Capitulo #5

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*Pov Emma

Me acomodó en el mullido asiento de cuero del jet privado de Edward, y me abrochó el cinturón de seguridad. En otras circunstancias estaría encantada de volar a Jamaica, a Cozumel y a Cancún, pero aquellas no eran circunstancias normales. Y en cuestión de horas estaría en las maravillosas playas de Cancún.

Cuando Edward salió de la cabina del piloto, encendió su ordenador portátil.

— ¿En qué estás trabajando?

Edward se sentó a su lado.

—En la boda.

Edward se puso el cinturón de seguridad y siguió mirando fijamente la pantalla del ordenador.

¿Por qué tenía que estar tan cerca, oler tan bien, y torturarla de aquella forma?

— ¿Son ésas las flores que ha escogido Rachel? —preguntó él, refiriéndose a las sencillas y elegantes lilas que había en la pantalla.

—Éstas son las que me gustan a mí. Ella me dijo que hiciera lo que quisiera.

—¿Y por qué te gustan éstas? ¿Por qué no escoger algo tradicional, como las rosas?

Levante la vista, y me encontré con los oscuros y seductores ojos de Edward recorriéndole el rostro.

—Porque las lilas hacen que los arreglos florales queden más suaves, más románticos.

—Y tú sabes cómo crear romance para los demás, ¿verdad?

—Yo diría que tú también tienes muchos conocimientos en ese asunto... —Emma sonrió y trató de que se abriera, para saber si sentía algo real por la mujer con la que iba a casarse—. ¡Menuda piedra llevaba Rachel en el dedo!

Edward se encogió de hombros, cruzó los tobillos, y colocó las manos sobre el abdomen.

—No sabría decirte. Lo escogió ella.

Sacudí la cabeza y me gire para mirarlo.

—No puedes estar hablando en serio. ¿Ni siquiera has escogido el anillo de tu prometida?

—No. Le mandé un correo y le dije que eligiera el que le gustara y me enviara la factura.

Sentí que se me congelaba el corazón al escuchar aquella frase.

—Creo que hablo por todas las mujeres del mundo si digo que éste es el peor modo de iniciar un matrimonio.

Edward se rió.

—Tal vez, pero recuerda que Rachel y yo no nos metemos en esto por amor. Queremos que nuestras empresas crezcan.

Se me rompió un poco el corazón, al pensar en el modo en que aquel hombre tan guapo y poderoso se rebajaba a sí mismo. Si pudiera abrirse a la idea de amar a su compañera, sería un marido maravilloso. Se entregaba a todo lo que hacía. Su esposa sería la mujer más afortunada del mundo.

—No puedo trabajar si hablo contigo de romances inexistentes —le dije bruscamente centrándose de nuevo en la pantalla—. Además, estoy segura de que tienes cosas que hacer.

La profunda risa de Edward llenó la cabina del avión.

—Pareces mi madre. Terminaba echándonos a Eric y a mí cuando le hacíamos enfadar.

Imagine a los dos niños Stone haciendo travesuras.

—Debes echarla de menos. No hay nada peor que la muerte de los padres.

—Las pocas veces que has mencionado a los tuyos lo has hecho en pasado —Edward se movió en el asiento cuando el avión se dirigió hacia la pista de despegue—. ¿Cuánto hace que murieron?

¿For Business Or For Love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora