Capítulo 7: Meredy Daegheel.

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Suminoe le devuelve la sonrisa.

-Pensé que no recordabas como llegar.- dice ella mientras se muestra curiosa.

-Fue fácil entrar a esa cueva, y más si una voz es mi guía.- aclara Suminoe caminando por el lugar, continúa. -No esperaba encontrar a nadie más.- finaliza.

-Pudiste pensar que era una trampa, ya sabes, nos están cazando.- agrega ella con tono burlón.
-La cascada sigue igual que hace años.- dice Suminoe observando a su alrededor, sigue. -Mucho tiempo pasó desde que sobrevolé estas cordilleras por última vez.- termina el maestro bajando su tono de voz.

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-Hay cosas que siguen intactas, pero no por mucho Sum, se tornarán oscuras como si la fuerza destructiva absorbiera sus colores.- dice Meredy levantándose de la roca.

-¿Qué tienen en mente los emperadores Meredy?- se cuestiona Suminoe, sacando de las paredes rocosas de la cueva una una flor blanca.

-Entrenar a niños desde los cuatro años si es posible, como te lo dije antes.- dice ella bajando de la gran roca en donde se encontraba.

-Sé clara, de dónde piensas que tomaremos a los niños, los padres no estarán dispuestos a entregar a sus hijos tan fácil y menos si sus vidas no están seguras.- dice Suminoe preocupado.

-Se hará lo posible por conseguirlos y si es necesario usaremos la fuerza, no son los únicos que están en peligro, es todo el planeta.- afirma Menthys y sigue -Estamos juntos en esto Suminoe, a los niños no les hará falta nada, si es necesario yo misma velaré por ellos, pero los necesitamos para resguardar el orden.- Termina Menthys.

-La idea es descabellada, ustedes los emperadores hacen y deshacen...- Para de hablar, piensa lo que dirá durante unos segundos, está apunto de decir algo pero lo cambia y sigue. -...¿Porque deben ser niños? Nisiquiera buscas jovenes, hablas de niños Meredy.- diciendo esto Suminoe baja hasta el final de la cascada, Menthys con él.

-Sabía que dirías eso, yo también me lo pregunté, ven, la aclaración no es corta así que sientate y escucha.- Dice Menthys mientras Suminoe obedece.

Meredy le habla sobre los grupos radicales y su manera de criar guerreros, le cuenta el gran cambio que tuvo el Gremio de los Vandal, el Gremio tenía ya siglos de un régimen bajo el apellido Daleryon, con ideales antagonicos hacia leyes Delphinianas, la elección del líder Vandal se daba cada 4 años, y el Gremio siempre elegía el candidato con el apellido Daleryon, más que una tradición, eran elegidos por su gran liderazgo, esto cambió en las elecciones del 3990, los Vandal pasaban por el peor momento de su historia, querían repetir la proeza de tomar un Palacio Delphiniano importante, como lo hicieron hace siglos con la toma de La Casa de Luxis, a manos del gran Victor Van Daleryon, creador del Gremio. Era el año 3990 y los Vandal fallaron intentando tomar un castillo del Cuadro de los Ferrier, una familia Delphiniana majestuosa y muy famosa en Andros, el Gremio perdió muchos miembros en esta masacre. Por primera vez, los miembros no querían elegír un Daleryon, aquí aparece Charles Koffen, un Androniano procedente del País de Portem en Pangea. Era un joven de no más de veinte años, que desde niño estuvo influido en la guerra, la violencia y el odio, creció y construyó su ideal, ahora, era candidato a líder de los Vandal, lo impresionante no fue que por primera vez los Vandal eligieron a un candidato de apellido diferente, sino que al instante en el que Charles obtiene su liderazgo, reforma casi todos sus ideales y principios, en 2 años, el joven Koffen logra que los Vandal resurgan de su caída y empiecen a crecer bajo las sombras, ahora con un nuevo nombre, los Vandír.

Suminoe sabia ya todo esto, su atención despierta cuando Menthys le cuenta lo siguiente...
El Proyecto Zaur, consistía en comprar una ciudad entera y hacerla una fabrica de guerreros, embarazaban mujeres y les arrebataban sus hijos al cumplir 3 años, desde ahí empezaría su programación, se les trataba como maquinas asesinas y ya cumplían misiones a sus 7 años, Menthys le contó al Maestro que era claro el hecho de que los Emperadores guardaban secretos, uno de ellos fue la Batalla de los Mudos.
Suminoe parecía haber entendído porque querían y necesitaban la ayuda de jóvenes e inocentes vidas.

-Los secretos, nunca fueron mi fuerte.- dice Suminoe segundos después de que Meredy le contara su explicación, sigue. -Por eso siempre me negué a ser un Emperador cuando me lo propucieron. Meredy debes entender que ya dejé mi vida de maestro, ahora, sólo tengo el título.

-Suminoe por favor, no tengo a nadie quien...- es interrumpida por él.

-Pero lo haré, tienes mi palabra, mi templo y mis hombres llevarán a cabo el Proyecto Norte.- finaliza y los dos se quedan en silencio. Menthys no hace más que verlo con cierta duda y confusión, paralizada y casi atontada, toma un respiro y habla...
-¿Por que?- le pregunta Meredy con una voz suave, sumisa y casi susurrando. Suminoe repite lo mismo que ella acabó de decir, haciendole entender que está confundido con su pregunta.
-¿Por qué has cambiado de opinión tan repentinamente?- pregunta ella finalmente. Suminoe hace una expresión de entendimiento, y le responde...
-Porque me di cuenta que no era a Andros a quien debía ayudar, era a ti.- Termina diciendo Suminoe y ella lo abraza.

Menthys sonríe mientras ve a Suminoe desaparecer entre el cielo estrellado, se eleva desde el lugar en donde se encontraba, se detiene y de un parpadeo soltó una brisa haciendo que los árboles se muevan de un lugar a otro, el lugar vuelve a quedar solo.

Meredy Daegheel, la Emperatriz del Aire, más conocida por todo Andros como Menthys, haciendo referencia a su vestido, pues éste brilla cual diamante, debido a la caída de los dioses, todo Emperador debe vestir de incógnito, así que Menthys, incluso para visitar su viejo hogar, el templo Chon-Ji, fue completamente cubierta con una capa negra con caperuza, pues sólo a dos kilómetros afuera del templo, yace un campamento Vandír, esperando un día ver caer el domo invisible que protege el templo Chon-Ji, Meredy tiene el cabello mediano, llegandole a los hombros, de color castaño, igual que sus ojos, con una fina quijada, la estatura promedio para una mujer adulta Androniana es de 1,70 metros. Meredy mide 1,76 metros, siendo alta para el promedio, es considerada muy apuesta, su atuendo antes de la muerte de los dioses era un vestido brilloso, bañado en Menthosyta, una piedra preciosa asemejada al diamante, los combinaba con varios collares y pulseras, el Imperato era un anillo, un simple anillo de Faras, un metal cercano al hierro, de muy poco brillo.
Meredy se vuelve Emperatriz a sus 20 años, así que conservo la eterna juventud, pues al ser Emperatriz, es inmortal, hasta el día en el que ella decida heredar su Imperato a alguno de sus hijos.
Dicen que la palma de las manos de Meredy son tan suaves como el mismo aire, su cuerpo es delgado y delicado como la brisa, siempre trae consigo un báculo en su espalda, heredado de su madre.

Imagination I: La Caída de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora