Capitulo #8

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Pov Edward*

Aguanté la reunión con el contratista haciendo un esfuerzo por concentrarme. En lo único en lo que podía pensar era en la boca de Emma, en sus suaves suspiros, en sus manos abrazándome el cuello... Pero cuando la rechace, ella recuperó al instante la profesionalidad. Hacía un año que la conocía y sólo le había visto perder el control dos veces: En el toro mecánico, y el día anterior cuando se fundió entre sus brazos.

Cuando regrese a la suite me pregunte qué estaría haciendo Emma.

¿Estaría organizando el esquema de su próximo destino?

¿O estaría trabajando en la boda?

En su boda. Ya había engañado a Rachel. No, todavía no estaban casados, y no, no la amaba. Pero estaba prometido a ella, y se había dedicado a besar a otra mujer. El beso era un problema en sí mismo, pero ahora estaba al borde de un desastre todavía mayor. Necesitaba a Emma de un modo que no debería siquiera estar considerando. Había despertado en mi unos sentimientos enervantes.

Pero necesitaba concentrarme. Por mucho que mis hormonas adolescentes trataran de controlar mis actos, ahora era un adulto, y debía comportarme como tal. Un acuerdo multimillonario dependía de su unión con Rachel.

Emma sabía lo importante que era para mi aquella asociación. Nunca intentaría sabotearla conscientemente.

Miró los mensajes de correo en su BlackBerry y sonreí ante aquel pensamiento. Emma no estaba interesada en mí.
Ni una sola vez había actuado como si quisiera algo personal. De hecho, había evitado hablar de su vida privada. Siempre había sido una ayudante organizada y trabajadora.

Revisó los mensajes, y me encontré con uno de Rachel diciéndome que estaba en Roma mirando algunas propiedades.

Su siguiente parada sería Florencia, y desde allí se pondría en contacto conmigo.  Mientras Rachel viajaba por Italia, Francia e Inglaterra, yo me concentraría en las islas tropicales y los puntos turísticos... Con Emma a mi lado.

Una llamada a la puerta me sacó de mis pensamientos. Me metí el teléfono en el bolsillo de los pantalones, cruce el suelo de cerámica, y cuando abrí la puerta me encontré con Emma al otro lado.

—Confiaba en que ya hubieras regresado de la reunión —dijo, rodeándole y entrando en la suite—. Tengo noticias inmobiliarias importantes y necesitamos actuar inmediatamente.

Echó un vistazo a su sencillo y al mismo tiempo sexy vestido amarillo de verano que le dejaba al descubierto los hombros, sonrió y cerró la puerta.

—¿Qué noticias son ésas? —le pregunte.

—Estaba buscando destinos para una luna de miel en Puerto Vallarta, y me he encontrado con un hotel que va a cerrar sus puertas por falta de turistas.

La escuché hablar, pero me quede hipnotizado ante su boca. ¿Cómo iba a mirar aquellos labios rosas sin recordar su tacto contra los suyos?

—Les he dicho que estaremos allí a primera hora de la mañana.

La miré directamente a los ojos.

—¿Cómo?

—En el hotel —se explicó ella—. Les he dicho que iremos a verlo por la mañana. Cuando dije tu nombre, me aseguraron que Stone Entreprises tendría preferencia antes de que pusieran la propiedad en venta.

Sí, Emma era especial. Eficiente y conocedora del negocio... Y había protagonizado todos sus sueños de la noche.

—Llamaré al piloto —saque el teléfono del bolsillo y marque los números, tratando de olvidar su último pensamiento—. ¿Cuánto tiempo tardas en hacer el equipaje?

¿For Business Or For Love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora