajando la cabeza de nuevo para sacar el peluche.
—Se parece a Potya.
— ¿Te gusta?
—Me encanta —abrazo al gatito, cerrando los ojos, Potya ya no estaba con él pero ese peluche era casi idéntico y le hacía sentir como si aún estuviera ahí.
—Menos mal.
—Abre el tuyo, papá —apremió Sean, emocionado.
—Ya que estás más emocionado que yo, ¿quieres abrirlo tu? —preguntó divertido.
El niño asintió y sin soltar a su gatito, abrió el regalo de la misma manera que el otro. Otabek sacó un marco de plata con varios espacios para fotografías, había algunas de Sean que tenía en su celular y se sorprendió al encontrar una fotografía de Yuri, no pudo evitar soltar un suspiro, esa era de cuando se retiró por embarazo.
— ¡Es mamá! —dijo emocionado el pequeño.
—Encontré la foto en las cosas de mi madre, me dijo que estaba bien que se las trajera.
—Es muy bonito, gracias Jean —le regaló una sonrisa, viéndole a los ojos.
—No es nada —sonrió apenado, desviando la mirada, la sonrisa de Otabek siempre le tomaba desprevenido.
—Papá, ponla ahí —pidió Sean, señalando el mueble junto a la cama—. Así puedo ver a mamá antes de dormir —murmuró acomodándose mejor en la cama, le dolía un poco la espalda pero no quería decir nada.
—Pero ten cuidado, si la tiras puedes lastimarte.
—Tendré mucho cuidado, lo prometo.
Otabek beso la frente de su hijo y dejo el marco en el mueble, Sean se removió despacio para poder ver la fotografía. Le encantaba ver a su mamá, siempre había sido tan hermosa...y deseaba de todo corazón que pronto pudiera verla de frente, había escuchado a una enferma hablar sobre el cielo y él estaba seguro que su madre debía estar ahí...él esperaba poder llegar allá también, quería estar con ella para que no se sintiera sola.
Tocaron a la puerta y Nathalie abrió la puerta, llevaba un disfraz de Santa Claus que hizo a su hijo querer esconderse bajo la cama. Aunque agradecía que llevará su buen humor a esa habitación.
—Feliz Navidad —dijo alto, entrando con prisas para abrazar a Sean, Otabek y su hijo podían esperar un poco—. ¿Cómo te sientes hoy, cariño?
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Until my heart stop
FanfictionSi JJ tuviera que describir a Otabek en una palabra utilizaría tristeza, porque siempre parecía irradiar esa aura cargada de nostalgia, también pensaría en fuerte, porque después de todo lo que perdió y lo que estaba a punto de perder...sabía que se...