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Una brisa fría comenzó a entrar por la ventana de mi habitación, despertándome en un instante

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Una brisa fría comenzó a entrar por la ventana de mi habitación, despertándome en un instante. El despertador de mi cómoda sonó a las 7:35 de la mañana. Me levanté rápidamente de la cama, ya era tarde y me prometí a mí mismo que haría todo lo posible para remediar el asunto Jeff-Eleazar. He causado un daño a Jeff y otro hacia mi amistad con él.

Salí de mi cama de un brinco y corrí hasta el baño para darme una ducha rápida. El agua estaba intermedia, me refrescó lo suficiente como para despertarme y liberarme un poco el estrés. Me vestí velozmente y bajé hasta la cocina en donde mi madre me esperaba con mi desayuno.

Me senté en el desayunador mientras mi madre me servía el plato de comida.

Di un leve vistazo a la sala de estar, buscando a Eleazar. No había rastro de él hasta que observé sus gigantescos pies caer sobre el suelo de la sala. El televisor estaba encendido, justo en el canal de deportes. Pestañee varias veces hasta que el cabello de Eleazar sobresalía del sofá. Levantó su cabeza al escuchar mi voz, rápidamente aparté mi vista de él y regresé a mi desayuno.

—¿Todavía estás pensando en ir a la casa de tu amigo Jeff? —mi madre me preguntó, colocando un vaso frente a mi—. ¿Quieres que te lleve o le digo a Eleazar que lo haga?

—¡Si! —le aclaré—. Pero prefiero que tú me lleves.

No estoy del todo agradecido con Eleazar con lo que hizo, como para querer viajar en el mismo vehículo. Siempre ha sido de las cosas que no me gusta hacer. Tampoco quiero empezar a pelear con él. Yo, por obvias razones, no soy alguien que pelea con los demás.

—¿Qué tienes? —me preguntó—. ¿Todavía sigues enojado con tu hermano? ¿Qué ha sucedido entre ustedes dos?

—No ha pasado nada, mamá —le mentí—. ¡No hay ningún problema con Eleazar!

No quiero contarle la verdad, siento que no sería agradable para mi madre. Además, no quiero que ella me de uno de esos discursos de madre preocupada. Yo nunca le miento, pero para evitarnos problemas, es lo que tengo que hacer.

Le pediría ayuda a mi padre, pero suele ser difícil encontrarlo en casa muy a menudo.

Bueno, de igual manera, mi padre siempre estaría del lado de Eleazar. Su relación Padre-Hijo es la mejor que podría existir en este mundo. Así que no es esa opción fiable para mí.

—¡Esta bien! Cuando termines tu desayuno, te llevaré a casa de Jeff, ¿está bien?

Asentí a su pregunté y continué comiendo de los huevos revueltos y de la tostada que ella me preparó esta mañana. Tomé un fuerte trago del jugo de naranja mientras comenzaba a buscar las palabras que iba a necesitar para decirle a Jeff de todo esto.

¿Qué podrá estar pensando de mí? Quisiera poder saber esa respuesta, pero puedo asegurar que él se habrá creado muchas ideas erróneas en su cabeza. Si, ya sé que he sido un mal amigo, pero ¿qué podía haber hecho yo? No quiero que las personas sepan que soy el hermano menor de Eleazar Wayless. No es que me avergüence serlo, pero no quiero toda la atención que él recibe. Estoy perfecto con mis propios logros. No gané la última feria de ciencias por ser un Wayless de sangre, así que eso es lo que siempre he querido que suceda. Solo espero que Jeff comprenda mi delirio y que entienda que no le quise mentir de la manera más vil que esto ha parecido.

Wayless ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora