Capítulo 4: El Templo Chon-Ji.

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El tiempo avanza de forma lenta, ya pasaron muchas horas desde la muerte de los dioses y el ambiente era tenso en todos los planetas de Andros.

Cryliss recibe una carta de los Vandír, donde sorpresivamente decía que el rey Koffen iba dar un cese a los genocidios, estaba dispuesto a llegar a un acuerdo sin tener que desatar una guerra. Cryliss acepta pero sabe que es la trampa perfecta para terminar con el Decágono de Emperadores, así que decide ir ella, junto con Di Mitter y Father, ya que son el trío más poderoso en Andros, si les tendían una trampa, podían librarse fácilmente sin tener que preocuparse por proteger a los demás emperadores. Iban a reunirse el Cuarto día de Élem en la Tierra de Nadie, una isla grande y desierta en Pangea, donde usualmente se hacen reuniones o batallas confidenciales.
Este cese al fuego servirá mientras llega la reunión, pero los emperadores sabían muy bien que esta calma no sería eterna, debían llevar a cabo el Proyecto Norte, debían retener muchas guerras durante casi 20 años para dar el gran golpe.

(Retomando en el anterior capítulo...)

Menthys se encuentra en el gran salón del Palacio junto con algunos Emperadores.

-Menthys...- dice Venedi -Cryliss quiere hablar contigo.

Menthys se levanta y camina con seguridad hasta el salón donde se encuentra Cryliss, llega al ultimo pasillo, toma un respiro y accede a la recamara donde se encuentra Cryliss.
Al Amanda escuchar la presencia de Menthys, inicia con su petición...

-Menthys, sé que no estás contenta con todo lo que ha pasado, pero ahora el Proyecto Norte es nuestra única esperanza, sin los dioses, no hay orden en Andros...- Cryliss hace una pausa, suspira y continúa. -...Por eso necesitamos que el proyecto se ejecute. necesito que ayudes en el proyecto, conoces a la perfección las culturas en Pangea; puedes buscar un maestro, el que creas capaz para este trabajo, cuando lo encuentres, le enviaremos un pergamino del proyecto.- finaliza Amanda.

Menthys observa el suelo mientras escucha a la lejanía lo que Cryliss le decía, su rostro tenía el ceño fruncido y su mente viajó súbitamente a su pasado, en el templo Chon-Ji.

-Me haré cargo...- responde Menthys a regaña dientes, continúa. -...Tengo el lugar indicado, pero sabes que voy en contra de la guerra, así que no pidas más que tu apoyo en esa reunión con los Vandír, evita la guerra por favor. Me retiro.- termina Menthys y sale de la recamara con pasos apresurados.

Maffer estaba cerca cuando observó a Menthys salir con una cara indescriptible, mira sus labios y nota que conjura un efecto, convirtiendose en una corriente de aire.
Maffer respira contrariada por todo lo ocurrido, todos los emperadores van desapareciendo hasta que La Casa del Juicio queda abandonada.

Menthys emprende un largo viaje al planeta Pangea, llega a una aldea del bello país de Ponam, en dicho país se encuentran muchas aldeas, una de ellas es la aldea Onill, existe un templo cerca de esta aldea en una colina muy alta, éste templo se llama Chon-Ji, el destino de Menthys. El templo era casi idéntico a cómo Menthys lo vió la ultima vez.

Menthys se encuentra justo en frente del templo, ésta tiene símbolos escritos, que se comportan como escudo, haciendo que bestias y otros entes de la noche se alejen aprecia el lugar con detenimiento. Chon-Ji tiene una fachada de mármol con cuatro pilares de lado a lado y en cada uno de estos contiene un símbolo bañado en Auranium, los pasillos cristalinos, las paredes suavemente lijadas y su resistencia no se asemeja a nada, pues aún no se conoce algo que lo destruya. Admiró el paisaje que rodeaba el templo, la brisa que traía el viento que soplaba hacia el norte, al voltear la mirada contempló a un guardia con una presencia perfecta, tenía la forma de un estatua, aquel ser se mantenía tan oculto que sólo los más listos lo podían ver como un ser con vida, era la manera perfecta de resguardar el templo, un paso en falso y los enemigos caían sin ningún esfuerzo.
Menthys se acercó y le hizo una señal de petición alzando la mano, ella gana la atención del guardia y éste se acerca a ella.

-Buenos días.- dijo Menthys esbozando una cálida y amable sonrisa al guardia.

-¿A nombre de quién viene?- pregunta el guardia de una manera grosera.

-Quisiera ver al Maestro Suminoe.- dijo Menthys aún dándole la sonrisa anterior.

-¿De parte de...?- pregunta nuevamente el guardia.

-Soy una vieja amiga.- responde ella ya algo enojada.

-Aguarde en la entrada.- dice él mientras abre el gran portón y se va a pasos apresurados, al llegar donde estaba Suminoe, el guardia hizo una venia.

-Maestro, lo necesita una "vieja amiga"...- dijo el guardia serio y resaltando la última palabra, continúa.-...Está en la entrada.- termina.

-¡Oh!- exclamó Suminoe sorprendido -Hace mucho tiempo que ningún amigo me visitaba.- dice con nostalgia mientras se dirige a la entrada, abrió el gran portón, dió unos cuantos pasos y se encontró con su visita.

-Ha pasado mucho tiempo.- exclama Suminoe viéndola.

-Maestro.- dice Menthys haciendo reverencia y al mismo tiempo alza la vista y se queda petrificada.

Menthys ve el gran paisaje que se encuentra justo en frente, las flores que adornaban las paredes como si éstas flotaran, el jardín enorme que aguardaba su llegada, las aves volaban libremente, los rayos del sol entraban de manera asombrosa e iluminaban cada pasillo que tomaba senderos distintos dentro del templo, el ruido del agua hacía eco. Al fondo se encontraba el corazón del templo, el jardín "Sol & Luna", aquel jardín contaba con animales exóticos, que se asemejan a animales de la tierra como pavos reales, guacamayos, venados, conejos y otros más, le daban vida y hermosura al lugar. Contaba con un lago especial, pues se dice que tiene poderes curativos, en él se podían apreciar cómo los peces nadaban, el agua de cristal, los lirios que flotaban en él, flores silvestres llenaban el lugar con su aroma y su color.

El pasillo central contaba con más de treinta pilares bañados con Auranium ligeramente, el templo se dividía en diversos bloques, algunos con techo y otros al aire libre, pero era una visión falsa para el ojo humano, pues éstos contaban con una manta que los cubría en caso de ser penetrados, los edificios de piedras preciosas incrustadas en el techo, en los pilares de los mismos y en las enormes murallas que lo conformaban.
Fue tanto el asombro de Menthys, pues han pasado años que no volvía al lugar, seguía tan hermoso, limpio y único en todo Andros, no se veía nada similar en ningún lado.

Imagination I: La Caída de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora